Juan Pérez. La polémica ha saltado por un par de artículos publicados en Pasión en Sevilla en los que que se tilda de "abuso" el número de procesiones que se celebran en Sevilla cada fin de semana, con un tono que sugiere que es "pecado" hacer un culto. Muy curioso.
"Además del hartazgo que produce a quienes ven cortadas sus calles cada fin de semana, no somos conscientes del dineral que eso supone para las arcas públicas y de los problemas organizativos que produce porque, por si fuera poco, hay hermandades que avisan cinco minutos antes de salir que necesitan policías y otras que llegan a solicitar al Cecop policías tres fines de semana seguidos".
Estas palabras de Javier Macías, unidas a los Chisporroteos de José Cretario que hoy mismo aseguraba que "claro que hay abusos" justificando su análisis en sólidos argumentos como que "ni la mayoría de las procesiones de impedidos tienen enfermos a las que llevar el viático, ni muchos Corpus de estos de nueva factura son vistos por más gente de la que participa en la procesión" parecen hacer lo que se dice un "trabajito fino" al Ayuntamiento. El mismo Ayuntamiento que en la anterior legislatura, con otro partido al frente claro no tuvo problemas con el Cecop ni con los que ahora les hacen el mencionado "trabajito fino".
Tengan claro todos los que organicen procesiones en la Sevilla del siglo XXI que, a juicio de determinados "cofrades", si van pocos a verlos o si su procesión coincide con otras y además su tradición goza de pocos años de antigüedad, corren el riesgo de ser considerados abusadores y por lo tanto merecen ser ¿prohibidas?. Porque, más allá de que ya lo que faltaba es que a los cofrades se nos ataque desde dentro, alguien tendrá que explicar en qué consiste la consideración de abuso. ¿Tendrán que pagar un impuesto revolucionario para ponerse en la calle? ¿Deberán pagar a la policía de su bolsillo?. ¿Se considerarán abuso igualmente las sucesivas venias de media hora solicitadas casi hasta el infinito en Semana Santa sin que nadie diga ni mu, o con los poderosos no se atreven?. Y digo yo ¿Quién abusa de quien?
Tengan claro todos los que organicen procesiones en la Sevilla del siglo XXI que, a juicio de determinados "cofrades", si van pocos a verlos o si su procesión coincide con otras y además su tradición goza de pocos años de antigüedad, corren el riesgo de ser considerados abusadores y por lo tanto merecen ser ¿prohibidas?. Porque, más allá de que ya lo que faltaba es que a los cofrades se nos ataque desde dentro, alguien tendrá que explicar en qué consiste la consideración de abuso. ¿Tendrán que pagar un impuesto revolucionario para ponerse en la calle? ¿Deberán pagar a la policía de su bolsillo?. ¿Se considerarán abuso igualmente las sucesivas venias de media hora solicitadas casi hasta el infinito en Semana Santa sin que nadie diga ni mu, o con los poderosos no se atreven?. Y digo yo ¿Quién abusa de quien?
Recordatorio Antonio Santiago rompe su silencio