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martes, 12 de abril de 2016

Entre Bambalinas: Sevilla abre la puerta que Córdoba debe cerrar


Se podría decir que es, ya, la noticia 'kofrade' del año: la Banda del Rosario, de Cádiz, se convertirá en la primera formación de cornetas y tambores de fuera de la provincia de Sevilla que asistirá a la Semana Grande de los sevillanos. De tal forma, la capital hispalense abre sus fronteras para acoger nuevos sones foráneos, como ya hiciera con las bandas de música de Enrique Montero y Julián Cerdán -ambas de la provincia gaditana-, y como esperan muchos cofrades sevillanos que siga produciéndose para dar cabida a agrupaciones como La Pasión, de Linares, o Virgen de las Lágrimas, de San Fernando. Quizás, tal determinación sea la primera de las varias que se prevén producir de cara a la próxima Semana Santa de Sevilla 2017, y que pueden ligar a alguna que otra banda externa a Sevilla con hermandades capitalinas. Así, el cambio musical de la Hermandad de la Sed podría dar pie a otras corporaciones de la ciudad a apostar por formaciones foráneas, lo cual no quiere significar que contengan un menor nivel, tras sus pasos procesionales; justo lo contrario que, en estos momentos, se quiere para Córdoba.

Y es que resulta paradójico que una ciudad como Córdoba, que cuenta con once formaciones musicales, se permita la desfachatez de renegar, en cierta forma, de buena parte de dichos conjuntos, aún cuando éstos atraviesan un extraordinario momento, y se incliné en pro de bandas de fuera de nuestros confines. No piensen que, con esta última declaración, tengo la pretensión de incentivar a cerrar a cal y canto las puertas de esta ciudad a las bandas procedentes del resto de provincias, pues sería un craso error, teniendo en cuenta que la pluralidad y diversidad musical enriquece, sin duda alguna, nuestra Semana Santa; y tampoco consideren que persigo el propósito de desterrar a todas y cada una de las formaciones foráneas, dado que estaría fomentando el ombliguismo hispalense que tanto vitupero. Si de algún designio se me puede acusar no será otro que el apostar por unos conjuntos musicales de gran nivel que, perfectamente, podrían contar con más actuaciones en la capital de las que actualmente poseen, pero que han sido víctimas de una sociedad donde prevalece mayoritariamente el renombre, o donde simplemente no se aprecia lo que se tiene.

Bien es cierto que no todas las bandas cordobesas atesoran el mismo nivel, pues varias de ellas no llegan ni a los cinco años de existencia, lo cual viene a decir que, quizás, éstas aún carezcan de un nivel lo suficientemente óptimo como para acompañar a un paso en Semana Santa, si bien de la experiencia se aprende y si las hermandades ni tan siquiera les ofrecen una mínima oportunidad a tan jovencísimas agrupaciones de músicos, difícilmente puedan progresar en su andadura. Aunque este último dato no siempre se produce, pues curiosamente ciertas formaciones capitalinas han crecido o, mejor dicho, están creciendo fuera de su ciudad, y gracias al apoyo que se le está brindando extramuros de Córdoba, donde se está reconociendo el gran momento que atraviesa las bandas cordobesas. Por ello, parte de la culpa por la cual la Banda de la Salud acompañará a partir de 2017 a Jesús del Calvario la tienen aquellas cofradías 'de pueblos' que han dado una lección a la Córdoba cofrade acerca del valioso fortín que estaba, y que aún está, dejando escapar...

De tristeza se inunda mi ser cuando evoco aquel primer lustro del siglo XXI en el cual la situación de estos conjuntos musicales -por entonces, había menos que en la actualidad- era similar a la presente con respecto a las hermandades de la ciudad de San Rafael. Por tanto, las bandas de la capital, así como las de la provincia, las cuales también merecen -algunas- un puesto en nuestra Semana Santa, nunca han sido apreciadas por sus cofradías, salvo en contadas ocasiones, y a muy pesar nuestro será la tónica que siga imperando en nuestra ciudad.

Antonio Botella


Foto Antonio Poyato








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