Llegó el día de las reuniones con los amigos, con la familia. Llegó el día de celebrar todos juntos el nacimiento del Niño Dios. Llegó el día más agridulce de todo el año. Llegó el día en el que vamos a echar de menos a aquellos que dejaron su silla vacía en nuestra mesa, pero nos colmaremos de alegría a ver a los nuevos comensales que van llegando con el tiempo.
Este año, como el pasado mantendré intacta mi fe en nuestro Redentor, Ése que nació entre una mula y un buey, y al que mi chica coge y le canta villancicos. Pensemos en todo lo bueno que vamos a vivir en estos días en los que en la escala de valores ponemos lo que debemos en primer lugar, a pesar de tenerlo que poner ahí todo el año. Pensemos en la alegría de ver nacer año tras año al Niño Dios.
No olvidemos en todo que nos dio y nos sigue dando en toda nuestra vida, porque no debemos olvidar que debe hacerse su voluntad y no la nuestra.
Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo
Raquel Medina
Foto Antonio Poyato