Su portavoz le vincula con el franquismo y le tilda de «fanatismo» por atreverse a criticar la ideología de género.
La carta del obispo, Demetrio Fernández, en la que se mostraba crítico con la ideología de género -aseguraba que «destroza la familia»- y con el feminismo -«Daña la conciencia de los niños y los jóvenes»- ha provocado una virulenta reacción en determinados sectores de la sociedad. La más estridente correspondió a la Junta, que sacó su vena anticlerical para rechazar el derecho a la libre expresión.
Así, el portavoz del Gobierno andaluz, Miguel Ángel Vázquez, pidió directamente un «bozal» para monseñor Fernández por su «ataque frontal» a la ideología de género. Y fijó su postura de forma rotunda, ya que lo hizo en la Red mediante su blog personal, en el que colgó un texto con el título: «Un bozal para monseñor». En él descalifica al obispo tildándole de representante genuino del «fanatismo religioso» y le acusa de sentirse «muy a gusto pisando charcos que incomodan a la inmensa mayoría».
Luego, Vázquez ya entró a hacer un «tótum revolútum» ligando las opiniones vertidas por monseñor Fernández con el franquismo: «A este jerarca eclesial le gusta más la sección femenina, las amas de casa serviles y sumisas a sus esposos, ese arquetipo de la mujer, mujer que tanto defiende la derecha». Y es que el portavoz de la Junta aprovechó también que «el Pisuerga pasa por Valladolid» para arremeter contra el Gobierno de Mariano Rajoy: «Antes de renunciar a la igualdad, prefiero arder en los infiernos (si es que existen)», subrayó el dirigente del Gobierno andaluz, quien se preguntó si ésta es la enseñanza que el Gobierno de Rajoy quiere introducir en las escuelas con su reforma educativa.
Añade que la posición del obispo «no puede ser más reaccionaria». Por último, Vázquez se erige en termómetro de la ciudadanía y afirma que el alejamiento del pensamiento católico de la realidad social se hace cada vez «más insalvable e insufrible».
Además, el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) se mostró «especialmente preocupado» por que ciertos sectores de poder político y religioso «empiecen a cuestionar derechos ya reconocidos, con un dogmatismo basado en principios radicales y obsoletos».
También le llegaron críticas al obispo del secretario general de Juventudes Socialistas de Andalucía (JSA) en Córdoba, Antonio Ligero. Pese a que lo que hizo el obispo fue posicionarse sobre una serie de cuestiones, el líder de JSA en la provincia le acusó de «perseguir a los que no piensan como él».
Por su parte, la edil de Familia y Servicios Sociales de la capital, María Jesús Botella (PP), aseguró respetar «mucho» las opiniones del obispo. Aseguró que puede «coincidir o no» con él, aunque subrayó la importancia de «la institución familiar». De hecho, destacó que «por primera vez existe una Delegación de Familia» en el Consistorio, si bien recordó que «por supuesto» también hay un Área de Igualdad, pues «no debe de ser en absoluto una cosa incompatible con la otra».