G. Rodriguez/Adrián Martín. El sueño comenzó a fraguarse un 26 de septiembre de 2006, una efemérides que se la magnífica Agrupación Musical Cristo de Gracia está celebrando con intensidad. Un sueño que muchos, en la hermandad de que la emana su esencia, habían imaginado hacerse realidad en multitud de ocasiones. El deseo de una banda con aroma trinitario tras el Santísimo Cristo de Gracia era una ilusión compartida por un buen número de hermanos.
De la mano de Ricardo Rojas y los hermanos Jesús y Rafael Fernández y bajo la sabiduría musical de Manuel Roldán, unos jóvenes cargados de ilusión materializaron el principio de aquél sueño y pusieron los cimientos de lo que hoy es una maravillosa verdad dentro de la música cofrade de la ciudad de San Rafael. Una Agrupación Musical con un estilo inconfundible y que ha ido abriéndose hueco en el dificilísimo panorama de la música procesional, con una rotundidad diga de todo elogio.
Una década de constancia y esfuerzo, de perseverancia y trabajo colectivo, de retos y sinsabores, de promesas cumplidas y un incontestable afán de superación que ha permitido cuajar una magnífica banda, con un envidiable presente y un futuro que parece no tener límites. Una ilusión que comenzó a saborearse con "Christus Vincit", aquella primera marcha montada en la Polígono del Granadal.
Una realidad que pudo atisbarse cuando en la primavera de 2007 sus primeras marchas sirvieron de ofrenda para el imponente Esparraguero, aquella mañana del Jueves Santo en la que la lluvia quiso hacer acto de presencia- Y se solidificó para siempre cuando un año más tarde comenzó a cuajar la perfecta simbiosis entre el crucificado de los Trinitarios y su Agrupación Musical. Aquella noche, la banda dejó la Cruz de Guía de la Cofradía para ocupar, en la calle Alfaros, el lugar de privilegio que existe en la trasera del Cristo de Gracia, y no abandonarlo nunca más.
Sonó "Alma de Dios" y el mundo entero supo que jamás habría otro lugar cada Jueves Santo para aquellos elegidos, que desde el que rezan con su compás al Rey del Alpargate. Diez años derramando gracia tras el Hijo de Dios, convirtiendo sus notas en incienso para el Divino Salvador y en perpetua comunión con la cadencia poderosa de su caminar por las calles cordobesas y la armonía infinita que destila su inabarcable naturaleza. Un presente y un futuro que tienen sentido con Él y para Él.
Por eso Alfaros es el nombre elegido para explicar aquél momento inexplicable del mejor modo que estos músicos saben hacer, a través del pentagrama. Una nueva marcha nacida de la creatividad de Alberto Gómez Ruiz uqe la propia formación musical ha descrito como “diferente, con potencia, con fuerza, con garra, con melodía y sentimiento. Una marcha en la que la dulzura, el pellizco y la energía se entremezclan para poder expresar lo vivido aquella mágica media hora (…) una marcha, una calle, una noche, un año, una Cofradía, una banda, un barrio, una devoción, un sentimiento, un pedacito de cielo que pudimos tocar… Es Alfaros". Una marcha que a partir de hoy comenzará a convertirse en realidad por obra y gracia de Cristo de Gracia.
Foto Diario Córdoba