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miércoles, 9 de noviembre de 2016

Los otros tesoros de la Hermandad del Prendimiento


Esther Mª Ojeda. En publicaciones anteriores de Gente de Paz ya nos hacíamos eco de la joya patrimonial por excelencia que  la corporación del Prendimiento conserva en su Casa de Hermandad como recuerdo de un pasado que giró en torno a Él: el busto del que fue su primitivo y querido titular. No obstante, alrededor de ese inestimable tesoro se protegen otras muchas piezas que la hermandad salesiana guarda con el celo y el mimo propio de quienes se saben custodios de una valiosísima herencia.

En aquella mencionada visita por parte de nuestro medio al corazón de la cofradía del Martes Santo hizo posible que nos hiciéramos conocedores de esos preciados enseres y con ello, que se nos diese la posibilidad de mostrar al resto de la comunidad cofrade algunos de los más reseñables. 

Uno de los más curiosos y de los que la hermandad más se enorgullece es el traje de torero confeccionado en tonos verde manzana y oro y que perteneció al siempre recordado Manuel Rodríguez Sánchez “Manolete”. El legendario traje fue el escogido como reserva en la dramática jornada del 28 de agosto de 1947 de Linares en la que el torero cordobés perdió la vida. Tras aquel llorado suceso, la popular madre del diestro, Doña Angustias, tomó la determinación de donar el traje de su hijo a la Hermandad del Prendimiento – puesto que el maestro había sido antiguo alumno salesiano – con el propósito de que los bordados fuesen aprovechados para traspasarlos, bien al palio, bien a la saya de la Santísima Virgen. A pesar de esa noble intención inicial, la corporación decidió conservar tal cual el traje del desaparecido Manolete, gesto al que hay que agradecer que actualmente el apreciado conjunto permanezca expuesto en una vitrina de la Sala de Juntas.

Cabe destacar, asimismo, una túnica de cola realizada en el año 1955 en terciopelo rojo de Lyon y adornada con bordados de otros trajes de torero pertenecientes a los célebres diestros José María Martorell y Manuel Calero “Calerito” – quien además había sido padrino de la bendición de Nuestro Padre Jesús de las Penas – contribuyendo con ello a la perpetua e histórica relación entre toreros y hermandades.

Por otra parte y tal y como muestran las excelentes fotografías realizadas por Raúl Hernández podemos encontrar entre sus piezas patrimoniales el magnífico manto de la Virgen de la Piedad que la hermandad salesiana estrenaba el pasado mes de septiembre: el comentadísimo manto de vistas bordado en oro para el que se habían reutilizado los bordados del mítico techo de palio – realizados por las Madres Adoratrices en 1937 – que un día cubrió al grupo escultórico de la Virgen de las Angustias.

También en esta ocasión pudimos encontrar tras esas vitrinas un par de libros de la cofradía, ambos con el característico escudo de la hermandad del Martes Santo. En la cubierta de uno de ellos puede leerse “La Hermandad de Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento y María Santísima de la Piedad de los AA. AA. Salesianos de Córdoba a su Consiliario Rvdo. Padre D. José Ruiz Olmo con motivo de su onomástico. 19 – 3 – 58”. En dicha cubierta puede igualmente apreciarse el paso del tiempo, el cual ha causado evidentes estragos en la cruz que preside el escudo del Prendimiento, hasta el desprendimiento de algunas de sus piezas ornamentales.

Asimismo, la Casa de Hermandad de la cofradía de María Auxiliadora acoge en su interior otras piezas tales como un par de incensarios, una excelsa custodia dorada en plata sobredorada, un estandarte realizado en terciopelo azul y bordados en oro – también con el escudo de la cofradía en el centro del mismo – el detalle de un ángel ejecutado en plata, otras túnicas confeccionadas también en terciopelo rojo y bordados vegetales en oro y la pequeña imagen de un niño Jesús, ataviado con una túnica blanca con diseños igualmente vegetales en tonos dorados.

Fotografías Raúl Hernández






 









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