Juan Pérez. Se trata de una de las hermandades que atesora en su memoria uno los orígenes que más se entremezcla con la historia legendaria de las corporaciones sevillanas. Cuenta la leyenda que el apóstol Santiago, durante su predicación en España, fundó la Iglesia de Sevilla, nombrando como primer obispo a su discípulo Pío, que alcanzaría la santidad con su martirio. San Pío sería quien construyese, en el año 38, la primera iglesia sevillana, con el título de Santa Jerusalén, en el solar que actualmente ocupa el convento de los Capuchinos, a las afueras de la Puerta de Córdoba. San Pío puso en la iglesia una imagen de la Virgen, que sería la segunda en el mundo, tras la del Pilar de Zaragoza. La Virgen sevillana se tituló de la Concepción, y no era otra que la que más tarde se llamaría de la Hiniesta.
Así comienza la historia de una de las corporaciones que más representan la perfecta simbiosis entre la ciudad de Sevilla y las cofradías y que se manifiesta con la condición de alcaldesa perpétua que ostenta la sagrada imagen y que conserva a pesar de no ser la talla gótica original que fue destruida miserablemente en 1932 en el trístemente célebre incendio de San Julián que terminó con gran parte del pasado artístico y material de Sevilla, más allá del condicionante devocional que, como el tiempo ha demostrado, permanece intacto en la memoria colectiva del pueblo de Sevilla.
Este Domingo, la Hermandad de la Hiniesta ha celebrado cabildo general ordinario de elecciones en el cual José Antonio Romero ha recibido el respaldo de sus hermanos para continuar al frente de la corporación del Domingo de Ramos para continuar con la labor iniciada hace ahora cuatro años en los cuáles ha destacado de manera fundamental la restauración de los cuatro titulares de la hermandad y la celebración de su 450 aniversario fundacional, que culminó con la procesión extraordinaria de la dolorosa de la Hiniesta del pasado mes de octubre. Romero ha obtenido un total de 293 votos a favor frente a 37 en blanco y 29 nulos.
José Antonio Romero, médico de profesión, que ocupó el puesto de teniente de hermano mayor antes de hacerse cargo de la vara dorada, tiene entre sus principales retos la restauración del manto de salida de la Hiniesta dolorosa, el altar del Cristo de la Buena Muerte y potenciar el carácter sacramental de la hermandad así como lograr una mayor apertura de la hermandad a sus hermanos durante todo el año.