Cuando lean estas líneas, Ella ya estará esperando como siempre pero distinta. Su equipo de priostía ya lo habrá dispuesto todo para que reluzca más bella que nunca o están en ello. Ya te habrán cambiado de ropa como quien viste a una novia, con delicadeza, con ternura. Cada alfiler se hará oración y cada oración una petición o agradecimiento.
Fuera, en el altar, todos esperarán tu aparición celestial. Con ella inundará de esperanza la Basílica y los corazones de aquellos elegidos que presenciarán ese bendito momento. Todo estará preparado para la explosión de fe que se vivirá en unas horas en el barrio macareno. Todo estará preparado para que esa mujer mayor, esa que antes de ir a hacer sus quehaceres diarios te visita para desearte buen día, se acerque como cada día, pero esta vez para mirarte frente a frente y besar tu mano de Esperanza. Todo estará preparado para que aquel niño que sueña con nazarenos verdes, se acerque y te regale su inocente sonrisa repleta de inocencia.
Otros se acercarán sólo para contemplar el trabajo de los hermanos que se han ideado el montaje de enseres o flores. O simplemente para contemplar que ropa o joyas te han puestos y después, poder comentar con los amigos los diferentes montajes en estos días donde la esperanza reina más que nunca en Sevilla.
¡Pobres de espíritu! No se dan cuenta que estos días son algo más que eso. Son miradas de emoción al pasear y encontrarte con esa Enfermera Divina que es alivio para tus males. O es la alegría de la infancia que se da en La Trinidad. O la luz que desprende esa mujer vestida de Sol reflejado en el Guadalquivir y que alumbra la calle Castilla, deteniéndose en la Capilla de La O. O es Esperanza para tus Penas por San Roque; o ayuda para levantarte por Pureza.
Pero sobretodo es alegría, madrugá, sonrisa y llanto. Es arco de alianza. Espejo de sabiduría. espadaña que guía mi caminar. La que hace que se tenga ilusión ante las injustas sentencias de este mundo corrompido.
Ella es Esperanza... Esperanza Macarena.
Raquel Medina
Recordatorio Sendero de Sueños: Mi principio y fin