Dios tomó al hombre y lo
colocó en el jardín de Edén, para que lo guardara y lo cultivara. Y dijo al hombre: Puedes comer de todos los árboles del jardín; pero del árbol
del conocimiento del bien y el mal no comas (...) La serpiente (...) el animal más
astuto de cuantos (...) había creado dijo a la
mujer: ¿Dios os ha dicho que no comáis de ningún árbol del jardín? La
mujer contestó: (...) Podemos comer de todos los árboles del jardín;
excepto del árbol que está en medio (...) La serpiente replicó: (...) Dios sabe que, en cuanto comáis de él, se os abrirán los ojos y
seréis como Dios, versados del bien y del mal. (...) La mujer (...) tomó fruta del árbol, comió y se la ofreció a su marido, que
comió con ella. Se les abrieron los ojos a los dos, y descubrieron que estaban
desnudos; (...) Dios preguntó al hombre (...) ¿quién te ha dicho que estabas desnudo? ¿Has comido acaso del árbol
prohibido? El hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio el fruto y comí. El Señor Dios dijo a la mujer: ¿Qué has hecho? Ella respondió:
La serpiente me engañó y comí. (...) Y el Señor Dios los expulsó del jardín del Edén, para
que labrasen la tierra (,,,). (Génesis 2 ; 15 - 3)
lunes, 31 de diciembre de 2012
domingo, 30 de diciembre de 2012
El pueblo lo sabe
Mi infancia es un humilde palio de malla inundando el cielo estrellado de la noche del Miércoles Santo, y una sencilla candelería cuyos rescoldos aún perduran a la orilla de la calle Tesoro... y Tú, siempre Tú...
Luego llegó el palio de mi adolescencia, el que derramaba palomas por las esquinas de San Zoilo y recortaba el ansia de grandeza de quien crea que sólo el hilo de plata otorga prestigio a tu reino, como si hiciesen falta añadidos artificiales a tu Divina Majestad... y en el centro de todo Tú... siempre Tú.
Y ahora regresa la arrogancia del nombre propio al Paraíso, la soberbia que manejaba con férrea mano el timón de tu navío, la que gobernaba tu casa como si de un cortijo se tratase, para iluminarnos de nuevo, con su vasta sabiduría, con su especial sensibilidad; el ego que vino a salvarnos de lo que él mismo nos dejó en herencia hace apenas un cuarto de siglo y que de repente no era digno de tu magnificencia... olvidando en su infinita ignorancia, que la Gloria eres Tú, la Magia eres Tú, el Cielo eres Tú... siempre Tú y sólo Tú... que eres el Alfa y la Omega de nuestra existencia y que no eres ni más bella ni más pura ni más excelsa que hace tres días por obra y gracia del hombre, de ningún hombre, porque no se puede mejorar la excelencia...que nadie crea ser la causa de tus maravillas porque Tú ya eras maravillosa... y el pueblo lo sabe...
Luego llegó el palio de mi adolescencia, el que derramaba palomas por las esquinas de San Zoilo y recortaba el ansia de grandeza de quien crea que sólo el hilo de plata otorga prestigio a tu reino, como si hiciesen falta añadidos artificiales a tu Divina Majestad... y en el centro de todo Tú... siempre Tú.
Y ahora regresa la arrogancia del nombre propio al Paraíso, la soberbia que manejaba con férrea mano el timón de tu navío, la que gobernaba tu casa como si de un cortijo se tratase, para iluminarnos de nuevo, con su vasta sabiduría, con su especial sensibilidad; el ego que vino a salvarnos de lo que él mismo nos dejó en herencia hace apenas un cuarto de siglo y que de repente no era digno de tu magnificencia... olvidando en su infinita ignorancia, que la Gloria eres Tú, la Magia eres Tú, el Cielo eres Tú... siempre Tú y sólo Tú... que eres el Alfa y la Omega de nuestra existencia y que no eres ni más bella ni más pura ni más excelsa que hace tres días por obra y gracia del hombre, de ningún hombre, porque no se puede mejorar la excelencia...que nadie crea ser la causa de tus maravillas porque Tú ya eras maravillosa... y el pueblo lo sabe...
jueves, 27 de diciembre de 2012
Mi promesa
Dijo una vez el poeta que
promesas no son promesas si no cuesta lo ofrecido. Me contaron que siendo muy
niño, por razones de trabajo, llegó la Semana Santa sin poder regresar a
orillas del Guadalquivir. Siempre volvíamos por aquellas fechas al hogar, para respirar
esa fusión de azahar, incienso y cera que existe en Andalucía. Pero en aquella ocasión
no fue posible. Mi padre nunca hablaba de ello, pero mi madre me explicó que aquél
Miércoles Santo, cuando llegó la hora en que la cruz de guía debía pisar las piedras
de Capuchinos, él se enclaustró en la celda de su cuarto y no volvió a salir hasta
la mañana siguiente. Siempre pensé que debió ser duro, pero que quizás no fue
lo suficientemente fuerte para afrontarlo, que en realidad “no era para tanto…”;
hasta aquel extraño sueño…
domingo, 23 de diciembre de 2012
jueves, 20 de diciembre de 2012
El nuevo orden
¿Y si fuera cierto? ¿Y si el ocaso del mundo que conocemos estuviera ante nuestros ojos? ¿Y si terminasen las guerras, el rencor, la destrucción, la enfermedad, la crisis, el despiadado desempleo...? ¿No sería fascinante que un nuevo orden se instaurase en cada rincón del planeta y que los conflictos dieran paso a la Paz, el odio al Amor, la muerte a la Vida y el llanto a la Felicidad? ¿No sería maravilloso que el Reino de los Cielos estuviera a nuestro alrededor?...
Tú eres mi Estrella
Frente a Ti, navegando en tus
pupilas, bañándome en la orilla de tu edén… Me has ofrecido el mayor de los regalos.
Reclamaste mi presencia para ser el timonel del
navío de tus esencias. El humilde capitán al que el designio de los Cielos
quiso situar delante de tu candelería para que fijara el rumbo en el océano de la
fantasía y encauzara el incontenible caudal de sentimientos que se derrama en el
arrabal de la fe de mis hermanos. Y me siento tan pequeño ante tu grandeza
infinita, ante tu mirada, que necesito tu fuerza para acercarme a tu ribera, y
con tres golpes de llamador reclamar el silencio del universo… “¡vamos al Cielo
con Ella!... ¡tos por igual valientes!... ¡a esta es!… y entonces, el Paraíso se
instala en tu bendito barrio, y se detiene el mundo ante tu inmensa belleza, y se
abren las puertas del Cielo y descienden los mismos ángeles para ocupar un
sitio en tu divino regazo, en las trabajaderas de tu feudo, en el cortejo de tu Gloria, para secar tus lágrimas y transformarlas en celestial sonrisa que ilumine Córdoba…
martes, 18 de diciembre de 2012
Mercedaria
Fue una madrugada mágica, inolvidable. Recuerdo perfectamente cada sensación, cada aroma…como si hubiera sido ayer. El cortejo marfil mercedario se adentraba en la oscuridad de la medianoche camino de la Catedral, mientras una penetrante fragancia a azahar embriagaba nuestros sentidos, ávidos de experimentar eso que se nos había negado por culpa de los absurdos estereotipos sobre nuestra ciudad. No era posible decían, Córdoba no estará en la calle hasta el amanecer. Se equivocaban. Cuando terminó mi peregrinar por los rincones de cada primavera, fui a buscarte. Fue en Deanes. Me asomé a tu mirada abriéndome paso entre el gentío inesperado y pude respirar el incienso, la flor y la cera derretida de tu altar itinerante.
Maravilloso el crisol de perfumes. Maravillosos tus ojos compitiendo con la luna. Maravilloso el azul de tu manto, ese que nunca debió perderse. Maravillosa tu belleza de Princesa. Te acompañé hasta que dejaste atrás los naranjos para adentrarte en el bosque de columnas. Y esperé… lentamente se fue desvaneciendo la bulla. La tentación me reclamó pero no sucumbí a ella. No podía….sentí que era un momento histórico, especial…casi único. Entonces la cruz de guía se asomó de nuevo al patio de abluciones. Y dos hileras nazarenas volvieron a envolverse en la sombra.
Una corneta con vocación de campana, convocó a los presentes anunciando que el Humilde Coronado regresaba a la inmensidad de la noche. Le vimos alejarse. Pero yo sabía que mi sitio estaba en aquella puerta. Que debía esperarte. Y así fue. Las bambalinas de tu palio volvieron a inundar la negrura acariciando nuestras almas con su fleco de oro. Y decidí caminar contigo. No fue premeditado. Te adentraste de nuevo por las orillas de la Judería en dirección a la calle de la Feria. Cada chicotá era un fragmento de gloria que ofrecías a los fieles que gozábamos de aquél regalo.
lunes, 17 de diciembre de 2012
Clemencia
Yo entraba por la puerta de San Jacinto muy de cuando en cuando. Me crié en la casa de enfrente y sólo ocasionalmente acudía a tu hogar. Siempre sentía aflorar la insurrección de mi espíritu cuando lo hacía y te encontraba desplazado del centro del Universo. En aquellos tiempos, ocurría algo similar en mi propia casa. Recuerdo aquellos repartos de túnicas de hace siglos, cuando casi todos pedían acompañar a la Paloma de Capuchinos. Por eso siempre me sentí cercano al que despojan de sus vestiduras. Porque sabía que a Ella no le faltaban claveles entre el universo de flores que glorificaban el jardín de sus maravillas. Y por algún motivo experimentaba algo semejante al acceder al portal vecino.
Miraba a la Señora, magnífica e impresionante en su camarín y Tú, a la izquierda del caudal de oraciones que cada día se asomaban a las plantas de tu Madre. Eran mis pensamientos juveniles de rebeldía perenne, los que me hacían verte humilde y abandonado por el mundo al que te ofreciste y los que me empujaban a plantarme delante tuya, a mirarte a la cara, a rezar en silencio observando tus heridas, las que te infringieron por salvarnos y destilan la Clemencia y la Bondad Infinita de quien da su vida por los demás. Ahora se que Tú prefieres estar ahí, a la orilla del mar, para dejar que Córdoba entera le regale su alma a tu Bendita Madre y calme su eterno Dolor, porque te apiadas de su daño y porque eres absoluta Humildad en la vida y en la muerte. Y por eso regreso a veces, para pedirte que cojas mi mano, porque si no tengo tu fuerza dentro de mi corazón, soy un náufrago sin rumbo y sin isla a la que nadar. Ayúdame Señor, apiádate de este mundo que se olvida de tu Nombre... y dame aire para continuar el camino...
Miraba a la Señora, magnífica e impresionante en su camarín y Tú, a la izquierda del caudal de oraciones que cada día se asomaban a las plantas de tu Madre. Eran mis pensamientos juveniles de rebeldía perenne, los que me hacían verte humilde y abandonado por el mundo al que te ofreciste y los que me empujaban a plantarme delante tuya, a mirarte a la cara, a rezar en silencio observando tus heridas, las que te infringieron por salvarnos y destilan la Clemencia y la Bondad Infinita de quien da su vida por los demás. Ahora se que Tú prefieres estar ahí, a la orilla del mar, para dejar que Córdoba entera le regale su alma a tu Bendita Madre y calme su eterno Dolor, porque te apiadas de su daño y porque eres absoluta Humildad en la vida y en la muerte. Y por eso regreso a veces, para pedirte que cojas mi mano, porque si no tengo tu fuerza dentro de mi corazón, soy un náufrago sin rumbo y sin isla a la que nadar. Ayúdame Señor, apiádate de este mundo que se olvida de tu Nombre... y dame aire para continuar el camino...
Necesito
tu presencia
para
sentirme seguro,
no
soporto tu carencia
sin
promesas ni futuro.
De
tu voz tengo nostalgia,
sin
guía en el oleaje,
se
que no es intolerancia
lo
que habita en tu mensaje.
Siendo
el amor que promulgas
tu
auténtico mandamiento,
no
entiendo cómo comulgan
los
causantes de tormentos.
Mi
espíritu poseído
de
abandonos de conciencia,
busca
consuelo aterido
implorando
tu Clemencia.
Ante
tu altar me confieso,
me
ha tentado la codicia,
haz
un sitio pa’ mis rezos,
perdona
Dios mi malicia
sin
tu luz me siento preso.
Guillermo Rodríguez
En el Cabildo de Gobierno
celebrado el 24 de enero de 1939, se realiza la donación a la hermandad de una
imagen de Jesús Crucificado, para que fuera destinada al culto público. La
Junta de Gobierno de aquel entonces, decidió poner a la imagen bajo la advocación
de la Clemencia, por ser ésta la que antiguamente había tenido el hospital de
San Jacinto.
La talla es obra del escultor valenciano afincado en Córdoba Amadeo Ruiz Olmos, y data de 1938. Representa a Jesús muerto en la cruz, con la cabeza inclinada y descansando sobre el hombro derecho. El pelo largo y enrizado le cae sobre la espalda y el pecho. Tiene los ojos cerrados y la boca entreabierta tras el último aliento. La cara del Santísimo Cristo de la Clemencia nos transmite una sensación de paz infinita, no se detecta en ella a excepción de algunas gotas de sangre en la frente y el amoratamiento de los pómulos, rastro alguno del tormento al que el hijo de Dios fue sometido. Sus músculos faciales nos muestran una relajación total y profunda, más que muerto parece estar dormido. Procesiona por primera vez en la estación de penitencia de la cofradía del año 1949.
La talla es obra del escultor valenciano afincado en Córdoba Amadeo Ruiz Olmos, y data de 1938. Representa a Jesús muerto en la cruz, con la cabeza inclinada y descansando sobre el hombro derecho. El pelo largo y enrizado le cae sobre la espalda y el pecho. Tiene los ojos cerrados y la boca entreabierta tras el último aliento. La cara del Santísimo Cristo de la Clemencia nos transmite una sensación de paz infinita, no se detecta en ella a excepción de algunas gotas de sangre en la frente y el amoratamiento de los pómulos, rastro alguno del tormento al que el hijo de Dios fue sometido. Sus músculos faciales nos muestran una relajación total y profunda, más que muerto parece estar dormido. Procesiona por primera vez en la estación de penitencia de la cofradía del año 1949.
domingo, 16 de diciembre de 2012
Universo
Al principio Dios creó el cielo y la tierra. La tierra era algo informe y vacío, las tinieblas cubrían el abismo, y el soplo de Dios se aleteaba sobre las aguas. Entonces Dios dijo: "Que exista la luz". Y la luz existió. Dios vio que la luz era buena, y separó la luz de las tinieblas; y llamó Día a la luz y Noche a las tinieblas. (...) Dios dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo". Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. Y los bendijo, diciéndoles: "Sean fecundos, multiplíquense, llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra". Génesis.
Creaste el Edén de la nada, separando la luz de la oscuridad y la tierra de las aguas, y se lo entregaste a la humanidad para que gozara de sus maravillas y respetara sus rincones. Y le otorgaste el don de la libertad y la potestad de decidir su devenir y el de todo el planeta. Y el hombre, nadando en el mar de la arrogancia y la ingratitud, en virtud de su libre albedrío, se alejó de ti, de tu luz, olvidándose de tu mensaje y hasta de tu existencia. Y sembró la tierra de guerra, de odio, de destrucción y de iniquidad destrozando todo aquello que tus manos concibieron, hasta la propia vida. En cambio Tú, en tu infinita bondad de Padre, ignoraste el desprecio y la lejanía y abriste de par en par las puertas de tu Reino para que el ser humano pudiese acceder a tu grandeza, e iluminaste el camino hacia tu casa para dirigir el timón de nuestra barca rumbo a tu paraíso de Amor y Verdad a través de las tempestades que azotan la lucha cotidiana y limpiaste nuestro espíritu con tu Divino Perdón.
Creador
que forjaste la palabra,
y
con barro modelaste al ser humano,
dime
Tú dónde reposa el cuento de hadas
dónde
estará el
universo prometido
del que no hay nada.
del que no hay nada.
Padre
Mío muéstrame el Santo Camino
cuya
meta está postrada en el pasado
y
guíame, que quiero ser el peregrino
para
buscar aquél
Edén
que el mundo entero nunca quiso.
que el mundo entero nunca quiso.
Caminar
soñando arroyos de tu Gloria
y
poderme desnudar, tuya es mi alma,
seguiré
el torbellino que atesora
tu
gran verdad, que
es medicina
para el pueblo que te implora.
para el pueblo que te implora.
Llévame
al Paraíso del recuerdo,
el
oasis que habitó mi antepasado,
mucho
antes de caer en el desprecio
y
renegar de
tu diestra,
donde nada le faltaba.
donde nada le faltaba.
Es mi tesoro el mensaje
que
me conduce a tu Reino,
eres
Maestro y Dueño
y
guía en el oleaje
de
la duda y del miedo...
Dame el Perdón Dios Eterno,
llena de paz y esperanza
la sangre del universo
que te ofrece esta alabanza;
Eres Padre verdadero,
cobíjame entre tus brazos,
dame un lugar en el Cielo,
protegido del ocaso
Te abofetea el mundo y Tú ofreces el Universo...
En 1990, alrededor de una imagen de Dolorosa, obra del escultor Francisco Romero Zafra, un grupo de cofrades decide crear en San Miguel, la Asociación Pro-Hermandad con la denominación Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús en el Desprecio de Herodes y María Santísima del Rocío en sus Misterios Dolorosos. La imagen de la Virgen es bendecida por Fray Ricardo de Córdoba, el Sábado Santo de 1990.
Tras la llegada a la Hermandad del Amor del Señor del Silencio en el Desprecio de Herodes, el Cabildo General cambia el pasaje evangélico a representar y la denominación por Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Perdón ante Anás, María Santísima del Rocío y Lágrimas y San Miguel Arcángel. En 1992, la Cofradía se traslada al Convento del Buen Pastor de las Madres Filipenses, en la feligresía de la parroquia de San Juan y Todos los Santos-Trinidad. Se encarga a Francisco Romero Zafra la imagen de Nuestro Padre Jesús del Perdón, que es bendecida en febrero de 1994. El 13 de Mayo de 1995 es erigida canónicamente la Hermandad con sede en la Iglesia del Buen Pastor. El Miércoles Santo de 1996 se realiza la primera salida de Nuestro Padre Jesús del Perdón.
En 1990, alrededor de una imagen de Dolorosa, obra del escultor Francisco Romero Zafra, un grupo de cofrades decide crear en San Miguel, la Asociación Pro-Hermandad con la denominación Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús en el Desprecio de Herodes y María Santísima del Rocío en sus Misterios Dolorosos. La imagen de la Virgen es bendecida por Fray Ricardo de Córdoba, el Sábado Santo de 1990.
Tras la llegada a la Hermandad del Amor del Señor del Silencio en el Desprecio de Herodes, el Cabildo General cambia el pasaje evangélico a representar y la denominación por Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Perdón ante Anás, María Santísima del Rocío y Lágrimas y San Miguel Arcángel. En 1992, la Cofradía se traslada al Convento del Buen Pastor de las Madres Filipenses, en la feligresía de la parroquia de San Juan y Todos los Santos-Trinidad. Se encarga a Francisco Romero Zafra la imagen de Nuestro Padre Jesús del Perdón, que es bendecida en febrero de 1994. El 13 de Mayo de 1995 es erigida canónicamente la Hermandad con sede en la Iglesia del Buen Pastor. El Miércoles Santo de 1996 se realiza la primera salida de Nuestro Padre Jesús del Perdón.
viernes, 14 de diciembre de 2012
Las mejores ofrendas
Has venido a mi puerta para llamarme por mi nombre, para que lo deje todo y vaya Contigo, enseñándome que las posesiones materiales de nada sirven para alcanzar la felicidad. Me has mostrado el camino del Cielo, tu Camino de Verdad y de Vida y te has sacrificado para que te siga y para que tenga un lugar en tu cortejo. Y a cambio no me has pedido nada, absolutamente nada, sólo que permita que me quieras y que ame a los que me rodean, que perdone como yo he sido perdonado y que ofrezca la otra mejilla... sabes que lo intento con toda mi alma aunque te falle constantemente...
Quiero entrar en tu casa, Padre Mío, ofrecerte mi vida, mis cosas cotidianas, mi trabajo, mis versos, mis pensamientos... y seguirte por las rutas de los vientos protegido entre tus poderosos brazos de la tempestad...
Quiero entrar en tu casa, Padre Mío, ofrecerte mi vida, mis cosas cotidianas, mi trabajo, mis versos, mis pensamientos... y seguirte por las rutas de los vientos protegido entre tus poderosos brazos de la tempestad...
Traigo
un costal y una faja
de
cuando fui costalero,
un
cirio de penitencia
y
un puñaíto de incienso.
Una
rama de romero
y
arena de las Rocinas,
y
aquella vieja guitarra
compañera
en la marisma.
Trabajo
de un año entero
para
rezarte cantando,
mil
horas de sufrimiento
para
sentirme a tu lado.
Mi
devoción mariana
y
mi ilusión cofradiera,
mis
sueños y mis promesas
miércoles, 12 de diciembre de 2012
Luchar por lo mío
Me alejé de Capuchinos, dejando atrás el brillo de tu mirada y el hogar
en el que me sentía seguro. Me marché envuelto en el cansancio, hastiado de
batallas, sintiéndome empujado por mi conciencia y mi libertad, en el tren de
la búsqueda de la felicidad absoluta que el despiadado destino quiso situar
lejos de tu Paraíso. Me retiré súbitamente, por alcanzar el amor verdadero, avanzando
por la senda del sosiego, dejando atrás las trincheras, con el único
arrepentimiento de no haber luchado por defender el pedacito de gloria que tuve
en tu regazo, ese trocito de tu manto que me permitías tocar con los dedos...
martes, 11 de diciembre de 2012
El Cirineo: Cambios de Rumbo
Estamos habituados a que las hermandades experimenten bruscos cambios de estilo que afectan a su devenir cotidiano y a la manifestación de lo que son cuando un día al año se convierten en cofradía. Partamos de la base de que no pretendemos en absoluto sentar cátedra ni expresar opiniones dogmáticas. No caigamos en la tentación de mostrarnos justamente como aquellos cuya actitud llevamos denunciando toda la vida. Estas líneas expresan únicamente nuestra humilde opinión, tan válida como la del que piense lo contrario. La excusa que motiva este escrito, es la reciente noticia de que
Tampoco pretendemos cuestionar
una decisión en concreto, soberana por otra parte, sino, utilizando un hecho
singular, hablar de, a nuestro juicio, un problema generalizado que viene
afectando a las hermandades de nuestra ciudad en las últimas décadas.
Probablemente en esta determinación hayan influido una serie de parámetros que
no han trascendido oficialmente pero que pululan por los mentideros de la
ciudad y que hablan de ciertas desavenencias en las últimas fechas entre una Agrupación
que lleva acompañando al Señor de la
Fe casi desde sus inicios y la Hermandad. Desde
luego, puede ser perfectamente plausible que esto suceda. El tiempo puede ir
desgastando las relaciones más perfectas y es absolutamente entendible que
después de un largo caminar juntos, se decida sustituir una banda por otra. Lo
que ya se nos antoja más discutible es el cambio de rumbo drástico que supone pasar
repentinamente de Agrupación Musical a Banda de Cornetas y Tambores, con todo
lo que ello conlleva, que no es poco. Dejando de lado el gusto personal,
subjetivo e intransferible de cada cuál, parecería recomendable que modificaciones
de este calado, nunca se vieran afectados por aspectos coyunturales y modas
pasajeras. No aseveramos que sea esta la causa que ha determinado o influido en
esta decisión concreta, pero si es factible que así haya sido en otros hechos
similares de los que todos tenemos constancia.
Verde Esperanza: Ser cofrade no es tan difícil
No pretendo con estas líneas imponer ninguna idea o establecer ningún tipo de dogma, no soy nadie para ello. Sólo pretendo decir algunas cosas que pienso sobre lo que implica ser cofrade. Para ello, considero conveniente señalar antes lo que NO es ser cofrade.
No es de ser cofrade escudarte en
las advocaciones de tu Hermandad para menospreciar a las demás. Muchos olvidan
el significado del concepto “advocación”. No es ni más ni menos que la
referencia a determinadas escenas de la Pasión de Cristo o de los distintos momentos por
los que fue pasando su bendita Madre. Por ello, quienes van diciendo eso que
tanto escuchamos de “Mi Cristo” es mejor que… o es “el mejor”, pueden resultar
tan hirientes como ignorantes. No hay ningún Cristo mejor que otro, puesto que
todos son el mismo, sólo que representando distintos misterios de la Pasión. Exactamente
igual ocurre con las advocaciones marianas, cuando por ejemplo escuchamos eso
de “La Reina
de…(cualquier localidad)” (¿las demás advocaciones qué son?). Que cada uno
tenga su Reina particular, pero que no intente imponérsela al resto. Este tema
me daría para otro artículo, así que prefiero no extenderme mucho. Los que no
son cofrades (ni tienen idea de lo que significa serlo) olvidan esto muy a
menudo. Las distintas advocaciones son los puentes que Dios nos tiende para
acercarnos a Él. Es ilógico intentar hacer una competición de las advocaciones.
lunes, 10 de diciembre de 2012
Quisiera ser
Inundaba la calle el aroma a azahar. Aquella mañana estrenamos un
pedacito de nuestra historia como se estrenan cada Domingo de Ramos esas
pequeñas cosas que configuran nuestra esencia.
Quisimos escudriñarte entre la multitud y convertirnos en una más de las
insignificantes rocas que configuran el cauce por el que navegas. Te
esperábamos envueltos en una fascinante fusión de inquietud, ansiedad,
expectación…nutrida por la carencia del año previo, ese que nos privó de tu
presencia, y nos obsequió únicamente con unos destellos de tu esencia gitana en
el cancel de tu puerta, mientras la lluvia regaba nuestros cuerpos y Tú
rociabas nuestras almas. Cómo olvidar aquél momento extraordinario, excelso…. Y
ahora, allí estábamos, al borde de la felicidad absoluta que destila tu sonrisa
de Madre, la que se ofrece al universo mientras le roban su joya más preciada.
La cruz de guía se abrió paso entre la inmensidad…lentamente; parecía inconcebible
que pudiera parirse un sendero entre la bulla impresionante, pero una vez más, lo
imposible se produjo. Un cortejo de túnicas blancas y verdes se derramó por
nuestras orillas. Los ciriales anunciaron la llegada de tu hijo y Bailío se
hizo silencio. Su inmensa nave progresó a través de la noche, y una marcha
convocó a la oración. El silencio se convirtió en clamor, el clamor en devoción
y la devoción en Pasión; Y la perfecta simbiosis de música y costal creó arte
para regalarnos una sucesión de momentos indescriptibles que desbocaron
nuestros corazones. Cuando reviró en dirección a tu antiguo barrio, supimos que
nuestra desazón se transmutaría en necesidad renovada, que nos dominaría hasta
que tu paso nos regalase tu presencia. Los minutos se hicieron eternos mientras
las dos hileras de nazarenos derramaban la cera de sus oraciones sobres las
piedras de la cuesta que se había transformado en un trozo de Cielo.
domingo, 9 de diciembre de 2012
Tu Cruz
Cuando no puedas con el peso, allí estaré Señor, siendo tu
fiel cirineo; y apretaré mis hombros para aliviar la carga que llevas sobre los
tuyos. Cuando me necesites allí estaré, a tu lado, ayudándote en la lucha
cotidiana, como siempre haces conmigo. Porque Tú eres mi Padre, mi Fuerza, mi
Amigo, mi Dueño, mi Oasis, mi Verdad... y yo… yo sólo soy el anónimo costalero
que te ayuda con la carga de la
Cruz de nuestras miserias, sin pretender más reconocimiento
que tu mirada agradecida por echarte una mano para levantarte por cuarta vez…
sábado, 8 de diciembre de 2012
Por mis pecados
Con frecuencia cuestiono las razones, la causa de tu destino cruel, y no encuentro respuesta al cáliz que apuraste, ni me consuela lo que aconteció al tercer día. Me lacera el alma la sangre de tus benditas sienes coronadas derramándose por tu cabello y casi siento el dolor mientras te observo en silencio, entre el ruido que me rodea, ese ruido que perturba mis pasos vacilantes, potenciado por la querencia de los que olvidan el verdadero sentido de todo esto; el ruido de lo accesorio que dejó de ser accesorio para ocupar el lugar preferente que siempre debiste ocupar Tú….y tu Madre… la que inmersa en Dolores de infinitud riega con sus lágrimas el valle de mis oraciones; un ruido que es como las ramas capillitas que no dejan ver el bosque de la Fe, de tu Grandeza…de Jesús hombre convertido en Cristo; vendido por los tuyos, entregado por el pueblo, azotado por mis desprecios… cargando con el madero de mis eternas faltas, crucificado por mis carencias y mis excesos… muerto por mi culpa.
Y entonces es cuando me pregunto si merece la pena, Padre Mío; si merece la pena que te sacrifiques constantemente por un mundo que te olvida y te repudia, que se emancipa de Ti como las olas se alejan del centro del océano para morir eternamente en la playa de la lejanía y la soledad… y mi única respuesta es siempre la misma; por eso Tú eres Dios y yo un simple miembro más de tu imperfecto rebaño; por eso eres Bondad Infinita; porque Tú tienes respuesta a todos los misterios, aunque yo no sepa entenderla, aunque mi torpeza perenne me haga seguir habitando en la ignorancia. Y por eso, al final de mis pensamientos, regreso al punto de partida, cerrando el círculo, y rogando tu amparo, pidiendo que cojas mi mano y me ayudes a caminar, como siempre… porque sabes que sin Ti no soy nada, porque te quiero y te necesito.
martes, 4 de diciembre de 2012
Mis dos medallas
Despertó
la mañana. Un rayo de sol entró por el cristal de mi ventana acariciando mi
cuarto con una luz diferente. Yo sabía que aquél día sería distinto, especial…
mis padres me habían dicho que aquello jamás había sucedido. Y que era posible
que jamás volviese a suceder. Cuando era niño, siempre eran especiales aquellos
días de enero. Eran tiempos de blancura; sin dobleces, sin miradas esquivas,
sólo nosotros y Ella….y tu gente, nuestra gente, entonces aún era nuestra
gente… Entramos por la puerta de tu casa, y allí estabas, como si fuese
Miércoles en lugar de domingo.
sábado, 1 de diciembre de 2012
Con el látigo en la mano
Juan 2, 13-25. Se
acercaba la Pascua
de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el Templo a los
vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos.
Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y
los bueyes; desparramó el dinero de los cambistas y les volcó las mesas; y dijo
a los que vendían palomas: Quitad esto de aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de
mercado.....
Ser cofrade
Qué extraño es el universo cofrade, que adolece
de humildad, de abrazos desinteresados, de amistad y de hermandad…que carece de
verdad; donde las miserias mundanas se hicieron hueco desde siempre y donde el
espíritu limpio que un día se forjó, se fue tiñendo de oscuridad o huyó para no
volver. Demasiados son los que llegan a servirse y no a servir, demasiadas
sillas reservadas, demasiados azulejos con nombres y apellidos, demasiados
intocables con altares en las esquinas impartiendo sabiduría entre el incienso
de su corte…Marcharon cada vez más lejos los que llegaron con ilusión juvenil a
ofrecer un pedazo de su vida… y mientras tanto, las casas de hermandad se
llenan de pobres hombres que necesitan un cargo para sentirse importantes o que
se sienten importantes porque tienen un cargo.
Más respetar a tu hermano
y menos golpes de pecho,
querer ser mejor cristiano
y andar siempre por derecho.
En el Carmen tu nido
Emigraste aquél invierno del nido de tu casa capuchina, dejando al barrio huérfano de tu esencia. Te fuiste sin hacer ruido, como se marcha la luna en mitad de la madrugada, acompañada por parte de tu rebaño, en silencio... y te encontré en un oasis que jamás había sentido mío, en un pedacito de gloria, en los arrabales de tu olvidado pasado, en un altar con aroma marinero, donde te arroparon con un manto de altruismo. Y hasta allí emigré para contarte mis cosas, como siempre... y aprendí a querer a la que extiende sus redes cada quince de julio por las calles de la ciudad. Y comprendí que por más lejos que te lleven, por más que pasen los años y por más recovecos que tengan los senderos que llevan a tu presencia, por los siglos de los siglos estaré donde Tú estés...
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