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martes, 8 de noviembre de 2016

El Rincón de Costal Hero: Llámenme comunista



¡Tos por igual valientes!. ¡A esta es!

Se ha liado una buena con el vestidor de la Macarena… "que si jugar a las muñecas, que si experimentos, que si está to' inventao…" lo de siempre. A mí, al contrario del altar extraordinario, me ha gustado como han vestido a la Esperanza para difuntos y después de comentarlo con el jefe de esta casa, no soy el único que piensa así. Me parece una apuesta valiente y sin complejos. Calma, mi arma, no se me alteren, que para gustos los colores. En esta vida hay que arriesgarse porque sin riesgo la cosa se reduce a copiar y recopiar lo que otros antes copiaron. También es cierto que sin riesgo no hay errores, eso está claro, pero tampoco evolución ni aporte artístico. Me gusta la profundización para rescatar puntualmente imágenes comunes antaño, olvidadas por el paso del tiempo y sobre todo me gusta el atrevimiento. Eso sí, cuando uno se arriesga y se arriesga mucho, como ha sido el caso, se somete a la crítica, a la justa y argumentada y al ladrido desmedido de quien nada sabe salvo criticar sin razonar. Va con el cargo, así que que nadie se enfade, ni con la una ni con la otra.

Como dice mi compare, las cosas son como son y no como nos gustaría que fuesen y la renovación de Redención en San Esteban ha vuelto a demostrar la contundencia de esta frase. Por más que uno se empeñe en tirar de un extremo de la cuerda, si del otro extremo tira una mayoría no hay nada que hacer. Hay quienes viven de las glorias pasadas y no se dan cuenta de que fueron adelantados por la izquierda hace mucho tiempo. Bien harían en preguntarse por los auténticos motivos de su situación actual en lugar de buscar fantasmas ni persecuciones donde no los hay y poner soluciones. A lo mejor no es sólo una cuestión musical. Basta con mirarse en el espejo de su propio pasado para ver que algo falla. Y si por dos veces se insinuó desde dentro que si votaban a fulanito volverían a reinar y las dos veces perdió fulanito, quizás habría que aprender dos cosas. Una que la próxima vez que se presente fulanito hay que cerrar el pico y la otra que si siempre pierde el fulanito que me quiere, igual es que sólo me quiere fulanito.

Ya sé que me meto en un jardín de imprevisibles consecuencias pero soy de los que no me parece bien que el Gran Poder saliera el domingo. Que sí, que todo fue muy bonito, que mucha gente, que mucha fe y todo lo que quieran. Y sí, yo también estuve, no me lo iba a perder, claro, que a los sevillanos nos gusta más un paso que comer con los dedos. Pero eso no quita que no me parezca normal que no se mida a todos por el mismo rasero. Yo comprendo que para todo hay categorías en la viña del Señor -nunca mejor dicho- pero la mujer del César no sólo debe ser virtuosa sino parecerlo, es decir, aunque todos sepamos que hay tres o cuatro cofradías que están fuera de concurso, taparse un poquito mi arma, que no se note tanto. ¿Se imaginan lo que hubiera pasado si una hermandad cualquiera, pongamos Bellavista, hubiera previsto una salida extraordinaria para un sábado, esta se hubiese suspendido y la hermandad hubiese querido trasladarla al domingo? ¿Se imaginan lo que hubiese dicho el Ayuntamiento sobre tener que trasladar todo el dispositivo de miles de personas al día siguiente? Si se responden lo mismo que yo, ya saben por qué no me pareció bien el cambio. Llámenme comunista pero me gustaría que todos fuesen tratados de igual manera, cosas de la utopía.

¡Ahí queó!


Costal Hero





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