Carlos Gómez. No hay más bella rosa en el rosal de nuestros sueños de Martes Santo que la que florece a orillas de Mirabueno, entre el cariño de sus fieles y vecinos y la cotidiana cadencia de la imprescindible solidaridad de sus hijos, sin la cual, nada de lo que a su alrededor ocurre tendría sentido alguno. Ante la preciosa flor del corazón del Naranjo, nuestro compañero Antonio Poyato estuvo, para dejar testimonio de sus maravillas a través de este magnífico reportaje.