Juan Gravina Ponce. Segundo año de mandato de Isabel Ambrosio en el consistorio de la ciudad de Córdoba y la alcaldesa ha parecido insinuar, quizá (quién sabe), que el trato en la popular Velá de la Fuensanta hacia la celebración religiosa de la misma no ha venido a ser el más correcto. ¿Que por qué decimos quizá? Bueno, porque quizá las declaraciones de la primera edil de la ciudad no han sido lo suficientes contundentes como para atrevernos a aseverarlo. Juzguen ustedes mismos.
En el año 2015, primero de mandato del gobierno de coalición PSOE-IU, llamó especialmente la atención la exclusión del programa de la Velá del traslado a la Catedral de Nuestra Señora de la Fuensanta Coronada así como de la procesión de vuelta de la Patrona de la Agrupación de Hermandades y Cofradías desde el primer templo de la ciudad hasta su santuario. Más aún cuando en el mismo se incluyó hasta una competición de piragüismo. En el presente 2016, el programa de dicho evento cita: "Llegada de la imagen de la Fuensanta a su iglesia", con lo que, de manera testimonial, la popular devoción mariana de la ciudad parecía tener de nuevo su "hueco" en el mismo.
Esta misma mañana la alcaldesa de la ciudad, en una comparecencia ante los medios, ha eludido dar una respuesta clara a la pregunta formulada por los mismos al respecto, pero sí ha afirmado que "en la Velá caben todas las sensibilidades, desde la reivindicativa hasta la religiosa, y quien pretenda excluir una de ellas comete un grave error", con lo que parece venir a reconocer que el procedimiento en 2015 no fue el más acertado.
No obstante, como ya se ha señalado, el programa de 2016 se ciñe exclusivamente a citar la llegada de la pequeña imagen mariana a su barrio, sin mencionar el traslado a la Catedral, el oficio religioso que en la misma celebrará el Obispo de la ciudad o la eucaristía que se celebrará en el pocito en su día.
