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jueves, 26 de febrero de 2015

El Suspiro del Ángel: Capataz en apuros


Suspira el querubín escondido entre las velas de un altar de cultos mercenario que otros que antes no eran hermanos hicieron por los que ahora lo son. Y suspira oculto porque la Cuaresma es de velas y capataces que dicen, que dijeron hablar con los amigos del Ángel para que no hablasen de él y en verdad él no habló con ellos.

Suspira el alado porque los ensayos son duros y cae mucho peso para algunas cuadrillas para las que la convocatoria de un ensayo tiene menos éxito que pedirles que paguen la cuota de hermanos y la papeleta de sitio.

Y el Ángel resopla pensando si cierta hermandad que habla en su boletín de la alegría del perdón tendrá seguro de daños a terceros para la cuadrilla, el capataz y los coches que se rallan en los ensayos. El querubín con su suspiro puede que lo repare.



Joaquín de Sierra i Fabra











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