Guillermo Rodríguez. Un curso cofrade da para mucho en lo que a estrenos patrimoniales se refiere y siempre tendrá a juicio del lector una considerable dosis de parcialidad el hecho de relacionar los que desde el punto de vista de quien suscribe, se antojan los más relevantes. Siempre existirán opiniones divergentes a la hora de destacar unos u otros, en función de la inevitable querencia subjetiva de cada cual y del arbitrio personal e intransferible que los seres humanos atesoran en su interior.
Sin embargo si quisiéramos enunciar en función de nuestro parecer individual cuáles han sido los más relevantes del año cofrade que acaba de culminar, en la cima podríamos situar dos imágenes que han marcado un antes y un después en el devenir histórico de dos de las nuevas corporaciones que lentamente pero con paso firme se van haciendo el hueco que les corresponde en el imaginario colectivo del cofrade cordobés, Nuestro Padre Jesús de los Afligidos, nacido de la gubia de Manuel Martín Nieto, Titular de la Hermandad de la Presentación al Pueblo y el Santísimo Cristo de la Oración y Caridad, de la Pro Hermandad de la Conversión, obra de Pedro García Velasco. Un lugar igualmente relevante a pesar de que en este caso no es una imagen titular de ninguna hermandad en ciernes, lo ocupa María Santísima de la Victoria, obra de Antonio Labrador, que residirá en la Iglesia de Santa Beatriz de Silva del Parque Azahara.
Desde el punto de vista del arte del bordado, tres ínteresantes túnicas han sido estrenadas este ejercicio para otros tantos titulares cristíferos de la Semana Santa cordobesa, para Nuestro Padre Jesús de la Sentencia (Rafael de Rueda y Francisco Pérez Artés), para Nuestro Padre Jesús de las Penas (Rafael de Rueda y Jesús Rosado) y para Nuestro Padre Jesús del Perdón, una pieza en terciopelo de seda de finales del siglo XIX y principios del XX, bordada en oro fino, adaptada para la imponente talla de Romero Zafra, por Antonio Villar Moreno.
También los pasos que portan a las imágenes marianas han experimentado novedades patrimoniales, destacando sobremanera los nuevos respiraderos para la Reina de los Ángeles cuyo frontal ha sido estrenado este Martes Santo y que emanan, como no podría ser de otro modo, de la creatividad de Fray Ricardo de Córdoba y que son una simbiosis de piezas de orfebrería realizados en los Talleres Villarreal, como el resto de la orfebrería del paso, con partes que reutilizan unos bordados aportados por el genial capuchino hace décadas y la participación del bordador cordobés Antonio Villar que rematará la pieza para convertirla en única y singular.
Otro de los grandes estrenos del curso ha sido el palio para María Santísima del Rocío y Lágrimas, cuyo primer avance puedo ser disfrutado por la Córdoba Cofrade el pasado Miércoles Santo, que supone la materialización de un prometedor proyecto, nacido de la creatividad del artista granadino Álvaro Abril Vela, quien señaló en su presentación que su objetivo es "que sea un palio muy cordobés y que jamás sea imitado".
Muchos otros estrenos han incrementado el acervo patrimonial de nuestras corporaciones que, si bien no han supuesto estrenos tan fastuosos, constituyen elementos esenciales del ajuar de nuestras imágenes sagradas, atributos e insignias fundamentales para nuestros cortejos procesionales o elementos necesarios para culminar los pasos sobre los que María Santísima o su bendito hijo caminan cada primavera por las calles cordobesas.
Entre ellos podríamos destacar la finalización de los angelitos que se hallan en el paso de María Santísima de la Soledad de Santiago que se deben a la labor del imaginero Enrique Ruiz Flores, las túnicas que visten a las imágenes de los Santos Varones en el paso de Misterio del Descendimiento realizadas en los talleres de la cofradía bajo la dirección artística de Antonio Villar Moreno, el Simpecado realizado para la propia hermandad del Campo de la Verdad en los talleres de Antonio Villar bajo diseño de Fray Ricardo de Córdoba, orfebrería de Manuel Aguilera Villanueva y modelado de la Inmaculada central de Manuel Luque Bonillo, el puñal para María Santísima del Buen Fín realizado por el prestigioso orfebre Ramón León Losquiño en oro, oro blanco y rubíes, el puñal para la Virgen del Rocío y Lágrimas diseñado por Álvaro Abril, los ocho ciriales en estilo barroco, realizados para la Merced en metal plateado, cada uno de los cuales muestra sobre las asas cuatro figuras de ángeles mercedarios portando símbolos característicos de la Hermandad (Custodia, Cadenas, Azucena y Corona de Espinas)", la nueva figura del romano para el paso de Nuestro Padre Jesús de la Redención de la Hermandad de la Estrella, realizada por Miguel Ángel González Jurado, autor del resto de imágenes que conforman la escena o los paños de bocina de la hermandad de la Huerta de la Reina, que se deben al diseño de Miguel Ortiz y a la elaboración de Alberto Vico.
Como decíamos al inicio, probablemente habremos incurrido en una grave injusticia en la medida en que hayamos olvidado algún estreno en esta relación, que no pretende ser en modo alguno exhaustiva, sino más bien reflejar aquellos que más han llamado nuestra atención a lo largo de este curso que acabamos de finalizar. El que se iniciará en tan sólo unas semanas deparará incuestionablemente nuevas novedades y sorpresas que serán objeto, qué duda cabe, de artículos futuros, para mayor gloria de nuestra Semana Santa y del patrimonio colectivo de los cofrades cordobeses.