Cuando comiencen a leer estas líneas, ya habrán leído más que de sobra las tres noticias -prácticamente miméticas- que han salido publicadas en la prensa escrita de la ciudad, acerca de la polémica surgida entre el consistorio municipal y los vecinos del popular barrio de la Fuensanta a cuenta de la Velá que, en apenas tres días, dará comienzo.
No esperen otra copia -retocada para la ocasión-. Eso sí, por si les faltan antecedentes, desde el Ayuntamiento, más concretamente, su Delegada de Fiestas y Tradiciones Populares, Amelia Caracuel ha señalado que, para el presente 2014, la celebración ha sido obra exclusiva de su delegación y la colaboración de otras áreas municipales. A su vez, señalaba que este año no habrá pregón porque "el lugar donde se celebra tiene excesivo ruido y la gente no le prestaba la suficiente atención". Toda vez que la edil municipal afirmaba desconocer los motivos por los que los vecinos del Consejo de Distrito Sureste no estarán presentes. Mientras que, por su parte, para el presidente de dicho consejo, Enrique Rodríguez, son "el ninguneo reiterado del Gobierno municipal sobre los colectivos vecinales del distrito, ya que no cuenta con ellos para nada e intenta enfrentarlos; así como el carácter religioso que le quiere dar a la misma. Esto ha propiciado una situación de hartazgo entre los habitantes de la zona que ha hecho que renuncien a hacerle el trabajo de organización altruista al Ayuntamiento". Finalmente, Francisco Gómez Sanmiguel destacó que "con este cambio se busca dotar a la procesión de una mayor solemnidad y realce", en referencia a las modificaciones de día, itinerario y horario de la procesión de la Patrona.
Analizando este cruce de declaraciones, presencias y ausencias, parece claro que el trasfondo del asunto proviene de antaño. Y llama poderosamente la atención que el máximo rector de las cofradías haga referencia al término solemnidad, cuando precisamente, la misma se celebra el día 8 (festividad de la Fuensanta, por si alguien no lo recuerda), no el 7, ni el 6 ni el 9. Es de celebrar que la Patrona siga saliendo en procesión. Aunque no es menos cierto que, salvo bandas y capataz (a fecha 30 de agosto) en la web de la Agrupación de Cofradías no haya información acerca de recorrido y horarios. No sé si nuestro rector lo habrá tenido presente, pero la información a tiempo suele dar pie a que la gente se planifique y acuda en mayor medida.
Por su parte, las diferencias entre Ayuntamiento y Consejo vienen de antiguo, 2011 concretamente. Llama poderosamente la atención que el presidente del consejo haga referencia al cariz religioso que está tomando una celebración en conmemoración de una Virgen. Sarcástico, desde luego. Aunque no es menos cierto que, desde el consistorio, no se haya tenido claro como deslindar -sin disgregar- lo popular, de aquello que es devoción. El alumbrado no es incompatible con el Pregón si, por ejemplo, este último se celebrase en el Santuario (que parece un lugar idóneo), previamente al inicio oficial de la velada. O, por ejemplo, el día 8 que parece tan denostado por cerrar el puente festivo. Por la mañana, con atracciones y demás en silencio que, por algo, manda el ayuntamiento en esas lides.
El problema, lejos de agotarse, seguramente irá en aumento. Lo que no parece razonable es querer mezclar churras con merinas. Vecinos con cofradías, que estas últimas no gestionen un pregón religioso y, en cambio, sí una barra de bar. Que, ojo, es legítimo en la Velá para el mismo Ayuntamiento que no parece verlo tan claro en Cruces o Feria.
Blas Jesús Muñoz