José Barea. En la noche del pasado jueves cuatro de febrero a Junta Gestora de la Cofradía del Perdón convocaba asamblea informativa para todos los hermanos para confirmar lo que ya era un secreto a voces en los mentideros cofrades de la ciudad: la decisión de no realizar estación de penitencia el próximo Jueves Santo por las calles de La Línea, aunque sí en el interior del templo de San Pedro.
La razón parece estar motivada, precisamente, por el hecho de estar bajo la gestión de un Comisariado tras la dimisión en bloque de la Junta de Gobierno al término de la pasada Semana Santa y la no fructificación de ninguna candidatura desde aquel entonces.
Sin duda una decisión tristísima para la Semana Santa linense, que quedará huérfana de una de las Hermandades más populares de la ciudad en un día tan señalado como el Jueves Santo. La de 2016 será una Semana Santa tristemente histórica para la ciudad.
La Opinión
Y si me permiten escabullirme del tono informativo de una de las noticias que más tristeza me produce tener que haber escrito, y que aunque ya se llevaba barruntando varias semanas, no por ello deja de causarme un gran impacto... No entraré a valorar las motivaciones que han llevado a tomar esta decisión que tanto daño causará en el popular barrio de San Pedro, tan volcado con la Cofradía de sus amores y en el resto del mundo cofrade local. Pero no puedo resistirme a decir que Ellos, el Dios del Perdón y la Virgen de la Salud, están por encima absolutamente de todo el mundo. Juntas de Gobierno, gestoras, aguaores, capataces, bandas, enchaquetados varios y, por supuesto, costaleros. Que nadie olvide que estamos aquí de paso, pero que hay cosas que son eternas e inmutables. Y Ellos, el que tres veces va caído por su pueblo y la dulce reina de San Pedro, pondrán todo en orden antes o después. Vaya desde estas humildes líneas mi más sincero apoyo para todos los hermanos de corazón de la Cofradía del Perdón, que son los que verdaderamente están sufriendo y llevarán la procesión por dentro más que nadie.