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jueves, 26 de mayo de 2016

El Rincón de la Memoria: El capataz de la Custodia


Blas J. Muñoz. Una mañana abrimos el cajón de nuestros recuerdos y la ciudad parece resucitar de su memoria de ceniza, de Cuaresmas irrepetibles, de aquella chicotá que nunca olvidaremos, de un rostro de Mujer -bajo palio- que se grabó a fuego vivo en nuestro corazón. Y el alma nos transporta, caprichosa, por los días que fueron como si regresaran, salvo por la nostalgia, con su primer impacto de luz.

La fe mostrada a través de la Piedad popular se da la mano en el recuerdo a nuestros mayores, a los que nos antecedieron abriendo la senda de un camino sinuoso que, a día de hoy, es una feliz realidad. La misma que nos insiste en recordarlos, pues en su trayectoria se halla el testimonio de un esfuerzo que, como el propio término indica, se forjó a base de generosidad y trabajo.

En la fotografía que ilustra este pequeño apartado, dedicado al patrimonio ininteligible de las cofradías, pueden observar el cartel del Corpus de 1997. La misma fue tomada un 26 de mayo de 1996 para anunciar la gran celebración de los católicos al año siguiente. En ella preside la escena la imponente Custodia de Arfe con el marco de Santa Victoria, escenificado su paso por la Plaza de la Compañía.

De espaldas al objetivo, la inconfundible figura de Rafael Sáez dirige el paso. Si pensamos en la procesión del Corpus, quizá, la naturalidad de pronunciar su nombre obtenga el primer impulso. Veinte años después de aquella imagen, mientras su nieto David dirige al Santísimo por las calles de Córdoba, el cartel toma el pulso a una generación de hombres que entregaron su vida a las hermandades. Una prueba más de amor que nos legó, el capataz de la Custodia.







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