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domingo, 10 de julio de 2016

Un altar para una Emperatriz


Miguel Arroyo. Quien se acerque a la iglesia conventual de San José podrá contemplar con el mimo que los hermanos de la archicofradía han preparado la novena de este año. Como siempre, hay que destacar el sabor conventual de los montajes que se llevan a cabo para celebrar los cultos de Ntra. Sra. Del Carmen Coronada. En esta ocasión podemos observar como la Santísima Virgen aparece escoltada por los dos reformadores de la orden del Carmelo, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, quienes quedan enmarcados por esbeltos doseles. 


La talla de San Juan de la Cruz es de autor anónimo, fechado en torno a 1675, año de su beatificación. Se encuentra durante el resto del año en su capilla en la nave de la epístola. Ha sido revestido para esta ocasión en especial. Como detalle, podemos contemplar un relicario con las reliquias de los dos santos junto al sagrario.


Nuestra Señora del Carmen Coronada aparece ataviada de forma sobresaliente con el hábito de la coronación y la capa de camarín que ejecutara el taller de bordado de la archicofradía hace dos años. Flota sobre su pelo la mantilla de encaje de bruselas que estrenó en la coronación y porta la corona de plata sobredorada del s. XVIII.

En cuanto a la flor, se han colocado ocho jarras cónicas compuestas por clavel, clavellina, statice y limonium blancos. Como todos los años, esta labor ha recaído en nuestro hermano y florista D. Rafael Barón Jiménez. En el apartado de la cera, los puntos de luz se han distribuido a los lados del sagrario de forma piramidal, conformando una estampa muy elegante.

Fotos Antonio Poyato









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