Fue una madrugada mágica, inolvidable. Recuerdo perfectamente cada sensación, cada aroma…como si hubiera sido ayer. El cortejo marfil mercedario se adentraba en la oscuridad de la medianoche camino de la Catedral, mientras una penetrante fragancia a azahar embriagaba nuestros sentidos, ávidos de experimentar eso que se nos había negado por culpa de los absurdos estereotipos sobre nuestra ciudad. No era posible decían, Córdoba no estará en la calle hasta el amanecer. Se equivocaban. Cuando terminó mi peregrinar por los rincones de cada primavera, fui a buscarte. Fue en Deanes. Me asomé a tu mirada abriéndome paso entre el gentío inesperado y pude respirar el incienso, la flor y la cera derretida de tu altar itinerante.
Maravilloso el crisol de perfumes. Maravillosos tus ojos compitiendo con la luna. Maravilloso el azul de tu manto, ese que nunca debió perderse. Maravillosa tu belleza de Princesa. Te acompañé hasta que dejaste atrás los naranjos para adentrarte en el bosque de columnas. Y esperé… lentamente se fue desvaneciendo la bulla. La tentación me reclamó pero no sucumbí a ella. No podía….sentí que era un momento histórico, especial…casi único. Entonces la cruz de guía se asomó de nuevo al patio de abluciones. Y dos hileras nazarenas volvieron a envolverse en la sombra.
Una corneta con vocación de campana, convocó a los presentes anunciando que el Humilde Coronado regresaba a la inmensidad de la noche. Le vimos alejarse. Pero yo sabía que mi sitio estaba en aquella puerta. Que debía esperarte. Y así fue. Las bambalinas de tu palio volvieron a inundar la negrura acariciando nuestras almas con su fleco de oro. Y decidí caminar contigo. No fue premeditado. Te adentraste de nuevo por las orillas de la Judería en dirección a la calle de la Feria. Cada chicotá era un fragmento de gloria que ofrecías a los fieles que gozábamos de aquél regalo.
Cada vez que arriaba tu paso, me acercaba, te miraba a la cara… tu expresión dulce brillaba más que nunca. Todos los que allí estábamos supimos que era tu sitio, tu momento; embelesados en tu orilla, bajando el Realejo camino de tu barrio. El sol empezó a hacerse un hueco entre tus varales intentando bañar tus mejillas. Y allí permanecimos todos, presos de las cadenas de tu palio, peregrinando por el relente de la mañana del Viernes Santo con tu morada por destino. Y estuvimos contigo hasta que se abrieron para recibirte las puertas de tu casa entre campanas de gloria, porque Tú nunca nos abandonas, ¡cómo dejarte sola, Señora Mía!.
Cuando el amanecer se convirtió en mañana, en luminosa y radiante mañana, el barrio entero se echó a la calle, y el gentío volvió a sitiar tu cercanía, entre mareas de devociones. Y allí estábamos nosotros, los que no te habíamos dejado en ningún momento, mirándonos a los ojos y sabiendo que habíamos sido testigos de algo extraordinario. Y en aquél bendito instante me convertí en un miembro más de tu grey, que te busca eternamente…
Al
alba encontré tu manto,
como
quiso tu hermandad
pude
verte caminando
llenando
la Madrugá.
Quien
te quiere Madre Mía
te
buscó en la Catedral
y
vivió la luz del día
reflejada en tu mirar.
No
hubo voces ni gentío
en
torno a tu Majestad
no
merece tu rocío
quien
no te vino a rezar.
La
tarde del Lunes Santo
rezaré frente a tu altar,
consolando tu quebranto
por toda la eternidad.
Son
tus ojos Mercedaria
dos
luceros encendidos
que
inundaron la mañana
a
las orillas del río,
como
tus hijos soñaban.
Guillermo Rodríguez
En 1954 un conjunto de feligreses,
crean un grupo de oración y de culto a la Eucaristía, que pronto se convierte
en el germen que da forma a la hermandad. Los hermanos fundadores eran en su mayoría
trabajadores de Cepansa, de origen barcelonés.
Esta circunstancia, unida a la existencia en las inmediaciones de la parroquia, de la Prisión Provincial y que Nuestra Señora de la Merced es la Patrona de las Instituciones Penitenciarias, determinan la advocación mariana escogida. El 1 de Noviembre del mismo año, se celebra la primera salida procesional, desde la
parroquia de San Lorenzo, donde se habían celebrado los
primeros cultos, hasta su sede canónica de San Antonio de
Padua.
La primitiva imagen del Señor era una talla que la Diputación provincial había cedido al templo recién inaugurado
durante el episcopado de fray Albino y cuya
advocación era Nuestro Padre Jesús de la Humildad en su
Coronación de Espinas. Durante los años
1955, 1956 y 1957, la Cofradía procesiona durante la Semana Mayor, pero
solo hasta la Prisión Provincial, sobre el
paso de Nuestra Señora de la Amargura, cedido por la
Hermandad del Rescatado. La Hermandad, se
incorpora a la Carrera Oficial en el año 1958.
Nuestra Señora de la Merced, es obra de Francisco Buiza Fernández, realizada en
1976, ante la imposibilidad de restauración
de una antigua dolorosa. En un principio esta imagen llevó las manos de la
anterior, que es lo único que se pudo conservar, si bien posteriormente fueron
sustituidas por las actuales realizadas
también por Francisco Buiza, pocos meses
antes del fallecimiento del imaginero.
La imagen de Nuestro Padre Jesús Humilde en su Coronación de Espinas, fue realizada en
1978 por el mismo autor y vino a sustituir
a una antigua dieciochesca procedente de la Cofradía de la Pasión de Cristo que
radicaba en el Convento de
Madre de Dios. Desde 1986 la hermandad incluye
en su recorrido la estación a Jesús Sacramentado, en el
convento de las Esclavas del Santísimo
Sacramento, en la Puerta del Colodro. Entre 1991 y 1998 la cofradía realizó
estación de penitencia a la S.I.C. en la madrugada del Viernes Santo.
Fuente
Esta circunstancia, unida a la existencia en las inmediaciones de la parroquia, de la Prisión Provincial y que Nuestra Señora de la Merced es la Patrona de las Instituciones Penitenciarias, determinan la advocación mariana escogida. El 1 de Noviembre del mismo año, se celebra la primera salida procesional, desde la


La primitiva imagen del Señor era una talla que la Diputación provincial había cedido al templo recién inaugurado




Nuestra Señora de la Merced, es obra de Francisco Buiza Fernández, realizada en


La imagen de Nuestro Padre Jesús Humilde en su Coronación de Espinas, fue realizada en



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