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sábado, 11 de junio de 2016

Mi luz interior: Coitus interruptus


Érase una vez un sueño que terminó como terminan los sueños, con un inoportuno despertador rompiendo el silencio del amanecer. Así amenaza con romperse el sueño de una carrera oficial que culmine en el interior de la Catedral de Córdoba. Y como suele ocurrir en estos casos, sería imposible además de injusto, que eligiésemos un único culpable de que nos quiten el caramelo que unos y otros nos acercaron a la comisura de los labios. Es verdad que una, tal vez por un pesimismo inherente a mi propia forma de ser, jamás ha visto cerca la posibilidad de una segunda puerta que convierta en real una carrera oficial del tipo que en origen se proponía, más allá del coitus interruptus que supone situar su punto culminante en el Patio de los Naranjos, que digo yo que hay que ser tonto para nadar tanto y acabar quedándose en la orilla.

Y como ya les he dicho, sería muy injusta si de entre todas las cuestiones que se presentan como un obstáculo para que la segunda puerta se abra yo señalase con mi dedo a uno, dos o tres responsables. Estoy convencida de que la culpa está repartida entre la desidia de unos, la falta de valentía de otros y la militancia activamente contraria de quienes odian todo lo que les recuerde remotamente a la iglesia y que están dispuestos a poner todas objeciones que sea menester para destruir cualquier castillo que intenten construir cristianos y cofrades aunque sea en beneficio de todos, lo primero es lo primero, y cuando se trata de perjudicar, esto es mucho más importante que el bien común al que dicen defender.

Por cierto y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid. Me resulta inconcebible y en cierto modo irritante que ciertos individuos disfrazados de cofrades pidan abiertamente el voto para aquellos partidos que tienen por obsesión perjudicar a iglesia (cuando digo iglesia quiero decir cristianos, no curia) y por extensión a cofradías. Vaya por delante mi respeto a las ideas políticas de cada cual pero las cartas hay que ponerlas sobre la mesa. Quien vote a Podemos + Izquierda Unida estará dando su apoyo a aquellos que exigen que se expropie la Catedral de Córdoba (olvídense definitivamente no ya de la segunda puerta sino ni tan siquiera de acercar los pasos a SU Mezquita), que se le robe a los cristianos y se haga de ella una especie de monumento aconfesional que pueda ser utilizado por igual por musulmanes y cristianos y al mismo tiempo cuyo millonario mantenimiento soportemos con nuestros impuestos todos los ciudadanos. Votar Podemos + IU es votar en contra de la iglesia y por tanto de las cofradías, salvo que alguien piense que cofradías e iglesia no son la misma cosa. Es votar a quien odia al cristianismo en base a un delirante anticlericalismo militante que denominan eufemísticamente laicismo y que se traduce en una enfermiza persecución a todo lo que les huela a incienso aunque sea sólo sea de pasada. ¿Puede un cofrade votar a Podemos + IU? Como poder, puede, del mismo modo que puede hacerlo un taurino, pero el taurino debe saber que está votando a quien tiene entre sus prioridades abolir la fiesta de los toros, prohibirla fulminantemente. Como poder engañarse a sí mismo, puede hacerlo desde luego, pero la verdad es como es. Podemos + IU quieren abolir los toros y expropiar la Catedral, entre muchas otras cosillas, de modos que taurinos y cofrades, hagan lo que quieran, pero sepan lo que hacen, luego no me lloren, que estaremos otros para llorar por su culpa.

Volviendo al asunto del sueño roto y los culpables de haber puesto el despertador a funcionar, es obvio que la inutilidad palpable de nuestra clase política es responsable prioritaria de la inacción de estos años. Que no les engañen tampoco los de la gaviota, han tenido mayoría absoluta y suficiente para hacer y deshacer a su antojo durante años y haber enfrentado con la fuerza que hubiese sido precisa las absurdas reticencias de cara a la galería esgrimidas una y otra vez desde San Telmo y no han hecho nada de nada, de modo que no se pongan ahora algunos al frente de la manifestación cuando han tenido en sus manos la vara de mando y no han querido utilizarla.

Pero existen otros responsables que nos pillan más de cerca, porque están dentro de las juntas que gobiernan hermandades y la propia agrupación. En la excelente entrevista que Curro Carbonero y Carlos Recio, concedieron la semana pasada a Gente de Paz, el hermano mayor saliente de la Agonía daba dos de las claves del punto en el que se encuentra todo este berenjenal cuando dijo "La asamblea y así se lo dije al presidente, no estaba bien enfocada. Esa reunión no tenía que haberse producido en esos términos. Tú nos tienes que convencer, no vencer. ¿Tú tienes un proyecto? Preséntanos el proyecto, los números, los horarios y los itinerarios y sobre eso trabajamos. No se puede llegar a solicitar permiso para trabajar por esa carrera oficial cuando eso ya se dijo en 2013. Entonces ya se le dio permiso para trabajar en ese sentido. Lo de ahora es más de lo mismo."

Poco más hay que añadir salvo subrayar ambas claves. La primera, la agrupación no está tomando la iniciativa que se le debe exigir a la hora de presentar un proyecto claro y concreto. En mi opinión, reunir a las cofradías para que den un sí quiero que solamente significa que se tengan luego que pelear entre ellas, como ya ocurrió la pasada Cuaresma, es una dejación de funciones inadmisible. La segunda, estamos exactamente en el mismo punto en el que nos encontrábamos hace ahora tres años, solicitando permiso para trabajar en la misma dirección para la que se obtuvo el visto bueno en 2013. ¿A qué les suena eso? A mí a marear la perdiz, como decía mi abuelo.

Y luego está la preparación que demuestran ciertos dirigentes cofrades a los que yo particularmente les exigiría un examen de aptitud para optar al cargo de hermano mayor. No puede ser que un máximo responsable de una hermandad diga que ellos no tienen entre sus objetivos ir a la Catedral y que se quede tan tranquilo. Es verdad que alguien le reprochó que en magnas y extraordinarias, Catedral sí pero en Semana Santa no -al menos alguien se atreve a decir las verdades a la cara- pero ello no resta in un ápice del hecho de que algunas de nuestras hermandades estén gobernadas por personajes no tienen ni la más remota idea de lo que significa salir a la calle y sobre todo para qué se sale. Luego algunos se llevan las manos a la cabeza cuando se leen en twitter cosas como "...vamos a darnos un paseón..." e idioteces similares pero dificilmente se le puede exigir a los chicos absolutamente nada cuando sus mayores, quienes deberían enseñarles el camino, son unos verdaderos analfabetos cofrades.

En fin, ¿qué quieren que les diga?. Vuelvo a reafirmarme en mi pesimismo militante. Me da la sensación de que el sueño está a punto de difuminarse y que nadie se engañe, trasladar la carrera oficial al Patio de los Naranjos no es cumplir sueño alguno, porque hacerlo es dar un paso en falso, un paso atrás, que en primer lugar supondrá que todas las cofradías que llevan años (décadas algunas) entrando en la Catedral tiren por la borda el trabajo y la ilusión de muchas semanas santas y en segundo, tengo la firme convicción de que si los cofrades tragamos con el patio, nos podemos olvidar de la segunda puerta per secula seculorum. Como los que tienen que decir si se abre o no, ven que hay solución sin tocar nada, nada tocarán. Lo que les decía al principio; un coitus interruptus en toda regla.

Sonia Moreno











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