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martes, 18 de agosto de 2015

Enfoque: Si lo hicieran las cofradías... qué no dirían


Blas Jesús Muñoz. Les voy a narrar brevemente una historia que puede que a más de uno le resulte familiar. Tengo un amigo que tenía un trabajo con un contrato de esos que llamaban indefinidos y, como le sucedió desgraciadamente a tantas personas en este país, se quedó en paro. Primero tuvo un subsidio por desempleo, después una ayuda de poco más de cuatrocientos euros y, más tarde, nada. Hasta tal punto ha llegado la cosa que le cortaron la luz y el agua y sobrevive, con su familia, de las ayudas de familia, de amigos y de Cáritas.

Él no ha ocupado, sino su casa que la mantiene pidiendo prestado y come gracias a la ayuda de una organización de la Iglesia, pues si no te manifiestas en la puerta del Ayuntamiento u ocupas un antiguo centro escolar no te sacan en los papeles o en Cordópolis. Y, claro, ni le dedican un artículo en el que se utilicen frases como esta: "Como en la Edad Media, este asedio puede durar mucho tiempo".

De hecho, suponiendo que ocupar ilegalmente la propiedad de otro (curiosamente lo que alaban en Rey Heredia es el argumento idéntico para criticar la titularidad de la Catedral) sea justificable en caso de necesidad. Vamos a suponer que una cofradía decidiese ocupar un local abandonado (o inmatriculado) para llevar a cabo una acción caritativa ¿Se imaginan los titulares, verdad?

Daría igual que atendieran las necesidades de 60, 80 o 120 familias en exclusión social, que a buen seguro alguien diría lindezas de todo tipo y, si alguien saliera en su defensa, pobre de él. Rancio enfurecio o hijo de terrateniente sería lo más bonito que le dedicasen en redes sociales. Porque no hay que olvidar que para ciertos sectores de la sociedad cordobesa, con su soporte mediático al frente, llamar a la Catedral, Catedral parece poco menos que un delito o un atentado contra la ética.

Tal vez, si mi amigo decidiera ir mañana a un sitio más de izquierdas que Cáritas, algún opinador le dedicaría palabras como las que dedicó, en su día, a los ocupantes de Rey Heredia: "Quizás porque Rey Heredia se puede convertir en un ejemplo, en una alternativa o, sobre todo, en el argumento que la izquierda de esta ciudad necesita para despertar hay que acabar con la ocupación tanto física como moralmente. Ciertos sectores de la derecha, desde luego los más rancios y montaraces, ya han identificado a la acampada como el enemigo, el antagonista. Por eso, ha comenzado su asedio".










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