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viernes, 9 de diciembre de 2016

El Besamanos de María Santísima de las Tristezas por Benito Álvarez


Carlos Gómez. El Día de la Purísima Concepción se vivió con plena intensidad en multitud de rincones de Sevilla por mor de la indiscutible vinculación de la ciudad de la Giralda con la legendaria defensa del Dogma en la que siempre se significó. En la Capilla del Dulce Nombre de Jesús, entre las calles Jesús de la Vera Cruz y Baños, en la collación de San Vicente, la Hermandad de la Vera Cruz celebró el tradicional besamanos en honor de la Santísima Virgen de las Tristezas como culminación del Triduo que. de acuerdo con lo que establecen sus reglas, consagra cada año la corporación. Ante Ella estuvo nuestro compañero Benito Álvarez para dejar testimonio gráfico.

La Santísima Virgen de las Tristezas es una escultura de madera policromada de las llamada “de candelero”, al estar destinada exclusivamente para ser vestida y tener únicamente talladas la cabeza y las manos. En el año 1942 al reorganizarse la corporación en la Iglesia de San Alberto, y en ausencia de la primitiva Virgen, se encargó realizar una Virgen Dolorosa a D. Antonio Illanes, siendo nombrado por ello Hermano de Honor.

Discutido es el paradero de la antigua Imagen de la Virgen de las Tristezas. Unos apuntan que se trata de la que actualmente se encuentra en el Altar Mayor de la Iglesia de San Alberto; bella dolorosa del círculo de Pedro Roldán, arrodillada y con manos entrelazadas que recibe la advocación de Dolores. Otros apuntan que la antigua Virgen fuese destruída por un incendio, siendo posiblemente esta talla obra del escultor Amaro Vázquez, al aparecer el nombre de este imaginero en el Archivo de la Hermandad, siendo además, hermano de la Vera Cruz de Sevilla. Por último se señala también la posibilidad de que la antigua Virgen fuese realizada José Montes de Oca, habiendo sido trasladada por varios lugares hasta pasar ser actualmente de la propiedad del escultor sevillano D. José Hernández León.

La imagen fue fruto de la inspiración del autor, tomando como modelo a su esposa Doña Isabel Salcedo. El había realizado un boceto que presentó a los hermanos y, complacidos con la idea, procedió a realizarla, cobrando por ella la cantidad de 2.500 pesetas. Según las festividades se la viste de reina, tocada con corona imperial para la salida procesional y el triduo de diciembre; de hebrea en cuaresma y de negro en noviembre, mes de los difuntos. Son sus camareras las que se ocupan del cuidado de todas sus ropas y de vestirla interiormente, labor eminentemente femenina. En cambio, la saya, el manto, el tocado interior, y toca exterior es normal que lo hagan manos masculinas.

La cabeza de la Virgen presenta un rostro de facciones bien perfiladas, reflejando en él todo el dolor que siente la madre ante el hijo muerto. Tiene un tratamiento bastante perfecto que se aprecia en algunos detalles, como el tener talladas las orejas y parte del cabello. Las manos denotan una expresión de súplica y al igual que los brazos se articulan. En un principio D. Antonio Illanes pintó los ojos y las lágrimas en talla. No cabe duda, que Illanes en esta obra ha sabido unir la tradición sevillana con el arte de nuestros días, siendo considerada por muchos como la mejor Dolorosa realizada por Illanes, al reflejar el dolor de la Virgen en plena madurez, muy alejado de otras dolorosas aniñadas. En 1987 fue necesario sustituirle a la imagen el candelero, realizando uno nuevo el colectivo de arte “Isbilia”. 

En Septiembre se celebra anualmente el Rosario de la Aurora con la  Santísima Virgen al Convento de Santa Rosalía, de Madres Capuchinas, lugar donde tiene lugar la Función de los Dolores Gloriosos. La Santísima Virgen de las Tristezas reside durante todo el año en un altar neogótico que se encuentra en la nave de la epístola recientemente restaurado.













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