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sábado, 5 de marzo de 2016

El Suspiro del Ángel: De Judas Iscaiote a San Judas Tadeo


Suspira el querubín entre nubes blancas de algodón y ramas de olivo que le acarician las alas y luego quieren arañarlo. Se van y se vienen las ramas como esos costaleros que igualaron, entraron, se metieron y luego salieron porque les afectó el cargo que ocupan fuera.

Suspiros alados por quienes entre coros y guitarras que no tocaban sevillanas a quienes les riñe la madre "por salir de costalero" y sí le cantaban a la pena o a las Penas, dejaron de tocar el instrumento para cambiarlo por otro, y se les desenfoca la mirada y desafina la canción.

Suspira el Ángel porque hace frío en el cielo y la primavera viene y va, se pone un chaleco para distinguirse de los otros querubines que son malos y para contentar al Arcángel que advirtió que puede quitar el aro de santidad por "juntarse con pecadores".

Joaquín de Sierra i Fabra









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