menu

LO ÚLTIMO

 

jueves, 10 de octubre de 2013

Crónica de la construcción del Santuario de Nuestra Señora del Rocío

"Esta perla no tiene el estuche apropiado: ... es un sol entre nubarrones" 

Con estas palabras, pronunciadas por el primer obispo de la Diócesis de Huelva, creada en 1954, Monseñor Cantero Cuadrado dos semanas antes de la Romería de 1961 en una solemne Misa de Medio Pontifical celebrada en la Parroquia del Rocío, en el barrio de Isla Chica de la capital onubense, se ponía el dedo en la llaga en la urgente necesidad de ampliar la Ermita de la Virgen del Rocío. 



Monseñor Cantero Cuadrado 

Cinco años antes, Cantero Cuadrado había sugerido ya la construcción de un nuevo Santuario. Ocurrió el 20 de Mayo de 1956, Domingo de Pentecostés, en el transcurso de la Primera Asamblea de Hermanos Mayores de la que se tiene constancia celebrada en El Rocío. Pero ya venía acariciando esa idea, desde su primera visita a la Aldea en la primavera de 1954, tras su toma de posesión como Obispo de la nueva Diócesis de Huelva. 

Su impulso pastoral siguió urgiendo a Almonte y a su Hermandad Matriz, el nuevo Santuario y así, el 8 de Mayo de 1960, dejaba escritas estas palabras: "Que la generación actual de los fieles rocieros, como testimonio de su auténtica devoción a la Blanca Paloma, legue a generaciones futuras de Almonte y Andalucía occidental, un nuevo Santuario a la Reina y Madre de Andalucía, que se levante sobre las marismas almonteñas con toda la belleza, la ternura y la gracia de esta tierra para mí tan querida". 

La idea encontró calor y ambiente propicio en el pueblo almonteño, y en el histórico Cabildo General celebrado por la Pontificia y Real Hermandad Matriz el 31 de julio de 1961, se acordó levantar un nuevo y más amplio santuario a la Virgen del Rocío.



Primera Comisión de Obras


Es preciso hacer un poco de historia sobre las razones principales que llevaron a dicha decisión de construir un nuevo Santuario. 

Como se comentó en el capítulo dedicado a las Anteriores Ermitas, con el auge que la Romería del Rocío estaba tomando en los años 30 y 40, se hizo menester la ampliación de la Ermita, haciéndose por parte del arquitecto sevillano Aurelio Gómez Millán, un proyecto que no se realizó. 

En los años cincuenta, el problema de masificación sigue aumentando. No pensemos en ningún momento en las cifras que actualmente se barajan: estamos hablando de setenta u ochenta mil personas, en una aldea de chozas y carburos, incluida la Ermita. 



Lámpara de carburo 


La década anteriormente citada, viene a suponer una catarsis en la vida de la Aldea y en las formas y estilos de la romería, debido ello principalmente a dos acontecimientos fundamentales: la construcción de la carretera Almonte-El Rocío y la llegada de la luz eléctrica a la Aldea. 

La primera de ellas, en la que intervino decisivamente el Obispo Cantero Cuadrado, supuso que el número de peregrinos y visitantes se disparara de forma exponencial, sobre todo en Pentecostés. 



La carretera aún sin asfaltar (1958)

Hay que destacar como anécdota histórica sobre la carretera, que en el proyecto original de su construcción, la misma terminaba en la puerta de la Ermita. El pueblo de Almonte, como sólo el lo sabe hacer, protestó ante tan descabellada idea, consiguiendo que se quedara en la entrada del Rocío, tal y como hoy la conocemos. Con ello se evitó que el asfalto invadiera las calles del mismo. 



Camiones alquilados para ir al Rocío.

Se convocó un concurso de anteproyectos, presentándose al mismo tres arquitectos sevillanos: Aurelio Gómez Millán (el cual repetía con su anterior proyecto de 1947, ligeramente modificado), Fernando Barquín Barón y de forma conjunta, Balbotin de Orta y Delgado Roig.



Proyecto de la Fachada presentado a concurso


Solución "A" de Balbotin-Delgado


Solución "B" de Balbotin-Delgado que es la construida definitivamente


Perspectiva del anteproyecto


La Comisión de Obras creada al efecto tras el Cabildo de 1961, debidamente asesorada por arquitectos de renombre, eligió el presentado por Balbotin y Roig el 24 de Mayo de 1963. El mismo ascendía a la cantidad de casi 6 millones de las antiguas pesetas, cantidad que a la larga se quedaría corta, por los diversos problemas que como más adelante se verá, fueron surgiendo a lo largo de la construcción.



Fachada Sur (Marisma)



Fachada Norte (El Real)



Corte transversal del anteproyecto



Antonio Delgado Roig (Izq.) y Alberto Balbotín de Orta (Dcha.)


La Virgen se trasladó a Almonte el día 16 de Junio de 1963, habiendo salido por última vez de su Ermita de siglos en la tarde del día anterior, Sábado 15. Esto dio a dicho Traslado un sabor especial.



Folleto anunciando la Venida de la Virgen





Abuelas almonteñas con atributos llegando a Almonte - 1963




Salve en mitad del arroyo de Olivarejos. La Virgen vuelve al Rocío - 1964


El 18 de julio del mismo año, a las diez de la mañana, celebraba la última misa en el altar mayor del santuario don Francisco Guevara Sández. Momentos después de acabada la misa comenzaron los trabajos para desmontar el retablo por técnicos llegados desde Sevilla; el 31 de julio se derribó la pared del camarín.



Última misa en el altar mayor de la antigua Ermita


Los trabajos de desescombro se prolongaron a lo largo de dicho verano, siendo efectuados por el vecino de Almonte, Alfonso Roldán Cruz, por la cantidad de 155.000 Pts., quedando depositados de forma provisional en la Casa Hermandad de Sevilla, los enseres de culto y restos útiles de la demolición, pues la primera idea era tener terminadas las obras para la Romería de 1964.





En las imágenes precedentes, Antonio Millán (Presidente Hdad Matriz),
Heliodoro Carrión (Alcalde de Almonte)
Pedro Martínez (Comisión Obras) y Juan Infante-Galán (Cronista Oficial del Rocío)


















Diferentes fotos del derribo de la Ermita


Los arquitectos Balbotin y Roig visitaron El Rocío con el fin de levantar planos, mediciones, etc...en diversas ocasiones. Se calculó primordialmente, la superficie que sería necesaria para el nuevo templo, estimándose en unos 2.000 metros cuadrados.



Solar de la Ermita una vez despejado de escombros


Para ello, se adquirieron varias casas colindantes con la antigua Ermita, no pudiendo hacerse en su totalidad con las situadas a su espalda, por lo que en la actualidad, el Santuario no está aislado del resto de edificaciones como era en un principio la idea y ha quedado con una callejón de saco en la parte posterior.



A la espalda de la Ermitas se ven las casas no adquiridas


En una de dichas visitas, ya en el invierno de ese 1963, invierno copioso en lo que a lluvias se refiere y con el proyecto prácticamente terminado para empezar las obras, observaron que la Madre de Las Rocinas, desbordada, llegaba casi a las puertas de la futura Ermita, más concretamente al pocito de la Virgen, a escasos metros. Esto ocurría prácticamente todos los años, dado que no existía el muro de contención actual y que conforma el actual Paseo Marismeño.

Alarmados por este hecho y dada la magnitud de la nueva construcción, se hizo un estudio geotécnico dando como resultado el replantearse seriamente todo el Proyecto, principalmente en lo que a cimentación se refería pues a poco más de 8 metros de profundidad, el suelo estaba formado por arenas esponjosas altamente peligrosas. Ello retrasó el calendario previsto sobre el inicio de las obras y consecuentemente originó su encarecimiento.

Como bien describe Antonio Millán Pérez en su libro "Memorias de la Construcción del Nuevo Santuario del Rocío: 1963-1969", "la cimentación que sostiene al nuevo Santuario, está compuesta por 64 pilotes de hormigón armado, de 18 metros de profundidad por 0,80 metros de diámetro y encima lleva una losa armada de un metro de espesor. Es como una gran mesa de 64 patas de 18 metros de altura con una tapa de un metro de grosor."






Representación de "la mesa" sobre la que se sustenta la Ermita

A finales del año 1963, se adjudican las obras a la empresa sevillana Luis Rank, S.A. siendo el presupuesto de casi 11,5 millones de pesetas.



Dibujo de la fachada realizado por Balbotin para Luis Rank en 1964


Tras numerosos avatares de cara a la financiación del mismo y teniendo en cuenta que, en palabras de un insigne rociero de Sevilla, D. Joaquín Castilla Romero, "todo lo que pasa en El Rocío y cuanto afecta a la Santísima Virgen tiene su consentimiento y Ella lo dispone todo hasta en sus más pequeños detalles", por fin se pudo hacer frente a la misma, firmándose el 17 de Enero de 1964 el contrato definitivo con la empresa constructora.

La primera piedra del nuevo Santuario, fue solemnemente bendecida y colocada por monseñor Cantero Cuadrado, ya con sus días contados como Obispo de Huelva, con asistencia de las primeras autoridades regionales, de la Pontificia y Real Hermandad Matriz, autoridades de Almonte, y todas las hermandades filiales, a las 5 de la tarde del domingo 26 de enero de 1964, en un acto organizado por el insigne Juan Infante-Galán, a quién podemos contemplar junto a Cantero Cuadrado en la foto siguiente, introduciendo el pergamino recordatorio del acto dentro de la caja de plomo que se colocó dentro de la primera piedra.

La primera piedra en sí, es un bloque de roca perfectamente labrado, de ochenta centímetros de largo, por sesenta de ancho y cuarenta de alto. En una de sus caras lleva la inscripción A.M.P. (Ave Maria Purísima) y debajo la fecha en números romanos, XXVI-I-MCMLXIV. En el lado contrario, lleva una inscripción que dice VIVA LA BLANCA PALOMA.



De izquierda a derecha:
Heliodoro Carrión (Alcalde de Almonte), Monseñor Cantero Cuadrado (Obispo de Huelva)
Antonio Millán (Pte. Hdad. Matriz) y Juan Infante-Galán (Cronista Oficial del Rocío)



Trozo original del pergamino introducido en la primera piedra


Además de dicho pergamino se depositaron en su interior, unas medallas de oro y plata de la Virgen, una medalla de Hermano de la Hermandad Matriz, monedas de curso legal de la época (1, 2,50, 5, 25 y 50 pesetas). Amén de ello, también se introdujeron un ejemplar de aquel día del diario ABC y El Correo de Andalucía de Sevilla, así como un ejemplar del diario Odiel de Huelva.



Momento de la colocación de la primera piedra


Como colofón al acto, por parte de Juan Infante-Galán, se dio lectura a una oración compuesta ex profeso por él mismo, para ese día y que después se repartió a modo de recuerdo entre los asistentes en una postal de la Señora.

Esta es la oración:

Madre y Señora Nuestra: Aquí, en el mismo lugar donde tu imagen venerada apareció, donde por cerca de setecientos años fuiste para nuestros padres, y para todos los hombres, Rocío del Cielo y canal de todas las gracias, comenzamos hoy a levantar a la mayor gloria de Dios y honra tuya. Celestial Reina y Patrono ese gran y nuevo Santuario que reclama el número siempre creciente de los que a ti vienen a implorar tu protección. Este Templo que será hermoso y sencillo, blanco y luminoso del sol de Andalucía, como una clara figura y símbolo de Tu Persona, tabernáculo de Dios entre los Hombres, queremos que sea como una fervorosa oración plasmada en cemento y ladrillo, una ardiente plegaria eternizada en medio del arenal, por eso desde este mismo instante, al poner la primera piedra, elevamos a Dios, ofreciéndola en tus manos, nuestra fervorosa oración.

A Ti, Santa María del Rocío del Santo Espíritu, Virgen de Pentecostés, Madre de la Iglesia te pedimos por toda la Santa Iglesia, para que ahora siga siendo como en los días de la Primera Pentecostés, una apretada comunidad de corazones fraternos, perseverando unánimes en la oración contigo, la Madre de Jesús, por tu ruego descienda sobre la sagrada jerarquía, sobre toda la Santa Iglesia, el Rocío fecundante del Espíritu santo. Con ardiente caridad te pedimos también, por todas las ovejas que no son de este redil, para que en el tiempo oportuno, vuelva a la unidad bajo un solo Pastor.

Pedimos tu protección y la luz de lo alto para España, para el jefe del Estado, para los de su consejo y gobierno, para todas las autoridades que nos rigen. Te pedimos, Madre y Patrono, por tu pueblo de Almonte, por ese pueblo que Tú quisiste elegir y honrar, donde Tú has querido establecerte y arraigarte.

Te pedimos por la Pontificia y Real Hermandad Matriz, y te pedimos una gracia especial para todas las Hermandades Filiales. Vuelve tus bellos ojos misericordiosos a Villamanrique, Pilas, La Palma, Moguer y Sanlúcar de Barrameda, las primeras en el piadoso fervor, a la piadosa ciudad de Sevilla, con sus dos Hermandades de Triana y del Salvador, bendice a los pueblos del Aljarafe y de la Ribera, Umbrete, Coria del Río, Gorrión, Cines, Benacazón, Dos Hermanas, Olivares, Hinojos, Puebla del Río, Espartinas, Sanlúcar la Mayor, Bollullos de la Mitación, Huévar, Aznalcázar. Derrama el Rocío de tu gracia sobre Huelva, San Juan del Puerto, Rodona, Trigueros, Bonares, Bollullos del Condado, Valverde del Camino, Gibraleón, Lucena del Puerto. La luz de tus dones sobre la señorial Jerez de la Frontera y sobre el renovado fervor del Puerto de Santa María, y sobre la capital de la nación, que Madrid sienta sobre sí el poder irresistible de tu amor y tu inefable sonrisa y la ternura de tu corazón para el amor indeficiente de Puerto Real.(*)

En el Nombre de Dios y en tu nombre, Madre y Señora Nuestra, emprendemos esta obra, con sentido sobrenatural cristiano, todo desde el más elemental principio, ya consagrado a Dios en tu honor, desde las líneas de los planos y los cálculos de resistencia, hasta la más humilde labor de los peones, derrama la gracia de tu amoroso corazón sobre todos los que en algo contribuyan a la erección de tu Santuario, sobre los que pusieron su arte y su saber a tu servicio, a los que ofrecerán el trabajo de sus manos o el esfuerzo de la técnica, a los del espléndido donativo y a los de la pequeña y sacrificada limosna, a todos retribúyelos según la medida de tu amor.

Queremos hacerte por último, una especial petición que nos brota de lo más intimo del corazón, Madre Nuestra, Madre de todos, te pedimos por todos los que sufren y viven en la miseria, sabemos que son tus hijos predilectos. Mueve nuestros corazones a la más viva y auténtica Caridad, haznos ver a todos que no te amamos si no los amamos, suscita entre nosotros obras de auténtica misericordia y amor, y ayúdanos a vivir unánimes como hijos tuyos, en fraterna caridad. Amén".

(*) En el momento de la colocación de la primera piedra y posteriormente, de la bendición del nuevo Santuario, Puerto Real aún no había peregrinado ningún año como Hermandad Filial. Lo hace por primera vez el 24 de Mayo de 1969, cuarenta días después de la bendición, aunque sus Reglas no fueron aprobadas hasta Mayo de 1977, ocho años después.



Momento del sellado de la caja por Jesús Acosta y José Antonio Faraco


Sirva como dato curioso, que según la costumbre, al finalizar el acto se sirvió "una copa de vino español" para las Autoridades, Hermandades Filiales y personalidades asistentes. Dicho ágape tuvo como escenario la Casa Hermandad de Sevilla, por disponer en aquella época del Salón más adecuado para ello en la Aldea.



Las autoridades dirigiéndose hacia la Casa Hermandad de Sevilla.


Con las obras comenzadas a los pocos días del acto anteriormente descrito, se planteó el serio problema de la próxima Romería, 13, 14 y 15 de Mayo, ya que no había Ermita donde acoger a la Virgen. Se barajó incluso la posibilidad de celebrar El Rocío de ese año 1964 en Almonte, en El Chaparral, pero rápidamente fue desechada, dado que la tradición de siglos exigía que la celebración tuviera lugar en la Aldea.



Para ello, se construyó a marchas forzadas y en tan sólo 33 días, una pequeña capilla provisional, la cual fue levantada en la parte izquierda de la fachada que hace esquina con El Real y que recordaba en sus estructura a la antigua Ermita.

















Diferentes imágenes de la Capilla Provisional



La Virgen entrando en la Capilla Provisional



La Capilla provisional engalanada (Portada de la Exposición del 2001 organizada por el Ayto de Almonte)


El día de la Ascensión de aquel año 1964, Jueves 7 de Mayo, a las cuatro de la tarde aproximadamente, la Virgen entraba por el Camino de Los Llanos en su Aldea y a media tarde lo hacía en su Capilla Provisional, la cual cumplió honrosamente su cometido durante cinco romerías seguidas.



Devotos rezando en la Capilla Provisional



Ofrenda de flores y velas a la Señora



La Virgen en la Capilla Provisional (Obsérvese el techo de bovedillas)


Pero aún quedaba mucho terreno por arar y era necesario seguir recaudando fondos para la terminación de las obras. A través de rifas, venta de recuerdos, aportaciones de donativos, etc... poco a poco se fueron solventando los pagos de las certificaciones de obras del Santuario.


Banderín Cuestación Pro Obras del Santuario


Hay que hacer destacar que muchos rocieros aportaron donativos anónimos y otros muchos, avalaron con sus bienes propios, créditos bancarios para dicho fin. También se recibieron subvenciones por parte del Gobierno de la Nación.

Entre las formas de financiación, cabe destacar el sorteo por parte de la Hermandad Matriz, de una casa en la Aldea que se construyó en un solar cedido gratuitamente por el Ayuntamiento. El coste de dicha casa fue de 96.000 Pts. Dicha casa se encuentra, reformada, a la entrada misma del Rocío, junto al Ayuntamiento, en la actual calle Muñoz y Pabón.



La Casa de la Virgen en la actualidad


Las papeletas a 20 Pts., se sortearon con la Lotería de Navidad de 1966, dando la coincidencia de que el premio fue para un número no vendido, por lo que el premio recayó en la propia Hermandad Matriz, la cual la pudo vender, con no poca dificultad, por 275.000 Pts casi un año después.

Entre aquellos donativos, cabe destacar los efectuados por S.A.R. la Infanta Isabel Alfonsa de Borbón, gran devota de la Virgen, a la cual era muy normal verla hacer el camino a pie con su vara en la mano y mezclada con el resto de los peregrinos.



S.A.R. La Infanta Isabel Alfonsa, en el centro, junto a S.A.R. D. Esperanza y
S.A.R. Dª Maria de las Mercedes
en la salida de la Hermandad de Triana del Convento de San Jacinto


Como agradecimiento, se rotuló una calle con su nombre en la Aldea del Rocío.



Vista General de la calle Isabel Alfonsa


Poco a poco las obras siguieron avanzando, pero aún con algunas dificultades económicas.

Una de ellas, poco conocida, tiene como protagonista a un rociero de los pies a la cabeza donde los haya, y que donó todas las vidrieras de la Ermita, las cuales, por falta de presupuesto iban a tener que ser tabicadas.

Desinteresadamente y sin escatimar en su costo, en los Talleres Vallejo de Sevilla, se diseñaron y construyeron las vidrieras, incluidos los ojos de buey del crucero.

Dicho donante fue D. Gabriel Rojas Fernández, Hermano Mayor de la Hermandad del Rocío de Sevilla entre 1961 y 1963 y Hermano Mayor Honorario de la misma.

La mencionada Hermandad de Sevilla, como más adelante se comenta, donó los pararrayos y una cruz que corona la linterna de la cúpula.

Las puertas del Santuario fueron donadas por D. Martín Cambra Quintero, Hermano Mayor de la Hermandad de Huelva en 1966.

La Hermandad de Triana, donó toda la solería del Santuario, al igual que casi cuarenta años después, volviera a hacerlo aprovechando las obras acometidas tras el Traslado del 2005.

El 31 de Julio de 1966, salieron de la Iglesia de San Jacinto de Sevilla, una caravana de camiones y coches para entregar el material en la Aldea.



La solería cargada en la calle San Jacinto de Sevilla


Fueron recibidos por el Alcalde de Almonte y la Hermandad Matriz, quienes todos juntos y después de descargar simbólicamente las primeras losetas, escucharon una Misa de agradecimiento.



Acto de la entrega de la solería por la Hdad. de Triana






Colocación de la solería en el 2005-2006. 
Los ensoladores fueron todos voluntarios de la Hdad de Gines.


Los portajes de madera de todo el Santuario, fueron costados por D. José Manuel Muñiz Orellana, Hermano Mayor de Dos Hermanas y pieza fundamental en el feliz desarrollo de la construcción del Santuario.






















Diferentes momentos de las obras de construcción



Interior de la Ermita. Lo que después sería el Tesoro, se encuentran en obras


Finalizadas oficialmente las obras con fecha 10 de Enero de 1969, se acordó la bendición del nuevo Santuario el día 15 de Marzo y al día siguiente, la Virgen entraría por primera vez en su nueva Ermita.

En los primeros días del Marzo, lluvias torrenciales inundaron toda la Aldea, haciendo imposible la ceremonia prevista.



Noticia de Prensa sobre las lluvias habidas en El Rocío



Aspecto de la Madre de Las Rocinas

Por ello, hubo de suspenderse todos los actos previstos a expensas de una bonanza en la climatología.



Programa de Actos, corregido de puño y letra de 
D. Vicente Díaz de la Serna, Vocal de la Comisión de Obras


Esta llegó por fin y, tras más de cinco años, la nueva iglesia fue bendecida a las 6 de la tarde del sábado, 12 de abril de 1969, por monseñor García Lahiguera, nuevo obispo de Huelva que en 1964 había sustituido a Monseñor Cantero Cuadrado destinado a Zaragoza y que poco tiempo después también abandonaría la Diócesis onubense.



Óleo original de Balbotin de Orta de la fachada del Santuario


El Domingo 13 de Abril de 1969, a las 9 de la mañana, a hombros de sus hijos de Almonte, la Virgen abandonaba aquella pequeña Capilla Provisional. Ni que decir el ambiente que se vivía en la Aldea tras seis años de obras.

Al llegar a la altura del monumento del Real, se rezó una Salve ante el mismo en conmemoración del Cincuentenario de la Coronación Canónica de 1919.

Al llegar la Virgen al nuevo Santuario, las puertas de este se abrieron de par en par para recibirla y a la una de la tarde, hacía su entrada en el mismo entre las aclamaciones de los congregados.



La Virgen entrando por primera vez en el nuevo Santuario


A continuación tuvo lugar una Misa Pontifical ante la Patrona de Almonte en su altar. Al igual que ocurriera el día de la bendición de la primera piedra, Juan Infante-Galán leyó una oración hecha exprofesa para dicho acto.




La fachada con su espadaña no estaban aún terminadas en dicha inauguración oficial, no terminándose hasta finales del año 1980, fecha en la que se coronó con la monumental cruz.



Fachada principal durante las obras



La fachada de la Ermita con la concha aún en construcción



La fachada de la Ermita con la concha aún en construcción



Primer plano de la concha aún en construcción



La Ermita recién inaugurada, con la Ermita Provisional a su izquierda



Imagen nocturna. Observense las vidrieras del Coro



Vista de las obras desde la Marisma (Foto: Miguel Ventura)



Colocación de la Cruz de la Espadaña (Foto: Miguel Ventura)



Primer plano de la colocación de la Cruz (Foto: Enrique Fernández)


Poco tiempo después y debido a una inusual climatología, caracterizada especialmente por fortísimos vientos no propios de la zona, hubo de repararse la Cruz dado el estado en que quedó y que se puede ver en la imagen siguiente, siendo necesaria su reparación dado el evidente riesgo de caída que presentaba.



Reparación de la Cruz


La Cruz de forja que remata la espadaña del Santuario, obra de Genaro Faraco Romero, artista almonteño, es copia prácticamente exacta, pero a mayor escala, de la que se encuentra desde el año 1918, en la Plaza de Santa Cruz del Barrio del mismo nombre de Sevilla. Está compuesta por 265 piezas de hierro macizo, siendo sus medidas 4,42 metros de alto por 3,92 metros de ancho, pesando 250 kilogramos.




Arriba cruz del Santuario y abajo Cruz del Barrio del mismo nombre de Sevilla


Como se puede contemplar, no son exactamente iguales, variando la base, que en la de Sevilla, tiene cuatro serpientes de las que cuelgan farolas sujetadas por cuatro angelitos.



Cruz del Barrio de Santacruz en Sevilla


Realizada en 1692 por el maestro almonteño Sebastián Conde, se llamó en un principio Cruz de las Sierpes o serpientes, pues su primitivo emplazamiento estuvo en la confluencia de la popular calle sevillana de Sierpes con la de Rioja hasta 1840.

Con motivo de este Acto, se editó por parte de la Hermandad Matriz, una "Carta de Sebastián Conde a sus paisanos los almonteños de ahora, Año 1980", de autor anónimo (aunque no es difícil de atribuir a Juan Infante-Galán) y en la que el forjador almonteño, hace una referencia a la historia de la Cruz de Cerrajería, todo ello en un castellano del siglo XVII.

Desde 1995, tiene el maestro almonteño, un monumento en su pueblo natal y en la calle que lleva su nombre, el cual se puede ver bajo estas líneas.





"El pueblo de Almonte a Sebastián Conde (s XVII), maestro rejero almonteño,
autor de la famosa cruz de la cerrajería del Barrio de Sta. Cruz de Sevilla.- Marzo 1995"



Rotulo de la calle dedicada al maestro rejero almonteño


Existe una segunda cruz, situada sobre la linterna del crucero, que fue donada por la Hermandad de Sevilla, siendo su Hermano Mayor, Morales Lupiañez. El acto se celebró el Domingo 27 de Marzo de 1966. La Hermandad organizó una peregrinación a la Aldea desde la capital andaluza, con más de mil asistentes, siendo recibidos por la Junta de Gobierno de la Hermandad Matriz, presidida por Antonio Millán, a quién hicieron entrega de la cruz de cerrajería.









La Cruz momentos antes de ser llevada a la Ermita y su traslado


Con posterioridad, se celebró una eucaristía presidida por el Párroco de Almonte, D. Antonio Pulido.


La cruz en la actualidad.


Dicha cruz, fue transportada por la Junta de Gobierno y hermanos, desde la Casa Hermandad, en aquella época en las afueras del Rocío prácticamente, hasta las obras de la Ermita.

El 2 de Mayo de 1981 fue oficialmente bendecida la espadaña con sus campanas: El Salvador, Virgen del Rocío, Lirio de las Marismas-Blanca Paloma y San José.

La campana "Lirio de las Marismas-Blanca Paloma", fue costeada por la Hermandad Matriz de Almonte y las otras tres, por D. Manuel Robles Ortega y familia, a la sazón, Director General de Celulosa de Huelva. Todas ellas habían repicado de forma oficial por vez primera, del 2 de Febrero del mismo año, coincidiendo con la llegada de la Peregrinación Penitencial Extraordinaria que organizó la Hermandad Matriz en rogativas por la lluvia, dada la importante sequía que venía asolando los campos andaluces desde hacía varios años.






Recuerdo de la Bendición de la Portada y Espadaña


Bajo las mismas, tres azulejos recuerdan la venida del Espíritu Santo sobre el Colegio Apostólico a ambos lados de la Virgen del Rocío y que se describen detalladamente en el apartado correspondiente a la descripción del exterior del Santuario.



Más abajo y como evocación del bautismo, la gran concha nos da la bienvenida al interior de la casa de María Santísima del Rocío.



"Pensamos, pues, que la Blanca Paloma no puede estar en ningún sitio mejor, que en la incomparable llanura de la marisma, como si desde allí irradiara mejor su luz"


(Memoria de la Comisión de Obras para el nuevo Santuario, Mayo-1964)




Bibliografía
  • Antonio Millán Pérez: "Memoria de la Construcción del Nuevo Santuario del Rocío: 1963-1969" - 1995
  • Juan Infante-Galán : "El Rocío, devoción mariana de Andalucía"
  • Editorial Andalucía : "El Rocío" - 1981
  • ABC de Sevilla: Sección "CASCO ANTIGUO" del 10-Enero-1981
  • "Memoria del Rocío" y "Rocío: Un siglo de devoción mariana" - ABC
  • J. M. Glez. Gómez - M. J. Carrasco Terriza : "Catálogo Monumental de la Provincia de Huelva" (Volumen 1) -1999
  • Mª del Valle Gómez de Terreros Guardiola: "Catálogo de la exposición, Aurelio Gómez Millán: Arquitecto" - 1988
  • Julio Flores Cala: "El Rocío en los Años 60"- Cuadernos de Almonte nº 73 - 2003
  • Julio Flores Cala: "El Rocío de ayer: 1900-1960"- Cuadernos de Almonte nº 88 - 2005
  • Julio Flores Cala: "Historia y Documentos de los traslados de la Virgen del Rocío a la Villa de Almonte: 1607-2005" - Cuaderno de Almonte: Nº Extraordinario - 2005
  • Santiago Padilla Díaz de la Serna: "Rocío: La explosión de la gran devoción del sur en el Siglo XX" - 2006
  • José María Pardo Álvarez - Sistema de Representación Oblicuo de la cimentación de la Ermita del Rocío.
  • Fondo documental del Centro de Estudios Rocieros del Ayuntamiento de Almonte (C.E.R.)
  • Archivo Particular



Manuel Romero Triviño














Hoy en GdP


Buscar en Gente de Paz




WWW Gente de Paz