A pesar de la lluvia, la plaza de San Pedro fue punto de cita de miles de niños de Roma para la tradicional bendición de las pequeñas imágenes del Niño Jesús, los «Bambinelli», que no se pondrán en el Nacimiento hasta el 24 por la Noche, como manda la tradición. Es siempre un encuentro festivo, y resulto todavía más con el Papa Francisco.
En la cita del domingo al mediodía para el rezo del Ángelus, el Papa afirmó que la preparación de la Navidad es un tiempo especialmente alegre pero subrayó que la alegría habitual es un rasgo del cristiano pues «el mensaje cristiano se llama ‘evangelio’, que significa ‘buena noticia’: un anuncio de alegría para todo el pueblo». Por ese motivo, «la Iglesia no es un refugio para gente triste, la Iglesia es la casa de la alegría».
El Papa recordó que las primeras palabras del Ángel a María en la Anunciación, fueron «alégrate, llena de gracia». Era el comienzo de la alegría de la llegada de Jesús y el comienzo del Evangelio. Por eso invitó a pedir a la Virgen que nos ayude a «vivir la alegría del Evangelio en la familia, en el trabajo, en la parroquia y en todos los ambientes».
El Santo Padre insistió en que todos los cristianos tienen que estar alegres ya que «el Señor nos perdona siempre porque nos quiere. Nos da la fuerza para ir adelante siempre, porque nos ama. ¡Animo! ¡Siempre adelante!».
Viendo el mar de paraguas formado por más de cincuenta mil personas en la plaza de San Pedro, el Papa comento «siento que estéis bajo la lluvia. ¡Sois valientes! Muchísimas gracias».