Blas J. Muñoz. El pasado 31 de mayo la asamblea de hermanos mayores convocada de cara al traslado de la actual carrera oficial al entorno de la Catedral quedaba en suspenso. No hubo ni tan siquiera votación y se proponía un posible acuerdo a reuniones, divididas por días, de cara a estudiar personalizadamente las problemáticas concretas de cada jornada de la Semana Santa.
Así las cosas y con las elecciones a la presidencia de la Agrupación de Cofradías de por medio, septiembre era el mes señalado para alcanzar un posible acuerdo que, tras las declaraciones concedidas a ABC de Córdoba por el único candidato a hermano mayor del Resucitado, Francisco Ruiz Abril, parece más lejano. Todo ello sin obviar que un buen número de corporaciones que venían accediendo al interior de las naves catedralicias tampoco estarían dispuestas a renunciar a este derecho, como al parecer se sugirió en la antedicha asamblea.
Regresando a Ruiz Abril, su postura no permite equívocos ya que para él "cada una (cada hermandad) haga lo que crea conveniente y se sigan sumando como lo han hecho hasta ahora, pero no somos partidarios de llevar allí la carrera oficial por muchos motivos". Unas palabras que no se prestan a la especulación ya que, de cara a 2016, ya hubo dudas en el seno de la corporación de Santa Marina y ello tras el acuerdo de las cofradías en pleno y con su máximo responsable, Manuel Murillo, como miembro de la Junta de Gobierno de la Agrupación.
La posición de Ruiz Abril, por tanto, no es novedosa, si bien la expone sin ambages. Aduciendo entre las motivaciones que la impulsan "el hecho de que se alargaría el camino tres horas y llevamos muchos niños" -afirma, dejando entrever que este año ya ha causado problemas-. Prosigue señalando que también se posiciona en este sentido a causa de "los problemas de seguridad que acarrearía llevarlo allí y porque, en definitiva, en Córdoba no hay tradición como pueda haberla en otras ciudades".
En cuanto a este último apartado, cabe recordar que hermandades como Vera-Cruz, Santo Sepulcro, Buena Muerte o Sentencia cuentan por décadas sus estaciones de penitencia en el primer templo de la diócesis. Sin olvidar que, con otra configuración diferente, en siglos anteriores el templo catedralicio fue un eje fundamental para entender la devoción popular cordobesa.
Finalmente, las declaraciones de Francisco Ruiz Abril vuelven a poner de manifiesto la dificultad del traslado de una carrera oficial para la que parece que comienza a desvanecerse el instante coyuntural que se produjo en noviembre de 2015, cuando se antojaba viable un traslado inmediato que, a la postre, si continúan surgiendo voces discrepantes puede que llegue a echarse de menos.
