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miércoles, 13 de julio de 2016

El Suspiro del Ángel: Sueños rotos


Suspira el querubín mientras toca el arpa en una esquinita del cielo donde da la sombra. Una marcha interpretada a cuerda con sones marineros que recuerda a esas bandas tan de la costa que vienen cada año cuando los últimos días del verano dejan un remanso de paz por las calles.

Suspiros alados porque la idea de traerla quedó rota y no se sabe si se rompió porque no quedaba dinero ni para pagar algún estreno costalero o las negociaciones estaban rotas antes de comenzar porque la banda no quería dejar roto, otro compromiso que no se podía quedar roto antes de septiembre y quedara rota otra negociación.

Suspira el Ángel porque sabe que todo lo que quedó roto puede que viniera ya de fábrica y nadie tuvo la culpa de que quisieran pagar los platos rotos con el que menos culpa tenía porque todo el mundo sabe que no hay nada que no se arregle con un bocadillo y un refresco en una cochera a la sombra del calor que deja rotas las ganas de procesión.

Joaquín de Sierra i Fabra





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