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domingo, 5 de junio de 2016

Enfoque: ¿Qué fue del siglo XX?


Blas J. Muñoz. Ayer lo pensé y hoy lo escribo. Junto a la Plaza de San José, en el octógono perfecto que simboliza el Bautismo y el nacimiento por el que compartimos su muerte y su resurrección, los pasos me conducían, más allá del mediodía, al lugar donde alguna vez fui feliz. Hace tanto que ya no recuerdo los brazos de mi abuelo ni aquellos besos que hoy sigo sintiendo -sin verlos- como el aroma tibio de cualquier mañana.

En la habitación donde me rendía a la siesta, ahora duerme mi hijo y me siento tan viejo que aquel niño me parece un completo desconocido si no fuera por él. La vida ha dictado su camino. El tiempo es un caudillo implacable contra el que no exime ninguna revolución. Y temo por el suyo porque el mío se que es baldío en la mitad, con suerte, de mi propia existencia.

El horizonte ya no me regala tardes naranjas, sino es a su lado. Y en la misma habitación de aquellos primeros Viernes Santos casi puedo sorprenderme al recordarme. No es un ejercicio de vanidad, es el recuerdo del siglo que se fue y me dejó a las puertas de otro al que temer. Miro la bombilla descolgándose del techo y a esa virgencita joven que sigue ahí, abrazando a su niño.

Todo es igual y tan distinto sin ella que solo merece la pena pr él. Ya no hay secretos en los cajones y El hombre que defendió su libertad, más allá del cuadrilátero acaba de irse. Aquel Rumble in the Jungle es la metáfora perfecta de la vida, de la superación, del modo en que soportar el zarpazo con miedo y decisión para asestar el tuyo cuando todos te piensan acabado.

Al llegar a mi antiguo hogar, al primero que siento como mío, he mirado a mi hijo y he sentido una mezcla extraña de nostalgia, miedo y alegría. A él lo veo como yo era hace tanto que ya no hay metafísica que me lo demuestre. Y, qué cosas, he pensado en Cassius Clay y hoy me siento vencido en una esquina de la vida, ni siquiera en el cuadrilátero.







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