De su mano aprendí las razones que conducen
a tu Paraíso, guiándome entre la marea y concediéndome un instante de Cielo en
el oasis de tu dulzura, enseñándome como me enseñó tantas cosas en esta
cadencia en la que habitamos.
Y ahora, Madre Mía… ahora que llegó el momento de
ocupar su lugar a los pies de tu Majestad en la Marisma de la Gloria , rocía con tu perfume
los rincones de su esencia, para colmar con la plenitud infinita de tu Eternidad el destino de sus sueños y muéstrale el auténtico Camino, el
que conduce al Padre… para que un día pueda acercarme una vez más a Ti… como
siempre…
Existe sitio en tus bancos
para aquellos que se fueron,
procesionas navegando
en sudores almonteños.
Anuncian la buena nueva
los fuegos llenando el cielo,
que ya pisas las arenas,
regalando tu consuelo.
Patrona de devociones
que inundan la madrugada
al son de los corazones
que palpitan en tus andas.
La oscuridad ilumina
tu mirada de Pastora,
a orillas de la marisma
cuando a la noche te asomas.
Eres Señora, Puerta del
Cielo,
Lirio de Amor florecido
que brota en el mundo entero,
derramando tu Rocío
pa’ todos los rocieros.
Guillermo Rodríguez
Recordatorio El Misterio del Rocío
Recordatorio Pentecostés