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jueves, 31 de enero de 2013

La Virgen de la Merced


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Esperanza cordobesa


El 27 de mayo de 1947 fue bendecida la imagen de Mª Stma de la Esperanza obra de Juan Martínez Cerrillo.


Recordatorio Quisiera ser (dedicada a a la Esperanza cordobesa) 

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Madre de los Desamparados


La imagen de la Virgen de los Desamparados es obra del imaginero sevillano Antonio Eslava Rubio fue adquirida el día 17 de marzo de 1.973 y fue bendecida por el entonces obispo de córdoba don José María Cirarda Lachiondo. La Coronación Diocesana tuvo lugar el 9 de marzo de 1.980 en la iglesia parroquial de San Pedro, por el obispo don José Antonio Infantes Florido. En este acto, se le impuso a la Señora una corona de plata cincelada y sobredorada, sufragada por la feligresía y por diversos hermanos, obra del orfebre sevillano Manuel de los Ríos.  Los daños que le ocasionó el fuego en 1.979 hicieron que fuera restaurada por Juan Ventura en febrero del año 1.980 quien, además de restaurarla, procedió a la fijación total de la encarnadura. Es una imagen de candelero, que lleva talladas la cara y las manos en madera de pino de Flandes. Morfológica e iconográficamente, responde al gusto neobarroco. Su rostro maduro, de pálidas carnaciones, se anima con los consabidos postizos: ojos y lágrimas de cristal y pestañas de pelo natural. María eleva la mirada al cielo, y en la expresión del rostro, de facciones redondeadas, grandes ojos enmarcados por arqueadas cejas y entrecejo fruncido y boca entreabierta con labios temblorosos, concentra toda la grave carga del dolor. Las manos, artísticamente movidas, refuerzan el sentimiento de pesar que quiere transmitir la imagen.




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Cristo de la Clemencia



Santísimo Cristo de la Clemencia. Amadeo Ruiz Olmos (1938)

Recordatorio Clemencia



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Espíritu capuchino



"... Y llora mi alma
pensando en el lento
caminar del nazareno
y un palio mecido
al son de Campanilleros"


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Divina Pastora de Capuchinos



Divina Pastora de las Almas, titular mariana del Redil Eucarístico de la Divina Pastora y el beato fray Diego José de Cádiz.


La devoción a la Pastora surge en el siglo XVIII cuando fray Isidoro de Sevilla tuvo la gracia de ver a la Virgen vestida de Pastora debajo de un árbol, con un rebaño de ovejas. Esta visión pronto se propagó por toda Andalucía y prácticamente en todos los conventos de franciscanos capuchinos se dedica un altar a la Divina Pastora.


En Córdoba gozó de gran devoción en centurias anteriores, si bien, tras un acusado declive de la advocación, resurgió con fuerza a finales de los años noventa del pasado siglo, gracias al capuchino fray Ricardo de Córdoba, que junto a un nutrido grupo de feligreses del convento de dicha congregación de la capital, decidieron revitalizar la devoción a la patrona de los Capuchinos.



Es en este momento cuando se retoma el triduo en honor a la Pastora cordobesa que se celebra anualmente alrededor del domingo del Buen Pastor. Coincidiendo con las fechas navideñas, el día 6 de enero, fiesta de la Epifanía del Señor, la imagen es expuesta en devoto besamanos.





Extracto de un artículo de Francisco Mellado en Diario Córdoba.


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