Suspira el querubín porque el calor le ha dotado de la clarividencia que tenía Nostradamus y no profetiza el fin del mundo, pero a lo mejor sí el de las cofradías o guerras dentro de hermandades o equipos de capataces o redactores de un blog famoso.
Suspiros alados por un capataz que este año puede que haya salido tres veces y el año que viene vea los pasos desde la acera. O por una banda que quiso ir a mucho, se vino a menos y quizá pronto sean dos. U otra que en su última negociación vio como Córdoba es una plaza cada año más difícil.
Suspira el Ángel porque las hojas caen y, mientras un pre-candidato se dedicaba a deshojar la margarita, no se sabe como le salió que no y ahora sus amigos puede que se vean huérfanos de hermandades si no cambia de opinión o uno de ellos da el paso.
Joaquín de Sierra i Fabra