Creo que hablo por todos cuando digo que siempre, recordaremos a muchas personas como “padres cofrades”, personas que por una razón u otra consiguen como un padre biológico, nuestro cariño, respeto, y cómo no, seamos fieles seguidores de sus ideas, sus pasos, y gustos.
El “padre cofrade” puede ser aquel que desde pequeño, si nuestro padre no es el que nos introdujo en nuestra Hermandad, Banda de Música, etc, haya conseguido que busquemos nuestro sitio en un “grupo que busca servir al Señor o su Madre” de una forma u otra.
Todos estos “padres cofrades” tienen unas ideas, son partidarios de un tipo de capataz, si es que este “padre cofrade” no da la casualidad que sea capataz en ese momento. Tienen un gusto musical, una forma de ver a su Hermandad, unos cambios en mente, diferentes maneras de entender la caridad a los más necesitados, etc...
Con estos “padres” creo que nos hemos criado todos, sin excepción, hasta como en mi caso, teniendo un PADRE como el mío. Alguien que ha sido sin duda alguna, mi referente sin paliativos en el caminar en las Hermandades a las que pertenezco, incluso, sin estar conmigo en algunas.