Niño, los de mi generación siempre hemos tenido muy clarito que una cosa es la política y otra el mundo de las cofradías. Por eso me da pena ver cómo hay quienes se encabezonan en atacar a los cristianos para extremar posiciones entre izquierda y derecha y radicalizar discursos.
Y es que ahora, con esta puñetera campaña electoral sin fin que estamos obligados a soportar, no veas qué susto me llevé cuando en una octava de corpus vi a un nene con coleta en la cuadrilla que mandaba un paso. ¡Ojú, niño! Hasta aquí ha llegado la moda del look del Pablo Iglesias...
Niño, ¿tú te imaginas al Curro, al Lorenzo o al Ochoa mandando un paso con coleta? Vale, al Ochoa, no, porque tampoco tiene de dónde el hombre, pero al caso: estos detalles hay que cuidarlos porque si no ya mismo vemos a capataces mandando pasos en chanclas. Las cofradías deberían cuidar estos detallitos, porque si la gente no viene educada de casa, algo tendrán que hacer ellas.
Afortunadamente, niño, y pese al susto que me llevé con el clon chiquito del coletas, me ha dejado buen sabor la celebración de las octavas del corpus del Císter y de la Cena que, junto con Ánimas, están haciendo muy buen trabajo por dignificar la celebración del Santísimo Sacramento en la ciudad.
Julio el Tabernero