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jueves, 12 de febrero de 2015

Sendero de Sueños: Y soñaré...


Como dijo ayer El Cirineo, los días se van alargando. En el ambiente se respira un nuevo aroma, el incienso, aunque el que deseamos sentir es el olor del azahar, esa flor hermosa que cuando aparece presagia la cercanía de la Semana Santa.

Las parroquias se llenan de hermanos que asisten a los cultos, acercándose así a lo que verdaderamente importa. Ahora, en estas semanas, viviremos el día más importante en nuestras cofradías, la Fiesta de Regla.

Las calles se llenan de ensayos de costaleros, donde un número considerable de hombres, en la mayoría de las hermandades, se convierten en una sola persona para, el día de la procesión, portar sobre sus cuerpos al Divino Salvador y su Bendita Madre. Junto a ellos, una legión de de seguidores que acuden en las noches frías de ensayos para acompañar y de paso ver si hay alguna novedad.

Las casas de hermandad son un ir y venir de personas hermanas o no. Casi a diario hay alguna actividad en ellas. En casi todas las hermandades o están repartiendo ya las papeletas de sitio o es inminente.

Este año, vestiré mi hábito en la distancia. No sentiré el calor de la cera derretida en mi mano. No podré acompañar en el rezo a mis hermanos. No seré luz que alumbre el camino de mis Titulares. Tendré una papeleta de sitio, sí, pero vacía.

Mis túnicas y mis capas se quedarán colgadas con la impaciencia de ver volar rápido todo un año entero. Soñarán con la visión de noches estrelladas por el patio de los naranjos. Soñarán con escuchar el sonido inconfundible del roce de las bambalinas con el varal o el rachear de las zapatillas de los costaleros. Soñarán con el dulce sabor que deja el haber cumplido un año más con el legado de sus antecesores. Soñarán con el olor a las flores que adornarán las más bellas caras cordobesa; y soñará con el sabor de ese beso que cada año que pasa echas más en falta.

Yo esperaré en aquel rincón en el que me esperaban. Soñaré, junto con mis hábitos en que el calendario cambiarán deprisa las hojas y de nuevo volverá a ser Cuaresma. Una Cuaresma diferente, distinta, pero igual o más ilusionante que las anteriores.


Raquel Medina














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