Eva Martín. El ajuar de las dolorosas e imágenes lefíticas de las distintas corporaciones del universo cofrade se alimenta permanentemente de las donaciones que emanan del amor verdadero y de la devoción más íntima de muchos de los fieles en cuyo sentimiento existe un altar metafórico en el que rinden pleitesía a la Madre de Dios materializada en una de sus múltiples advocaciones.
Donaciones que en ocasiones gozan de un indiscutible valor patrimonial y en otras llevan implícito un valor más simbólico pero impregnado igualmente de la esencia de la verdadera entrega desinteresada de un hijo a su Madre y que sirven de cauce para materializar esa vinculación íntima que concluye en la personificación de la imagen a la que se hace un regalo como se la hace a una madre carnal.
Ese es con total seguridad el sentimiento que despierta en el bordador Francisco Mira la acción de realizar una ofrenda a Nuestra Señora del Mayor. Una acción que a pesar de que en su condición de artista se multiplica con frecuencia adquiere un valor singular, único e intransferible, cuando una obra nacida de su creatividad ha de servir para engalanar a la Virgen por la que profesa una devoción especial.
En este caso un nuevo pectoral bordado que a partir de ahora para a engrasar el más que interesante acervo patrimonial que la dolorosa de San Lorenzo viene atesorando en los últimos tiempos y que se suma al reciente regalo realizado por las camareras de la Virgen, un corazón traspasado por un puñal, realizados en plata de ley por el orfebre cordobés Daniel Porras Castro.
Dos muestra de amor verdadero de unos hijos a su Madre que trasciende del mero valor patrimonial, dos ofrendas únicas e irrepetibles y dos gestos de auténtica devoción.
Fotos Hermandad del Calvario. Miguel Arroyo.