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viernes, 2 de septiembre de 2016

La Paz y Esperanza prevé coronar a la Virgen en 2020


Guillermo Rodríguez. Cuatro años podría ser el horizonte temporal que baraja la junta de gobierno que preside Enrique Aguilar, para que el sueño de coronar canónicamente a la dolorosa de Martínez Cerrillo se vea materializado. No se trata, por descontado, de que 2020 sea ya la fecha fijada, pues la concreción de este extremo dependerá de la conjunción de múltiples factores, muchos de los cuales escapan al control de la hermandad capuchina. Pero si es la estimación aproximada con la que trabajan en la casa blanca, según fuentes cercanas a Gente de Paz.

Este domingo 4 de septiembre, a partir de las 11 de la mañana, en el salón parroquial de San Miguel, los hermanos de la hermandad del Miércoles Santo están citados para dar su aprobación a la propuesta de la junta de gobierno de retomar los trámites que ya se iniciaron hace años, durante el mandato de Antonio Peligro, tras permanecer en el cajón del olvido durante todo este tiempo. Una asamblea en la que tendrán que definirse múltiples aspectos esenciales para que la coronación llegue a buen puerto, entre los que destacan por encima del resto el formativo y el asistencial, ambos con un peso específico actual en la hermandad francisca que habrá que multiplicar por mucho para que adquieran los mínimos niveles exigidos para que un proceso de estas características obtenga la aprobación de Palacio.

Cabe recordar que la coronación canónica es uno de los ritos litúrgicos católicos, instituido en el siglo XVII e incorporado en el siglo XIX a la liturgia romana, usado para resaltar la devoción por una advocación mariana y consiste en la imposición de una corona a la imagen escogida. El origen de este rito se sitúa en el siglo XVI, cuando, curiosamente, los hermanos capuchinos, como culminación de sus misiones evangelizadoras, recogían joyas como símbolo de conversión y desprendimiento que fundían para confeccionar con ellas una corona para la Virgen. Existen tres tipos diferentes de concesiones de coronaciones canónicas; la pontificia que concede el Sumo Pontífice y se otorga con una frecuencia muy reducida, la diocesana que es aprobada y concedida por el titular de la diócesis a la que pertenece la imagen - Inicialmente el obispo sólo tenía la iniciativa, declarando la coronación el Capítulo de San Pedro. Juan Pablo II agilizó el trámite otorgando la competencia al Ordinario de Lugar. - y la litúrgica, que no necesita de permiso alguno, que la realiza cualquier eclesiástico y puede llegar a ser elevada al rango de Canónica Diocesana.

Los trámites que dan inicio al proceso de coronación son el Escrito de Solicitud, en el que la hermandad ha de especificar los motivos que justifican la petición y el Acta de Aprobación del Cabildo, que es el trámite que la hermandad deberá aprobar en Asamblea este domingo. En el documento tendrán que concretarse pormenorizadamente, la historia y los datos artísticos de la talla y la devoción que el pueblo profesa a la Virgen, así como los cultos que la cofradía desarrolla en su honor, cuestiones básicas de partida en las que ha de asentarse un procedimiento de este tipo.

Entre los aspectos que deben ser impulsados de manera paralela al desarrollo del proceso, si la hermandad no los tiene implantados de antemano, se encuentran la Formación, el Proyecto Pastoral y la Obra Social. La actividades de carácter formativo deben incluir un programa anual de acciones formativas encaminadas a potenciar la evangelización de hermanos y fieles, una de las patas fundamentales de la esencia de una hermandad. El Proyecto Pastoral, que igualmente ha de desarrollar el objetivo de la evangelización, debe incorporar un proyecto perfectamente diseñado y estructurado para difundir la Palabra de Dios. Un proyecto que se sume al proyecto global de la Iglesia a la que se hallan adscritas las hermandades y cofradías. Finalmente la Obra Social ha de tener una sustancia acorde con la envergadura de la causa. Ejemplos de obras de esta dimensión, evitando el efecto comparativo con otras corporaciones cordobesas, son el Centro de Atención Infantil de la Esperanza de Triana, el Centro de Estimulación Precoz del Buen Fin o la Fundación Santa María Elena de la Familia, el Proyecto Victoria y el proyecto “No sin alimentos”, que comprende aportaciones financieras o en especie al economato Social “Miguel de Mañara” de la Hermandad de la Santa Caridad, al supermercado Social de las Salesianas, al economato Social de Santa Genoveva, al comedor Social de Pumarejo, y al comedor de ancianos de las Hermanitas de los Pobres, además de suministrar alimentos a 40 familias del barrio de las Tres Mil Viviendas, todo ello desarrollado por la Paz del Porvenir con motivo de su inminente coronación. Ejemplos que deberán ser tenidos muy en cuenta por los dirigentes de la Paz y Esperanza para dotar de este proceso de elementos de especial trascendencia que van mucho más allá del mero hecho de coronar a la Virgen. La colaboración con alguna de las Misiones que los Padres Capuchinos desarrollan en Iberoamérica y el resto del mundo podría ser una opción muy a tener en cuenta por la hermandad.

Por último la petición deberá aportar adhesiones de otras hermandades, instituciones, hermanos, fieles, devotos, asociaciones, movimientos apostólicos, asociaciones civiles, culturales y autoridades civiles con el fin de dar evidenciar el apoyo social que justifica el proceso. En suma un proceso complejo, a la par que ilusionante que si se cumplen los plazos barajados implicarán necesariamente que a lo largo de este tiempo la hermandad se vea inmersa en un proceso electoral que añada elementos imprevisibles al mismo. De momento la pelota para iniciarlo, está en el tejado de los hermanos de la Paz.





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