Blas J. Muñoz. Como les informábamos en Gente de Paz, el único candidato a regir durante los próximos cuatro años la Hermandad del Resucitado, Francisco Ruiz Abril, mantiene una postura -en cuanto al traslado de la carrera oficial al entorno de la Catedral- que no permite equívocos ya que para él "cada una (cada hermandad) haga lo que crea conveniente y se sigan sumando como lo han hecho hasta ahora, pero no somos partidarios de llevar allí la carrera oficial por muchos motivos". Unas palabras que no se prestan a la especulación ya que, de cara a 2016, ya hubo dudas en el seno de la corporación de Santa Marina y ello tras el acuerdo de las cofradías en pleno y con su máximo responsable, Manuel Murillo, como miembro de la Junta de Gobierno de la Agrupación.
La posición de Ruiz Abril, por tanto, no es novedosa, si bien la expone sin ambages. Aduciendo entre las motivaciones que la impulsan "el hecho de que se alargaría el camino tres horas y llevamos muchos niños" -afirma, dejando entrever que este año ya ha causado problemas-. Prosigue señalando que también se posiciona en este sentido a causa de "los problemas de seguridad que acarrearía llevarlo allí y porque, en definitiva, en Córdoba no hay tradición como pueda haberla en otras ciudades".
Los niños
En cuanto al supuesto de que el cortejo lo integre un elevado número de jóvenes, no se trata de un caso único puesto que la Hermandad de la Entrada Triunfal también se halla en una circunstancia análoga. Hecho que, incluso, en 2016 llevó a la corporación de San Lorenzo a efectuar su salida desde el primer templo diocesano. De tal forma que se establecía un precedente que ahora se esgrime desde Santa Marina, aunque con las particularidades propias de la corporación.
Problemas de seguridad
Si por algo se distinguió la pasada Semana Santa fue por desarrollarse sin ninguna novedad reseñable. No obstante, en este sentido cabe recordar que en el argumentario del gobierno local, éste ha venido siendo uno de los parapetos para advertir a las cofradías, de forma indirecta y con prensa de por medio.
Falta de tradición
Este último argumento podría incidir en el hecho de qué la Semana Santa de Córdoba tal y como la conocemos en su configuración actual debe mucho al auge que se produjo en la década de los cuarenta y cincuenta. Pero tampoco es inconveniente recordar que tanto en siglos pasados como desde los años ochenta del siglo XX, el primer templo de la ciudad se ha erigido como un eje vertebrador para numerosas hermandades.