Suspira el querubín entre nubes marismeñas con olor a polvo, a raya y que se ponen color tormenta. Las nubes vienen de lejos, de una ciudad con más filiales que un equipo de fútbol y de una que no es filial pero que se ascendió al entrenador del B para echar al del A.
Suspiros alados porque bajo las nubes canta un grupo de amigos que fundara quien hablaba en nombre del torero candidato una famosa melodía a medias entre oficiales del Cabildo y el capataz que echaron para limar asperezas y puede que para suspirar una promesa de regreso otro domingo que no sea el de Pentecostés y ya no cambien procesiones por un partido de fútbol.
Suspira el Ángel porque sabe que segundas partes no fueron buenas y en la prórroga hay bandas que prefieren descansar en lugar de ir a otra capital porque en casa de uno durmiendo la siesta se está mejor que en un autobús pintado y fusionado con los colores azul y rojo.
Joaquín de Sierra i Fabra
Recordatorio El Suspiro del Ángel: El sindicato de ¿costaleros?