Suspira el querubín agitado porque sobrevolando el Arenal se le quedó enganchada un ala en la noria y vuela haciendo eses de caseta en caseta y sin haber probado una gota de rebujito. Y con el mareo duda si es verdad que ha visto a costaleros en su mismo estado pero vaso de cristal en mano.
Suspiros alados y mareados por esos capataces que aprovechan la feria y las barras de chapa de las casetas cofrades para pedir sin que se note mucho un martillo que les haga ver su foto vanidosa en las webs cofrades.
Suspira el Ángel porque sabe que hay capataces de polo y vaqueros que lo mismo les sirve para servir copas en mayo, que para ir a retranqueos. El terno todoterreno del capataz que se ha puesto de moda como los Land Rovers en el campo andaluz.
Joaquín de Sierra i Fabra