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viernes, 25 de marzo de 2016

Así les contamos el Viernes Santo en Directo en Gente de Paz


01:04 El inevitable buen sabor de boca q siempre deja el Buen Fin https://t.co/09BDJrQMCN

01:02 "@juanjcervera: La Hermandad de los Dolores llegando a Capuchinos @GentedePaz1940  https://t.co/oZ9nLR9tE7"

El Cristo de los Faroles recibe a @hdaddolorescord en Capuchinos @GentedePaz1940 https://t.co/zC1mCh4JSE

La Agenda: La culminación


Redacción. La tarde del Viernes Santo tiene lugar la culminación de la Semana Santa cordobesa. Cinco cofradías recorren las calles de la capital para dejar tras de sí momentos tan especiales como la salida de Capuchinos de la Hermandad de los Dolores o su paso por San Miguel.

La Crónica: Cómo le cuento esto a mi hijo


Blas J. Muñoz. El Jueves Santo comenzó junto a la Puerta de Puente, con una llamada del capataz, con una agrupación musical afinando sus sones, con la cuadrilla iniciando una chicotá para los anales de la historia de la ciudad... El Jueves Santo comenzó con el Cristo de Gracia buscando el destino de Córdoba por el muro sur de una Catedral que, ya a esas horas, no era sino el Arca ilusionada de una fe que se vivía alrededor de sus calles.

El cáliz de Claudio: Mi vocación y mi oficio


Te echo de menos y lo sabes, mejor que yo, que antes de que te fueras ya lo hacía. Que los Viernes Santos no son iguales sin ti y que me debato entre la vocación que aprendí de ti y el oficio para el que la Virgen quiso llamarme. Y lloro mientras lo escribo porque veo la calle Ancha arriba con mi capa, sintiéndome un elegido. Como te veo a ti, mirándolo, y yo escondido bajo el cubrerrostro. Y miro la plaza y la cara de él trayéndome el bocata. Esto último no sería muy cofrade, pero tan auténtico que solo lo volví a encontrar, ahora hace un año, dentro de aquel santuario negro con cinco cruces color sangre y la soledad necesaria del anonimato.

Verde Esperanza: Querido capataz... llama cuando quieras


 Sé que esto puede ser una pequeña puñetada –por no decir otra cosa- que estoy haciéndote, pero qué quieres que te diga… No he podido contenerme, espero que sepas perdonarme. Sé que no te enfadarás. Ni puedo acercarme a imaginar por lo que habrás de estar pasando por estar a tantísimos kilómetros de tu de tu familia, de tu gente, de tu Hermandad… Aunque para ti esas tres palabras signifiquen, en muchas ocasiones, lo mismo. Y, sobre todo, tan alejado de tu Virgen de la Esperanza y tu Cristo del Amor, tu niño, como cariñosamente lo llamas.

La emotiva levantá de Rafa Giraldo


Blas J. Muñoz. El Jueves Santo nos dejó momentos que difícilmente olvidaremos y que, durante los próximos meses, nos llenarán de emoción al recordarlos. Uno de ellos fue el paso de la Hermandad de la Cena por la Catedral y su recorrido novedoso por su entorno o por enclaves tan emblemáticos como la Calle de la Feria.

Córdoba y el buen momento de sus bandas


Blas J. Muñoz. En la jornada de este Jueves Santo pudimos constatar un hecho que, por sabido, no deja de ser reseñable. Y es que el gran momento por el que atraviesan las bandas cordobesas viene a suponer la recogida del fruto del trabajo de años que, a la postre, queda proyectado en los instantes, efímeros e intensos, como los vividos en la jornada central de la Semana Santa de la capital.

Lo que "nunca" me perdería: Viernes Santo


José Barea. No me queda otra que "engañarles" si quiero escribir de forma medio decente el artículo de hoy. El motivo es sencillo, mi Hermandad procesiona este día, así que se imaginarán que ni por todo el oro del mundo, ni habrá fuerza en el mundo que me pueda alejar ni un centímetro de la Casa Hermandad desde donde el Amor y la Esperanza realizan estación te penitencia. Por ello las comillas del título, espero que sepan disculpármelas. No cabe duda de que estamos ante la jornada más sobria y austera de la Semana Santa cordobesa, basta con echar un vistazo a las Cofradías que procesionan esta jornada para comprobarlo. Sin duda es digno de reconocer que una ciudad sepa guardar luto y respeto a la muerte de Jesús de forma tan unánime. 

El Santo Sepulcro


Entonces José de Arimatea tomó el cuerpo, lo envolvió en una sábana limpia y lo depositó en un sepulcro nuevo que se había hecho cavar en la roca. Después hizo rodar una gran piedra a la entrada del sepulcro, y se fue. Mt 27 59-60

Soledad


Tu caminar sin rumbo te hizo regresar al Gólgota del sacrificio. Todos se habían marchado... arribaron a tu orilla para ser pañuelo de tu llanto y memoria de su fragancia. Y tras el duelo, el silencio y la ausencia. Observas la cruz abandonada con el sudario que han utilizado para descenderlo colgando del travesaño y sientes que el alma se te hace jirones mientras tu agonía derramada, hace brillar tu mirada como estrellas en la oscuridad del firmamento. Navegas en la inmensidad de la Soledad más absoluta.

Sólo existe una carencia mayor que la que habitan tus entrañas… la del universo que ha renegado del mayor de los regalos; la soledad del pueblo que ha ignorado su mensaje, y que lo ha entregado al sacrificio por revelar la Verdad, por intentar cambiarlo todo desterrando la soberbia y el odio y sembrando Paz y Amor. Y ahora el mundo, el mismo mundo responsable de la más cruel de las tragedias, se muere de melancolía y necesita de tu mano para escapar del abismo. ¡Qué infinita ironía que precisamente seas Tú quien sirva de consuelo a la humanidad causante de tu llanto!. Porque sólo Tú has sido elegida para protegernos de la galerna en este valle de lágrimas y para volver a hacer brotar la semilla de la Fe en el erial de mis creencias. Sólo Tú puedes calmar mi Soledad.

Expiración


Desde el mediodía, las tinieblas cubrieron toda la región. Hacia las tres de la tarde, Jesús exclamó en alta voz: "Elí, Elí, lemá sabactani", (...). Algunos de los que se encontraban allí, al oírlo, dijeron: "Está llamando a Elías". En seguida, uno de ellos corrió a tomar una esponja, la empapó en vinagre y, poniéndola en la punta de una caña, le dio de beber. Pero los otros le decían: "Espera, veamos si Elías viene a salvarlo". Entonces Jesús, clamando otra vez con voz potente, entregó su espíritu. Inmediatamente, el velo del Templo se rasgó en dos, de arriba abajo, la tierra tembló, las rocas se partieron. Mt 27 45-51

El Descendimiento


Era día de Preparación, es decir, víspera de sábado. Por eso, al atardecer, José de Arimatea, miembro notable del Sanedrín, que también esperaba el Reino de Dios, tuvo la audacia de presentarse ante Pilato para pedirle el cuerpo de Jesús. Pilato se asombró de que ya hubiera muerto; hizo llamar al centurión y le preguntó si hacía mucho que había muerto. Informado por el centurión, entregó el cadáver a José. Este compró una sábana y bajó el cuerpo de Jesús. Mc 15 42-46

Clemencia


Yo entraba por la puerta de San Jacinto muy de cuando en cuando. Me crié en la casa de enfrente y sólo ocasionalmente acudía a tu hogar. Siempre sentía aflorar la insurrección de mi espíritu cuando lo hacía y te encontraba desplazado del centro del Universo. En aquellos tiempos, ocurría algo similar en mi propia casa. Recuerdo aquellos repartos de túnicas de hace siglos, cuando casi todos pedían acompañar a la Paloma de Capuchinos. Por eso siempre me sentí cercano al que despojan de sus vestiduras. Porque sabía que a Ella no le faltaban claveles entre el universo de flores que glorificaban el jardín de sus maravillas. Y por algún motivo experimentaba algo semejante al acceder al portal vecino.

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