Cuenta la leyenda que allá por 1988, un joven artista cordobés concibió a la que es “la niña de mis ojos”, una tez morena, una mirada de consuelo esperanzador y unos labios semiabiertos que indican el dolor de una Madre al ver crucificado y agonizando a su Hijo. A pesar de no ser la vecina mas antigua del Naranjo, es la vecina mas aclamada y querida por su barrio.
Hace unos días, me encontraba frente a Ella, en su capilla, cuando una imagen de una persona mayor me sobrecogió. Ella, la que es Salud de los enfermos, recibía a una de sus vecinas, quien ya con algo de dificultad caminaba gracias al apoyo de un bastón. En una mano el bastón, en la otra, flores para su Madre. Como si el tiempo se parase para la mujer, detenida frente a la Capilla, comenzó una conversación con la Virgen; quizá por su ya avanzada y notable edad, pero hubo unas palabras que aún sobrecogieron más:
“Hola mi Virgen, soy yo, tu vecina, la que cada semana viene a tu capilla con flores en la mano, a pedirte por esta pierna que tantos problemas me da últimamente; pero te pido por ella, por mi hija, por la que también es tu hija, tú ya bien conoces todo lo que le está aconteciendo en su vida, dale refugio y esperanza como madre donde poder ampararse, dale, madre mía, Salud”
Tras esto, la mujer sentada frente a un banco de la capilla, comenzó a llorar. Aventurándome, le pregunté cuál era el motivo por el cuál lloraba, la respuesta, aún mas sobrecogedora que lo vivido anteriormente: “Tras la muerte de mi marido, hace ya algunos años, cada semana vengo aquí a verla, aunque con una edad avanzada, sigo siendo fiel a mi cita con Ella, cuando vengo aquí, encuentro una mirada de Madre, un consuelo, el otro bastón para mi brazo. Cada Martes Santo, mientras la Cofradía sale en procesión es Ella, la que es Salud, la que nos cuida a los ancianos y enfermos de este barrio del que es la vecina mas bonita y querida hasta que llega el Señor ya de vuelta.”
Contigo Salud, ¡del Naranjo al Cielo!
Miguel Ángel Carvajal Ruiz
Foto Manuel Valera