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jueves, 25 de agosto de 2016

Álvaro Abril vuelve a ser noticia


Guillermo Rodríguez. Àlvaro Abril se ha consolidado dentro del panorama cofrade como una auténtica realidad en los últimos años, tras superar con nota sobresaliente su etapa como figura emergente. Respetado, reconocido y profundamente valorado, pese a su insultante juventud, fundamentalmente en la zona más oriental de Andalucía, con una importante presencia en Granada y Jaén, lleva años desarrollando una más que interesante faceta de vestidor y diseñador, que no ha pasado inadvertida para las hermandades cordobesas.

En buena lid, su presencia en nuestra ciudad se está dejando notar en hermandades como el Huerto, donde ejerce de vestidor de María Santísima de la Candelaria desde septiembre del año pasado, imprimiendo un aire renovador a la dolorosa de San Francisco que en sus manos se ha visto dotada de una nueva personalidad. Una labor que está abarcando también su faceta de diseñador en otras dos hermandades cordobesas, en las cuales su influencia está siendo más que notable en los últimos tiempos, la Quinta Angustia -donde compagina su labor con  la de vestidor- y el Perdón.

En el caso de la hermandad de la iglesia de la Merced su impronta en el ámbito del diseño está marcando el devenir patrimonial de la corporación, siendo responsable del enriquecimiento artístico de buena parte del ajuar de su titular, proyectando una saya -una excelente pieza con diseño inspirado en el bordado de la centuria decimonónica, perteneciente a la corriente del modernismo-, una corona y otros elementos entre los que destacan un corazón y un puñal para María Santísima de la Quinta Angustia.

La otra cofradía cordobesa cuya esencia presente y futura está siendo influida considerablemente por el concepto artístico que emana de Abril, es el Perdón, hermandad para la que ha diseñado el nuevo palio de María Santísima del Rocío y Lágrimas, cuyo primer avance pudo ser disfrutado por la Córdoba Cofrade el pasado Miércoles Santo, y supone la materialización de un prometedor proyecto, nacido de la creatividad del artista granadino, quien señaló en su presentación que su objetivo es "que sea un palio muy cordobés y que jamás sea imitado". Un Senatus, un Estandarte -bacalao- y un puñal para la Reina de San Roque, completan un acervo patrimonial más que interesante.

Hoy, Abril vuelve a ser noticia por haber sido nombrado vestidor de María Santísima de las Lágrimas, titular mariana de la Hermandad de Jesús Nazareno de Campillos (Málaga), una talla de los años cuarenta del imaginero sevillano, Antonio Castillo Lastrucci, por cuyo nombramiento este joven artista granadino ha manifestado su felicidad y satisfacción. Un paso más que refuerza con nitidez su incuestionable figura y da buena cuenta de que Álvaro Abril ocupa ya un lugar de privilegio, por derecho propio, entre los artistas con un futuro más brillante de cuantos han ido apareciendo en los últimos años.




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