Blas Jesús Muñoz. Hay ocasiones en que la mente solo es un receptor del alma y se limita a recibir lo que está sintiendo. Todo comenzó cuando me encontré la noche del Jueves Santo con la Virgen de la Victoria, de vuelta a Triana. Ella siempre se ha aparecido como el inicio del camino, el preludio de lo que me espera y créanme si les digo que siempre lleva consigo su augurio certero.
viernes, 3 de abril de 2015
La Crónica: Un Jueves Santo de fervor e intensidad
Raquel Medina/ Guillermo Rodríguez. Córdoba ha vivido un Jueves Santo espectacular, pleno de luz, calor, ilusión, fervor e intensidad que comenzaba bajo un sol de justicia allá donde comienza el ocaso. Poniente y Ciudad Jardín se echaron a la calle para acompañar a la Hermandad de la Cena, que se ha convertido, por obra y gracia del trabajo bien hecho, en su hermandad. Una cofradía que ha sabido alcanzar una simbiosis perfecta con el barrio donde emigró en busca de la pujanza encontrada dejando tras de sí a la superpoblada Parroquia de La Trinidad. Es una delicia ver transitar esta vivísima cofradía por cualquier punto de su recorrido, derrochando ilusión, Esperanza y juventud en una jornada en la que se codea con hermandades centenarias. Se estrenaba tras el Señor de la Fe la Agrupación Sagrada Cena, perteneciente a la corporación, que aportó mucho corazón en cada una de las notas que brotaron de l alma de sus componentes. Queda aún sendero por recorrer, pero se hace camino al andar. El Señor cuya cuadrilla dirige magníficamente Carlos D. Lara entró en Carrera Oficial al compás de Consuelo Gitano y fue un excelente preámbulo para lo que habría de venir.
Enfoque: Viernes Santo
Blas Jesús Muñoz. Todo comenzó en Viernes Santo, como un presagio, de cuanto traen los días que desembocan en la muerte anunciada, en la resurrección prometida. Y cada ciclo de la vida viene a morir en este día para resurgir poco más tarde como la primavera eterna del Edén que nos aguarda.
Lugares recomendados para el Viernes Santo
Guillermo Rodríguez/Marcos Fernán Caballero. Con la fugacidad de la esencia de lo vivido se volatilizan de las manos tantos meses de espera, que fluyen repentinamente en un suspiro, casi sin darnos tiempo a paladear tantos instantes, que paulatinamente pasarán a formar parte del álbum, del altar de nuestros recuerdos imperecederos.
Verde Esperanza: Hoja en verde
Este 2015 tiene 53 semanas, por lo tanto, 53 artículos para esta columna digital titulada Verde Esperanza. Normalmente sé sobre qué voy a escribir con algunos días de antelación, pero les confieso que estoy en la madrugada del Jueves Santo frente al ordenador y no sé qué les voy a contar.
La Espada de Damocles: La Semana Santa sin cofradías
Ya es Viernes Santo, ya llegó el día ansiado, ¿qué más se puede decir? Estamos inmersos en los días santos, ayer fue el día santo, el día de la piedad, Cristo por su inmersa misericordia se hizo pan y vino para quedarse por siempre con nosotros hasta el fin del mundo. Su carne convertida en pan y su sangre en vino, carne que hoy es traspasada y sangre que será derramada. Hoy es el día grande. Recordemos, la semana santa no se establece por pasos ni palios, ellos, como todo son una mera floritura en estos día. La semana santa son la misa de la Pasión el Domingo de Ramos, la Cena de un Jueves Santo, la Muerte ocurrida tal día como hoy un Viernes Santo y la resurrección de una vigilia Pascual. Cristo, pues, no sabe de candelerías, de costales o de varales, Cristo sólo sabe de amor y de Pasión y a él le sobra todo. Hoy, hoy se abrieron las puertas del cielo, hoy Cristo dando un fuerte grito de dolor, de soledad, de amor, expiró, después de salvar al buen ladrón, después de hacer a su Madre, Madre de todos nosotros.
La Firma Invitada: Crónica de mi Jueves Santo
Los recuerdos aparecen como imágenes deshilachadas escapadas de la iconografía expresionista de Edvard Munch. El paso del tiempo, de forma inexorable, desdibuja los rostros, las vivencias, los colores, los olores, las emociones, los momentos que nunca podremos compartir: Aquella primera estación de penitencia vistiendo el hábito penitencial de mi hermandad de la madurez. El orgullo que me produjo el aletear de mi capa de blanco impoluto por las calles que, pasando el tiempo, serían el hogar de los hermanos de la Cena. Cómo llovía aquella tarde de claroscuros infinitos, de negros nubarrones y crueles aguaceros compartiendo con ráfagas del más límpido arcoíris.
El nombre del Viernes Santo: Enrique León
Blas Jesús Muñoz. Durante esta semana les hemos venido ofreciendo nombres que, por diferentes motivos, nos han parecido interesantes. Ante todo, la motivación ha sido subjetiva, del autor, atendiendo a criterios meramente personales. Y es por ello que el nombre del Viernes Santo se basa en ese mismo paradigma.
Nisán: XXVI Madre e hijo
Junto a la cruz de Jesús, estaba su Madre y la hermana de su Madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la Madre y cerca de Ella al discípulo a quien Él amaba, Jesús le dijo: "Mujer, aquí tienes a tu hijo". Luego dijo al discípulo: "Aquí tienes a tu Madre". Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa. Jn 19 25-27
Nisán: XXVII La Conversión
Uno de los malhechores crucificados lo insultaba,
diciendo: "¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros".
Pero el otro lo increpaba, diciéndole: "¿No tienes temor de Dios, tú que
sufres la misma pena que Él? Nosotros la sufrimos justamente, porque pagamos
nuestras culpas, pero Él no ha hecho nada malo". Y decía: "Jesús,
acuérdate de mí cuando vengas a establecer tu Reino". Él le respondió:
"Yo te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso". Lc 23 39-43
Nisán: XXVIII Expiración
Desde el mediodía, las tinieblas cubrieron
toda la región. Hacia las tres de la tarde, Jesús exclamó en alta voz:
"Elí, Elí, lemá sabactani", (...). Algunos de los que se encontraban allí, al
oírlo, dijeron: "Está llamando a Elías". En seguida, uno de ellos
corrió a tomar una esponja, la empapó en vinagre y, poniéndola en la punta de
una caña, le dio de beber. Pero los otros le decían: "Espera, veamos si
Elías viene a salvarlo". Entonces Jesús, clamando otra vez con voz
potente, entregó su espíritu. Inmediatamente, el velo del Templo se rasgó en
dos, de arriba abajo, la tierra tembló, las rocas se partieron. Mt 27 45-51
Nisán: XXIX En verdad era el Hijo de Dios
Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido
crucificados con Jesús. Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no
le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado
con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua. Jn 19 32-34
El centurión y los hombres que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto
y todo lo que pasaba, se llenaron de miedo y dijeron: "¡Verdaderamente,
este era Hijo de Dios!" Mt 27 54