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jueves, 29 de septiembre de 2016

De Canela y Clavo: La puerta de las lamentaciones


La noticia en algunos medios nos aparece como "creación de la segunda puerta". Craso error ya que la puerta existe y no se entiende como modificación (menos mal que se emplea el raciocinio) retirar un celosía fija colocada en la década de los 70 del siglo XX, que adolece de nivel artístico y que cumple básicamente con la labor de tamizar la luz del exterior.

La sustitución de esta celosía fija por una abatible, ha hecho derramar ríos de tinta en la prensa, ya que ha sido utilizada políticamente, como medida de presión en un preclaro tira y afloja con los verdaderos, únicos y genuinos responsables y propietarios del primer templo de la Diócesis, la iglesia.

Ni que decir tiene, que el susodicho tema de la segunda puerta, se ha utilizado como medida de presión por las corporaciones cofrades que desestiman la propuesta de la Agrupación de Hermandades, de trasladar la Carrera Oficial a la Catedral.

La pregunta es, solucionado el "momento segunda puerta", ¿qué argumentarán ahora los detractores del traslado de la Carrera Oficial?... ¿el exceso de público sentado o a pie?, ¿querrán poner un numerus clausus de nazarenos? ¿exigirán que haga mucho sol y haya ausencia de lluvia por escrito? ¿se empeñarán en que se haga Estación de Penitencia en Deanes y no en la Catedral?, y ciento una mil tontás más por mor de marear la perdiz y quedar por encima... ¿por encima? Más bien por debajo.

Semejantes actitudes distan mucho de ser las adecuadas y se acercan más al pecado de la soberbia que al ejercicio de la caridad cristiana... claro que no se le puede pedir más a quien no da más de sí.

Ahora toca dejar trabajar a las Hermandades y a la Agrupación. ¿Oyen eso señores "de que se trata que me opongo"?. Dejen trabajar y échense a un lado si verdaderamente son incapaces de dejar de mirarse el ombligo.

Pongan en práctica las palabras del Santo de Asís: "Dando se recibe, olvidando se encuentra, perdonando se es perdonado y muriendo se resucita a la vida". Son infalibles...

¡Ah!, y recuerden que los responsables de las Hermandades no deben exponer sus pensamientos sino el de sus hermanos y dejen las rencillas personales para las tertulias, esto es mucho más serio.

Háganlo aunque sea por respeto al legado que hemos heredado de nuestros mayores y en virtud de lo que legaremos a nuestros hijos.

Que todo se haga a mayor honra y gloria de Dios y de su Santísima Madre.

Paz y Bien.

Irene Gallardo

Foto Antonio Poyato



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