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viernes, 9 de diciembre de 2016

Cuando el sentimiento cofrade es capaz de derribar las fronteras


Carlos Gómez. Que la fe carece de fronteras en una verdad inalienable para cualquier creyente. Tampoco lo tiene el amor por las cofradías y si bien esta clase de noticias no suele ocupar la primera plana de la información cofrade es de justicia que en ocasiones así sea. Adrián Márquez es un joven de 24 de edad que el pasado 3 de diciembre tomó posesión junto con el resto de sus compañeros como miembro de la Junta de Gobierno de la Hermandad de Nuestra Señora de la Encarnación de Gerena (Sevilla) tras el proceso electoral que se ha desarrollado en el seno de esta corporación.

Adrián es un joven cofrade comprometido con buena parte de las actividades que se desarrollan en su pueblo y que ha cumplido una de las ilusiones de su vida al ser elegido para ser directivo de la hermandad. Ha formado parte de la Tertulia Cofrade "A Esta És", además de ser hermano de todas las hermandades de gloria y penitencia de Gerena y socio de la Asociación Gerenense de Discapacitados (Agedis) de la misma localidad sevillana.

Y es que Márquez forma parte de esta asociación porque tiene Síndrome de Down, lo cual, como evidencian sus hechos, no le impedido acometer ninguna de los sueños y las actividades que ha querido desarrollar a lo largo de su vida entre las que se halla ocupar un un puesto directivo en la Hermandad de la Encarnación. Todo un testimonio de vida que ha de servir de ejemplo para propios y extraños, derribar mitos absurdos y poner de manifiesto que, tal y como indicábamos al principio, la fe y el sentimiento cofrade carecen de fronteras.




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