El 18 de Octubre de 2009 se produjo un hecho que bien
podría ser catalogado, en nuestra humilde opinión, de insólito en la historia
de la Hermandad
de la Paz y
Esperanza. La Junta
de Gobierno presidida por el actual hermano mayor, decidió conmemorar
una efeméride que no suele ser celebrada por una corporación. Lo habitual es
festejar los veinticinco, cincuenta, setenta y cinco, cien años de
existencia... celebrar un setenta aniversario puede ser tildado de original
siendo suave u ocurrente, siéndolo menos.
La fecha elegida también resulta cuanto menos curiosa.
Salvo desconocimiento por nuestra parte, (sabido es que la naturaleza reparte
cualidades de forma desigual entre los seres humanos), no hay hecho destacable
en la historia de la hermandad capuchina que haya tenido lugar un 18 de octubre,
festividad de San Lucas Evangelista.
Para poderlo trasladar a nuestros queridos lectores, nos
encantaría que quien tenga constancia, nos informase del motivo de ambas
elecciones; celebración de un septuagenario y elección del día señalado, ya que
estamos convencidos de que tuvieron que existir importantes razones para tomar ambas
decisiones y no pudo ser fruto del capricho ni la casualidad.
El citado día, tal y como indica el cartel que se publicó
para difundirlo, la Reina
de la Paz , sobre
una parihuela, caminó en Rosario matinal desde Capuchinos hasta la Parroquia de San Andrés
pasando por la plaza de la
Corredera y deteniéndose en la Iglesia de la Piedad. Que sepamos no
existe vínculo ni con la plaza ni con la iglesia en cuestión. Sí lo hay con la
parroquia donde residen la
Esperanza y el Buen Suceso; La Virgen de la Paz fue bendecida y estuvo unos meses allí.
Sin embargo, una vez más en nuestra humilde opinión, ya que se decidió
transitar fuera del barrio, hubiese tenido más sentido acercarse hasta San
Lorenzo, no mucho más allá, parroquia a la que pertenecía la desaparecida
ermita de San Juan de Letrán donde se fundó la hermandad y en la que se
encuentra la imagen del Señor de la
Humildad en torno a la cual se constituyó, por la que, dicho
sea de paso y que se sepa, no ha habido jamás intento alguno, aunque hubiese
sido infructuoso, por darle culto y convertirlo en Titular.
El hecho de elegir San Andrés como destino del Rosario y origen de un Traslado, causó otra situación inusitada. Como
se quiso que la Señora
volviese al Santo Ángel sobre su paso, y al no permitir sus particulares
dimensiones a causa de las ochavas, atravesar el dintel de la
puerta, se decidió que el regreso se realizase sin palio. Sin entrar
en valoraciones subjetivas (el gusto es personal e intransferible) ni
artísticas (no nos corresponde valorar la hechura de un paso concebido para
llevar palio, sin él y con unos llamativos candelabros arbóreos y faroles prestados), resulta curioso que una Imagen que jamás había salido a
la calle en su paso sin palio, lo hiciese por vez primera, solamente porque,
por algún motivo que nuestra ignorancia nos impide descifrar, había que volver de San Andrés sobre el paso. A nuestro entender, hubiese bastado con
regresar en la misma parihuela en que se llegó para evitar la extraña postal.
Finalmente, un último detalle llamó poderosamente nuestra atención aquella
tarde. La Banda
Municipal de Huévar, que llevaba desde nada menos que dieciséis
años tras el manto de nuestra Madre y que, casualmente había estrenado la cuaresma
inmediatamente anterior una de las marchas que componen el patrimonio musical
de la Paloma
de Capuchinos, A mi Reina de la
Paz , no fue invitada a un acto que quiso revestirse de una
importancia a nuestro juicio excesiva. Se contó en cambio con la Banda de Música María
Santísima de la Esperanza ,
habrá quien diga que porque el punto de partida de la comitiva era San Andrés,
su casa. Otros dirán que se estaba gestando un contrato para el Miércoles Santo
que finalmente no se materializaría por cuestiones pecuniarias, y que pasaba
por dejarle claro a nuestros hermanos de la localidad aljarafeña que se estaba
determinado a dejar de contar con ellos si no rebajaban una vez más y
drásticamente sus pretensiones económicas... las cosas de la rumorología...
Tal y como hemos escrito en ocasiones anteriores nos parece muy importante
rememorar nuestro pasado y colaborar, con nuestro humilde granito de arena, a que
la historia sitúe cada circunstancia en su justa medida y poniendo a cada cuál en su sitio.
De nuevo la rumorología, prácticamente convertida en certeza, advierte de que un hecho similar se podría producir con el imagen del Rey de Capuchinos, al cumplirse setenta años de su bendición en los primeros meses de 2013. La hermandad ha cometido ya el disparate de celebrar en 2009 un setenta aniversario. ¿Es absolutamente imprescindible cometer el mismo desatino con la Imagen del Señor en 2013?; ¿Sería posible hacer las cosas bien y celebrar el setenta y cinco aniversario como es lógico y normal?; ¿Saldremos de nuevo en 2015?; ¿Es necesaria tanta salida extraordinaria?. Alguien podría pensar que hay que celebrar el setenta aniversario porque para el setenta y cinco la vara dorada habrá cambiado de mano. Como estamos convencidos de que no es así, por favor que no lo parezca.
De nuevo la rumorología, prácticamente convertida en certeza, advierte de que un hecho similar se podría producir con el imagen del Rey de Capuchinos, al cumplirse setenta años de su bendición en los primeros meses de 2013. La hermandad ha cometido ya el disparate de celebrar en 2009 un setenta aniversario. ¿Es absolutamente imprescindible cometer el mismo desatino con la Imagen del Señor en 2013?; ¿Sería posible hacer las cosas bien y celebrar el setenta y cinco aniversario como es lógico y normal?; ¿Saldremos de nuevo en 2015?; ¿Es necesaria tanta salida extraordinaria?. Alguien podría pensar que hay que celebrar el setenta aniversario porque para el setenta y cinco la vara dorada habrá cambiado de mano. Como estamos convencidos de que no es así, por favor que no lo parezca.
Guillermo Rodríguez