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jueves, 14 de julio de 2016

Enfoque: El cordobés que portó un trono malagueño


Blas J. Muñoz. En ocasiones la ciudad camina hacia sus imágenes o se reproduce el camino a la inversa. Se trata de una aproximación providdencial que empuja a la criatura hacia el Creador de formas insospechadas. Cuando contemplaba las fotografías, de uno de nuestros queridos compañero realizadas en Málaga esta misma mañana, el recuerdo del trono de traslado del Señor de la Pasión que alumbra la capital de María Zambrano regresó a la memoria.

Sobre esas andas procesionales que tanto recuerdan a la influencia malagueña en la Semana Santa de la Campiña Sur cordobesa, desde Aguilar a Priego, el Señor de San Basilio presidió no hace tanto el Vía Crucis de las Hermandades que se celebra al comienzo de cada Cuaresma en la Catedral, cual muestra de comunión con la iglesia dioesana.

Sin embargo, como decíamos al comienzo, la Providencia camina por senderos estrecchos, inescrutables que, en ocasiones te alejan de tu entorno de confort para guiarte más allá de las fronteras de tu vida para ampliarla y enriquecerla. Y así llevó a un crdobés a portar ese mismo trono de traslado con el Señor de la pasión de Málaga, dispuesto a ser preparado para su salida procesional.

Las cofradías nos dejan momentos imposibles de ser olvidados jamás. Y aquel Jueves de Pasión llevó a un cordobés, al autor de estas fotografías, a portar durante unos minutos al Hijo de Dios, al que otras generaciones le rezaron y que se unen en el nexo invisible del sentimiento compartido por los seres a los que no importa una distancia física para comprender que, llegado el momento, es el Creaador mismo el que te regala un instante eterno, como la vida que nos aguarda.

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