Guillermo Rodríguez. En los últimos años se vuelve a reproducir un fenómeno que no es nuevo para el Universo Cofrade, consistente en la interrelación entre manifestaciones cofrades de distintas localidades andaluzas que, a pesar de haber sufrido cierto parón en buena parte del siglo XX, vuelve a proliferar con fuerza. Históricamente Sevilla ha sido una ciudad que ha adoptado sin complejo alguno a artistas cuya altísima calidad han motivado que careciese de importancia su lugar de nacimiento, Nombres como Ortega Bru, o los mismísimos Martínez Montañés o Juan de Mesa, encontraron acomodo en una ciudad que, lejos del ombligismo del que algunos la acusan, ha sabido siempre encontrar la genialidad allá donde se encontraba para que formase parte de su Semana Santa, en la creencia de que en la diversidad está la riqueza.
