Guillermo Rodríguez. Los procesos electorales que tienen lugar en el seno de una hermandad pueden ser vividos de muy diversa forma, dentro un amplio espectro de posibilidades que van desde la estabilidad hasta el crudo enfrentamiento y la realidad que asola a algunas de nuestras corporaciones lo evidencian.
Por eso, en los tiempos que corren, cuando en una cofradía el testigo se pasa entre manos amigas, entre personas que llevan años trabajando codo con codo por el bien común, con un proyecto definido y estable con notable éxito y demostrando que hay cosas en la palabra hermandad, mucho más importantes que un estreno aleatorio año tras año, es necesario que se aplauda desde la opinión pública y publicada.
En esta ocasión, en GdP hemos querido hacer una entrevista diferente, estando presente en una conversación entre dos amigos que se quieren y se respetan. Francisco Carbonero (Curro), hermano mayor de la Hermandad de la Agonía durante los últimos ochos años y Carlos Recio su sucesor a raíz del cabildo de este domingo 5 de junio y de cuyo proyecto ya les hablamos en GdP.
Una conversación amena y saludable que demuestra que existe esperanza para quienes creemos que se puede hacer hermandad de otra manera. Una charla en la que analizan sus vivencias, el pasado, el presente y el futuro de su hermandad y la actualidad cofrade relacionada inexcusablemente con el posible traslado de la carrera oficial a la catedral. No pierdan detalle. No tiene desperdicio.
Una conversación amena y saludable que demuestra que existe esperanza para quienes creemos que se puede hacer hermandad de otra manera. Una charla en la que analizan sus vivencias, el pasado, el presente y el futuro de su hermandad y la actualidad cofrade relacionada inexcusablemente con el posible traslado de la carrera oficial a la catedral. No pierdan detalle. No tiene desperdicio.
¿Qué le empuja a Carlos Recio a presentarse al cargo de hermano mayor?
Carlos Recio.- La ilusión de seguir con el
trabajo que estamos haciendo. Llevo ya con Curro ocho años en la junta de
gobierno y hay unos proyectos que para mí son muy ilusionantes. También la responsabilidad
al ver que no hay tantos candidatos porque en una hermandad es complicado dar
este paso, aunque sí mucha gente que está dispuesto a trabajar a mi lado y
continuar con un gran proyecto no sólo cofrade sino como hermandad a la que le
hemos dado un impulso en estos años… integración en la parroquia, caridad, el
palio…
Ha mencionado dos conceptos interesantes: ilusión y continuidad.
¿Estamos ante un traspaso de poderes en toda regla? ¿Su idea de mandato es de
absoluta continuidad o tiene intención de implantar su propio sello?
CR.- Curro y yo somos amigos de
hace muchos años pero evidentemente tenemos una personalidad muy diferente.
Curro le ha dado en estos ochos años su carácter e intentaré darle también mi
sello, pero cuando hablamos de una cofradía no podemos hacerlo de personalismos,
hay unos proyectos que están ahí. Se puede diferir en el trato personal, el
enfoque, pero el proyecto está ya decidido y definido. Es una continuidad sana.
Si cada ocho años se cambiase el rumbo en una hermandad sería un desastre.
¿En qué concretaría ese sello? ¿Qué le gustaría aportar a la cofradía
para hacer distintiva su gestión?
CR.- Es complicado responder a
eso. En el fondo hay mucho de lo que ha hecho Curro que a mí me gustaría
continuar. Me gustaría profundizar en la integración con la parroquia y que los
hermanos sigan sintiendo como una necesidad pertenecer a la cofradía, que no
sean hermanos de tránsito. Nosotros somos una hermandad joven que no tiene esa
tradición de generaciones y generaciones y me gustaría que pudiéramos dar el
salto de ser una hermandad generacional y algún día que puedan salir juntos el
padre, el hijo y el nieto, que es algo que yo creo que le falta a la hermandad.
¿Qué significa para ambos la Agonía?
Curro Carbonero.- Yo nací en el barrio de modo
que para mí el Cristo de la Agonía es la imagen devocional desde mi nacimiento,
con una acentuación familiar porque soy el primer eslabón en esta cofradía de
mi familia, pero el capricho de mi abuela fue apuntarme en esta hermandad
porque el primer hermano mayor vivía justo en la casa de al lado y el deseo de
mi abuela era que su nieto saliera vestido de nazareno. Con cuatro años me
vestí de nazareno y hasta el día de hoy. Para mí la Agonía es todo, un modo de
vida, una forma de pensar. No hay día que no me levante y no tenga a la
hermandad en la mente. Cuando eres niño sueñas con ser nazareno, costalero,
capataz… y el último sueño, algún día mandaré en esta cofradía… en esta
cofradía sólo me queda un sueño por cumplir y es ver a la Señora en la calle.
CR.- Mi vinculación es distinta
porque mi hermandad de cuna es la Sentencia pero al ser esta mi parroquia,
desde chico veníamos aquí a a misa, recuerdo las homilías de D. Agustín, mis
amigos de la infancia, la verbena con el coro de la Sentencia con el que
veníamos a cantar… el cambio de día fue fundamental para mí porque yo salía el
Lunes con la Sentencia. En cuanto la cofradía pasó al Martes Santo cogí mi faja
y mi costal y me incorporé de pleno derecho a la cuadrilla de costaleros. Para
mí la Agonía es un sentimiento. Cuando en la vida surge un contratiempo, un
problema, a mí me viene la imagen del Señor, pero al mismo tiempo es un sitio en
el que estoy a gusto con la gente. Me llevo muy bien con todo el mundo porque
aquí todos somos una familia, aquí nos conocemos todos. El primer año que
estuve en Angola con Médicos sin Fronteras, el Martes Santo se leyó una carta
que yo había enviado para la cuadrilla cuando llegó el Señor a Mirabueno, lo
que provocó que mi hermana que salía de nazarena y mi madre empezasen a llorar.
Recuerdo que era una época complicada por la guerra que sufría el país y justo
el Martes Santo no hubo bombardeos. Lo que quiero decir es que esta es una
hermandad muy ligada a sentimientos, recuerdo cuando llegábamos
veintitantos debajo del Señor y parecía que no íbamos a poder y podíamos. Es
una hermandad implicada en el barrio. Es todo. Una manera de vivir.
¿Qué significa la Agonía para el barrio?
CC.- Yo creo que hay dos partes
perfectamente diferenciadas. Una es la cofradía, que es el Martes Santo y otra
es el tirón devocional que tiene el Cristo en la parroquia. El Cristo en la
parroquia es lo máximo. Todos entramos en la parroquia y, es verdad que
deberíamos irnos a la nave de la izquierda, al sagrario, pero prácticamente todo
el mundo va a la nave de la derecha a mirar al Señor. El Señor ha estado
presidiendo el altar mayor más de 25 años con lo cual era la imagen
representativa de la iglesia. Después con el nuevo retablo de Santa Victoria
pasó a ocupar su lugar actual. Y luego el Martes Santo.
Aquí todo el mundo es de la
hermandad de una manera devocional. Somos 400 hermanos pero de la hermandad
somos 2000. Aquí todo el mundo opina de la cofradía, se siente con ese derecho,
lo que nos sirve para mejorar porque cuando escuchas que alguien dice algo de
la cofradía, aunque no sea hermano, le escuchas. Si conseguimos llegar a
alguien que lleva toda su vida en el barrio aunque no sea hermano significa que
podemos llegar a conseguir cualquier cosa. En el barrio no podemos crecer más,
ocupamos todos los ámbitos, ya estamos creciendo fuera del barrio pero el
barrio se cerró hace veinte años por el plan de urbanismo y ya no tiene
capacidad de crecimiento con lo cual ahora llega el momento de crecer por los
cambios generacionales, el momento de que lleguen los hijos.
CR.- El Cristo es el puente que
une al barrio con la iglesia. El otro día cuando fuimos a ver a personas
ancianas y enfermos a sus casas con motivo del día del Corpus, me encontré con
una mujer que vive sola, que camina agarrada a un bastón en unas condiciones
precarias y se cayó en el cuarto de baño. Lo que me dijo que le dio fuerzas
para levantarse fue que lleva una foto del Señor en el bastón. Me dijo que se
agarró al Señor y Él fue quien le ayudó a levantarse. En el barrio todo el
mundo tiene presente al Señor aunque no sea de la hermandad y por supuesto todo
el mundo opina. Si le llevas a la Catedral unos días para salir de allí todos
opinan porque es a su Padre a quien te llevas.
¿Qué ha aportado la Virgen de la Salud en todo esto?
CC.- Primero fue la necesidad lógica
de tener una devoción mariana, influida por D. Agustín y Francisco Madero. Se
encargó y pagó a Miguel Ángel y llegó, pero yo creo que el verdadero tirón de
la Virgen fue tras su restauración. Al principio tenía una devoción muy
particular y pequeña, pero a partir de la restauración, del aniversario, del
cambio de pensamiento en la hermandad para darle el lugar que le corresponde,
parece que ya está en la calle. En la Córdoba Cofrade todo el mundo sabe que aún
no ha salido pero todo el mundo es consciente de su presencia.
¿Se vive como una necesidad verla en la calle?
CC.- Se lleva 20 años diciendo
que en unos años Ella estaría en a calle. Esta junta de gobierno ha sido la
verdadera impulsora de un proyecto para conseguirlo y ahora sí podemos decir
que en unos años será una realidad, menos de cinco, pero no de una manera
soñadora como hace veinte, ahora es tangible. Hay mucho hecho y un proyecto
económico aprobado por los hermanos. Hay un trabajo que implica que en dos o
tres años la Virgen esté en la calle, sin prisas, si no está, no está, pero hay
que marcar una fecha, si no cuesta más trabajo alcanzar los sueños.
CR.- Ahora mismos lo que estamos
haciendo es construir poco a poco. Si quieres salir a la calle tienes que tener
las jarras, la candelería, los varales… Nosotros vamos haciendo las cosas al
ritmo que permite la economía de la hermandad, una hermandad humilde, aquí no
hay una condesa, para salir dignos. Sabemos que no vamos a salir con el paso completo.
¿Qué importancia tiene el compromiso social en una hermandad como esta?
CR.- Crucial. Aquí la crisis
llegó antes de tiempo. Sus primeros estragos se empezaron a notar pronto. Ha
habido momentos en que la parroquia ha estado desbordada con 300 o 400 personas
acudiendo para solicitar ayuda, de modo que nos lo marcamos como prioridad. No
se pueden hacer cosas cofrades sin hacer cosas de hermandad.
¿En qué se traduce ese compromiso social?
En proyectos tangibles. La
hermandad sostiene aproximadamente un 35% del presupuesto de Cáritas de la
Parroquia con un ingreso mensual además de estar atentos a necesidades
particulares. Por ejemplo hace un par de años en el colegio público había unos
niños escolarizados que no tenían posibilidad de tener sus libros de infantil.
La hermandad becó a esos niños. Tenemos el proyecto de inserción de chavales
inmigrantes. Cuando cumplen 18 años los chicos inmigrantes que están tutelados
por la Junta de Andalucía pierden los pisos que se les facilita. Se les paga
una plaza en el albergue juvenil pero al no haber una tutela suelen
abandonarlo. Con un sacerdote se montaron unos pisos en los que hemos llegado a
tener 23. Ahora tenemos a 11 gracias a la actuación de organizaciones como
Proyecto Don Bosco y Córdoba Acoge que han hecho otros. La hermandad se encarga
de coordinar esos pisos que están en el Parque Cruz Conde, presentando el
proyecto, canalizando las subvenciones y en la organización diaria. En Zimbabwe
tenemos también nuestro proyecto de colaboración sosteniendo económicamente a
diez enfermos sin recursos con una aportación mensual y junto con Manos Unidas
y la Diputación el sostenimiento de chicos huérfanos a quienes se les
proporcionó una casa de acogida en la que hay 36 chavales de un total de 200
que allí son atendidos. Este año el proyecto de nuestra anual semana solidaria
va dirigido a ampliar el área de nutrición del hospital de la casa de acogida
para paliar, en la medida de nuestras posibilidades, los efectos que la sequía
y el VIH provocan en muchos niños.
¿Qué lugar ocupa la banda en la hermandad?
CC.- La banda siempre ha ocupado
un lugar privilegiado aunque es cierto que en estos últimos años hemos estado
mucho más pendientes de ellos por el hecho de que así lo demandaban. Ellos
querían que hubiese una canalización, una proyección de trabajo, una
organización y una estructura. Una vez que se ha ordenado la banda se ha visto
incrementada su personalidad. Se ha evolucionado musicalmente de una manera
abismal, aunque esté feo que lo diga el hermano mayor, pero es un hecho
consumado, una realidad. Ha sido un proceso muy lento, porque sostener una
banda es muy complicado, pero la hermandad ha visto la banda como una de sus
prioridades. Se podían haber proyectado económicamente otras cosas si la banda
no hubiese estado ahí, pero la hermandad siempre lo ha tenido claro. Hoy por hoy
la banda se autofinancia y existe el compromiso de proyectar al unísono con la
hermandad. De hecho la bambalina frontal se va a presentar en un par de
meses y posiblemente el 100% del coste sea sufragado por la banda.
CR.- La clave ha sido no verlo
como algo meramente económico lo que ha provocado que ellos también se hayan
sentido siempre arropados. Siempre hemos tenido claro que la banda era una
inversión humana.
CC.- El éxito creo que además
ha estado en que la banda es la hermandad y la hermandad es la banda,
independientemente de su esfuerzo, su dedicación, su trabajo. Aquí existe un
proyecto único, nunca me ha gustado diferenciar entre banda y hermandad.
¿Qué le ha quedado pendiente a Curro Carbonero al frente de la
hermandad?
Pendiente nada porque yo no
considero esto como un punto final. Pienso que cuando se es elegido hermano
mayor nunca dejas de serlo. Ahora me toca descansar y trabajar en un segundo
plano, pero voy a seguir ahí. Si dos personas empujan lo hacen con más fuerza
que uno sólo.
¿Qué le gustaría que dijeran de su mandato?
Me conformo con lo que yo siento.
No necesito que nadie venga a decirme lo que se ha hecho. Yo sé lo que se ha
hecho. Esta cofradía ha evolucionado muchísimo en estos años y esa era mi meta.
Yo quería una cofradía como las que a mi me gustan. Dentro de nuestras
posibilidades hoy la Agonía está perfectamente situada y valorada en la Córdoba
Cofrade.
¿Dónde situarían el origen del cambio sustancial que se ha producido en la hermandad? ¿Existe un momento crítico a partir del cual comenzó la metamorfosis?
CR.- Ha sido una evolución
natural. Cuando se analizan los documentos desde el libro fundacional todos los
proyectos han ido encajando, la Virgen, la Carrera Oficial, la casa hermandad…
Con la consolidación de cada proyecto se ha ido diseñando el rumbo.
CC.- Hay un hito claro. En el
momento en que en esta cofradía entraron a dirigirla personas con mentalidad
cofrade comenzó al cambio además de esa evolución natural. Cuando se decidió
ponerle capa al nazareno se hizo pensando en una hermandad de barrio o cuando
se le puso la cera roja al Señor lo hizo pensando en que somos sacramentales,
cuando se diseñó un paso de caoba y plata lo hizo pensando en un estilo
renacentista y en un corte de cofradía. Desde aquél momento la unión de todas
las personas que han pasado por esta hermandad ha provocado lo que es hoy
nuestra cofradía. Podemos decir evidentemente que uno de los cambios
importantes se produjo cuando Antonio Ranchal entró en la junta de gobierno
como hermano mayor. Estuvo trabajando cuatro años y medio e hizo una labor
magnífica en ese cambio a cofradía que los demás hemos seguido trabajando, de una
u otra manera.
La hermandad de la Agonía ha doblado sus cifras de nazarenos en los
últimos años coincidiendo con la salida desde la catedral. ¿Volveremos a ver
salir a la hermandad desde su barrio?
CC.- La hermandad ha visto
incrementada su nómina por muchos factores. Es evidente que esta hermandad es
atractiva. Hay quien se acerca a ella por la obra social que es un cañón y hoy
en día sacamos a la calle a un 65% de hermanos. Pero está claro que este cambio
está también relacionado con la importante reducción de itinerario.
CR.- Ahora mismo no se contempla
volver a salir del barrio. Nuestro templo de salida es nuestro Templo Madre que
es la catedral.
CC.- No contemplamos dejar de
salir de allí hasta que no se nos exija.
CR.- Nosotros ahora mismo dejamos
de salir de nuestra casa para hacerlo desde la casa de nuestra madre, ahora
está claro que si te ponen un altar en la puerta no vamos a tirarlo.
¿En qué condiciones está prevista la salida del palio?
CR.- Saldrá con los varales que
ya tenemos, la candelería también provisional, las jarras y los violeteros sí
serán los definitivos que está haciendo Valera y el frontal de la bambalina
bordado. Nos hubiera gustado salir con los varales nuestros pero se nos puso a
tiro una ocasión excepcional y la aprovechamos. Y con la corona, que no es una
corona cualquiera y la toca que ya se está bordando.
CC.- La toca que es un
espectáculo.
¿Qué cree Carlos Recio que le falta a la hermandad de la Agonía?
CR.- Lograr meterla en el ADN de
los hermanos. Lograr que la vivan como algo esencial en sus vidas, que la
sienta como algo suyo. Una vez que eso ocurre es imposible desligarse de ella.
Hablemos de la Catedral. ¿Qué opinión les merece lo que ocurrió en la
asamblea?
CC.- La asamblea y así se lo dije
al presidente, no estaba bien enfocada. Esa reunión no tenía que haberse
producido en esos términos. Tú nos tienes que convencer, no vencer. ¿Tú tienes
un proyecto? Preséntanos el proyecto, los números, los horarios y los
itinerarios y sobre eso trabajamos. No se puede llegar a solicitar permiso para
trabajar por esa carrera oficial cuando eso ya se dijo en 2013. Entonces ya se
le dio permiso para trabajar en ese sentido. Lo de ahora es más de lo mismo. El
otro día parecía que había que aprobar algo para que en Septiembre estuvieran
los palcos montados y creo que Córdoba no tiene ni la obligación ni la
necesidad de correr de esa manera. Lo que está claro es que el cambio está muy
cerca, yo veo cerca incluso la segunda puerta, más cerca que cualquier otra
cosa, y si no tenemos segunda puerta… creo que las cofradías debemos seguir
apostando por esa segunda puerta, si no, no se va a hacer nunca. Nadie necesita
una segunda puerta en la catedral salvo las cofradías. Si no presionamos
nosotros nadie lo va a hacer. Hay que estudiar cuáles han de ser las medidas de
presión para lograrlo. Los que ya hemos vivido lo que es estar dentro de la
catedral sabemos lo que significa. Hay hermandades que no saben lo que es vivir
una estación de penitencia dentro de la catedral. Una hermandad que lo prueba
no quiere volver a quedarse fuera. Y además en nuestro caso lo que se plantea
nos perjudica sobremanera.
La sensación que llega a los que no estuvimos dentro de la asamblea es
que hay un cambio de dirección, parece que ya no importa tanto entrar dentro de
la catedral y que es suficiente con el Patio de los Naranjos. ¿Comparten esa
sensación?
CR.- A nosotros nos indican que
esto sería una solución provisional mientras se soluciona el asunto de la
segunda puerta por la que se va a seguir luchando. Yo pienso que si se aprueba
no entrar dentro del templo dilataría el tema de la segunda puerta.
¿Dilataría o cerraría?
CR.- A esos niveles no llego pero
creo que, en cualquier caso sería un error quedarse en el Patio de los
Naranjos.
Cuando hablan de medidas de presión ¿a cuáles se refieren?
CC.- Si hacemos esta carrera
oficial que propone la Agrupación de Cofradías… si dependiese del obispado o
las cofradías la celosía estaba quitada. Pero la decisión la han de tomar los
políticos y si ven que se ha solucionado el problema que organizativamente es
factible, que en números económicos para la ciudad es sublime (las cifras
hablan de un 25 % más este año), sin abrir la segunda puerta nos equivocaríamos.
Los políticos han de ver que para trasladar la carrera oficial es
imprescindible la segunda puerta y sin eso es imposible. Si nosotros damos la
posibilidad de irnos a la catedral sin la necesidad de que se mojen las manos,
les estamos dando la solución perfecta. Ir a la catedral sin entrar. Hemos
demostrado este año que el edificio no se ve perjudicado por el paso de las
cofradías que era una de las condiciones que exigía el famoso informe. Hay
informes del Icomos que decían que no se podía hacer lo que se hizo con el
Puente Romano y se hizo porque la Junta de Andalucía dijo que sí. Ahora es lo
mismo. Los informes negativos no son vinculantes para hacer la obra, ¿por qué ahora
si lo es?
Entonces ¿la opinión de la Agonía es que no se cambia la carrera oficial
mientras no se entre dentro del templo?
CR.- Nuestra opinión es que
tenemos que entrar dentro del templo.
CC.- … y para ello es necesario
que haya una segunda puerta.
De aquí al año que viene imaginemos que no se puede abrir la segunda
puerta. ¿Cuál es la posición de la Agonía para el año 2017?
CR.- A día de hoy la posición de
las hermandades del Martes y Viernes Santo es entrar en la catedral.
CC.- Las hermandades de esos días
dejaron claro que no ponían pegas para trasladar la carrera oficial pero
siempre entrando dentro de la catedral. Es evidente que el Patio de los
Naranjos es también lugar sagrado pero también lo es el patio de la iglesia de
mi barrio pero lo realmente sagrado es donde está el Santísimo. Es cierto que
el Santísimo sale a vernos si está fuera pero no olvidemos que los sagrarios
están dentro de los templos, no en la puerta. Este año hemos ido todos a la
catedral sin necesidad de cambiar la carrera oficial, sigamos haciéndolo así
mientras no tengamos la segunda puerta. Llevamos 40 años haciendo carrera
oficial en las Tendillas, no se por qué hay ahora tanta prisa.
CR.- Lo que se vivió en la asamblea
es que no había la misma unanimidad que cuando se tomó la decisión de acudir
todos este año. Ahora cada cual quiere defender su parcela. Cada hermandad
tiene sus problemas y sus peculiaridades. Cada cual deba analizar en lo que
afecta tener que alargar los recorridos o dar determinadas vueltas, pero lo que
tenemos que tener claro es que el objetivo debe ser bajar pero no de cualquier
manera, sino de forma tranquila y sensata.
CC.- Esta decisión debe tomarse
siendo consciente de que “es para los restos”, es el traslado “universal”. No
es un proyecto de un presidente o un hermano mayor, es un proyecto de ciudad y
en los proyectos de ciudad los que se tienen que “pringar” son los políticos no
las hermandades.
CR.- Este año las hermandades le
dijeron a los políticos “esto es bueno para la ciudad, ahí lo tenéis”.
¿Lo de la asamblea fue pedirle un cheque en blanco a las cofradías?
CC.- Totalmente.
¿De quién ha de ser la iniciativa?
CC.- La iniciativa la debe tomar
la Agrupación en consenso con las hermandades. Tenemos unas personas que nos
representan que son el presidente y su junta de gobierno que están haciendo un
trabajo magnífico, pero a veces no hay que hacer las cosas bien, hay que
hacerlas muy bien. Ellos son los que deben trabajar y nosotros valorar su
trabajo. Ellos propusieron bajar este año para demostrar que necesitamos una
segunda puerta. Los esfuerzos de las hermandades en 2016, ¿en qué quedan? Bajó
todo el mundo a la catedral a una carrera oficial oficiosa para demostrar que
no iba a sufrir por el paso de las cofradías ni iban a haber problemas de orden
público.
CR.- La agrupación debe liderar
el proceso pero sin prisas y en consenso. No podemos dar un mal paso.
CC.- Un mal paso sería lo que se
ha planteado. Si no se hace lo que se pretendía
originalmente nadie va a volver a plantear la carrera oficial en
décadas, esto sería definitivo. La agrupación está haciendo un trabajo
impresionante para lograr un punto de encuentro, quizá no se ha hecho aún todo
el trabajo que se debe hacer.
Recordatorio De Cerca con Mercedes Delgado: "Sueño con que los cofrades de Córdoba manejemos nuestro propio timón"