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jueves, 10 de julio de 2014

Enfoque: El cambio radical de la Semana Santa de Málaga


Blas Jesús Muñoz. Los hechos acontecerán en el período que comprende 2015 y 2016 y, con bastante probabilidad, todo apunta a que la Semana Santa Malagueña cambiará profundamente su fisionomía, en cuanto a itinerarios (oficiales y propios de las cofradías), se refiere. Las diferentes y considerables obras que se abordarán en la capital malacitana platean un desafío para las hermandades.

A continuación, les reproducimos sendos artículos publicados tanto en El Cabildo como en La Opinión de Málaga que explican esta excepcional situación:


2015, el año que cambiará todo

Como si de una alineación de estrellas o planetas se tratase, el año 2015 se aventura como trascendental para el mundo cofrade, pues varias actuaciones urbanas muy significativas van a coincidir en el tiempo, además de otras coincidencias como las elecciones en la Agrupación y municipales. Todo ello planteará un escenario muy interesante para el devenir futuro de la Semana Santa. Al enquistado y natural problema de la lluvia, habrá que sumarle a la primera luna de primavera, la buena marcha de las obras que en su conjunto van a desarrollarse en los próximos meses en tres zonas estratégicas del centro histórico: entorno de Hoyo de Esparteros, lateral norte de la Alameda Principal y entorno de la manzana sur de la Catedral. Estas obras son de diversa complejidad, duración e incidencia, pero todas ellas en su conjunto son de una relevancia que cambiarán la Semana Santa durante los próximos años. Apuesto a que no será de forma temporal, sino definitiva.

Comencemos con la obra más atractiva, menos compleja y de menor duración, como es el llamado proyecto de peatonalización del entorno de la Catedral, que afectará a las calles Postigo de los Abades, Cortina del Muelle, el tramo sur de Molina Lario y Cañón, enlazando la peatonalización existente desde el Palacio de la Aduana hasta la Acera de La Marina. Esta actuación es fundamentalmente el alicatado de todas las calles y reordenación del mobiliario urbano, arbolado y jardines, además de las actuaciones consecuentes en instalaciones y saneamiento.

La obra está promovida conjuntamente por Ayuntamiento y Junta de Andalucía, acumulando ya un ostensible retraso en su ejecución, por lo que los seis meses previstos podrían comprometer su uso para la próxima Semana Santa, como ya ocurriera este año con la plaza sobre la antigua calle Camas. Sin embargo, no olvidemos el factor mágico en estas obras: las elecciones municipales, lo cual permitirá que los cofrades malagueños no tengan problema alguno en el uso de este entorno que cambiará radicalmente su fisonomía. Luego volveremos a esta obra para hablar del acceso sur de la Catedral.

Pasemos a la siguiente obra en plazo, complejidad e incertidumbre, además de escandalosamente repudiable en forma y fondo, como es la operación de la promotora Braser en el entorno de Hoyo de Esparteros con el proyecto de Rafael Moneo. El nuevo Málaga Palacio del siglo XXI, no solo ganará en altura, acumulando 10 plantas, sino en ancho, fagocitando el centenario y público Pasillo de Atocha, y en subsuelo también público, con un aparcamiento de 220 plazas en tres plantas de sótano. La antigua pensión La Mundial es el símbolo ciudadano contra una operación que es el ejemplo más representativo de la desdicha del patrimonio histórico de la ciudad.

Esta operación urbana tiene a su vez distintas actuaciones para poderse llevar a cabo, siendo la más importante y determinante para 2015 el cambio del actual colector que pasa por el Pasillo de Atocha, a la calle Manuel José García Caparrós. La complejidad de esta obra viene determinada por dos cuestiones no aclaradas públicamente: la primera es si la compensación de Braser es enlazar por la calle Prim o continuar y cruzar el puente de Tetuán, para enlazar a la altura de la actual salida de Renfe-Cercanías; la segunda cuestión es la más delicada, pues la obra del metro incide directamente en este mismo colector y otro ramal proveniente de la calle Torregorda que atraviesa la Alameda Principal, por lo que la coordinación de estas actuaciones entre Braser, Metro Málaga y Ayuntamiento, será determinante para ajustar el tiempo de afección que tendrá en el uso del puente de la Esperanza y el comienzo de las obras del metro en la propia Alameda Principal. Quizás sea esta cuestión del colector, la que pondría en un situación muy complicada la Semana Santa de 2015. Simplemente hay que recordar que unos metros más al norte se paralizó la obra del parking de calle Camas por encontrarse la estructura del puerto romano, y el propio Pasillo de Atocha es una obra de encauzamiento del Guadalmedina del siglo XVIII, por lo que un milenio y medio de historia seguro que guarda alguna sorpresa. Lo que no está tan claro es que la magia electoral funcione si se complica la situación, más bien todo lo contrario.

El metro no solo va a cambiar la vida de la ciudad, como toda gran infraestructura que incide directamente en la vida cotidiana, sino la forma de vivir la Semana Santa, pues la obra que llevará las líneas actuales hasta la Alameda Principal tiene un plazo de tres años de ejecución. La alta complejidad de la obra es directamente propocional al hecho de concentrar en poco más de trescientos metros un parking, dos viaductos, un puente, un río, tres colectores y todo ello atravesando la principal vía urbana de comunicación de la ciudad. Mientras los restos arqueológicos encontrados en los callejones del Perchel frenaron contundentemente las obras, el tramo de actuación hasta el río se antoja menos problemático tras la construcción del parking, puesto que irá junto a él, sin embargo en la Alameda Principal estará esperando bajo el asfalto el fuerte de San Lorenzo.

La Agrupación de Cofradías tendrá elecciones en el verano de 2015 y antes o después de esa fecha (si no va tarde ya), deberá tener su propio proyecto de adaptación a todas las actuaciones descritas, puesto que el Recorrido Oficial actual es inviable absolutamente. Es posible por probable que la Semana Santa de 2015 no sufra alteración alguna, pero hay imponderables que pueden provocar una auténtica catarsis. El caso más comprometido sería la indisponibilidad del puente de la Esperanza, pues las cofradías del Perchel tendrían complicados itinerarios. El cierre del lateral norte de la Alameda Principal no se adivina hasta pasada la Semana Santa de 2015, pero el obligado cambio del Recorrido Oficial para 2016 es un proceso muy complejo, que no tendría tiempo de realizarse si se comenzara con la nueva directiva agrupacional tras las elecciones, pues hay que tener en cuenta que hay que ajustar 39 o 41 horarios e itinerarios, recolocar 22.000 sillas y adaptar todos los planes de seguridad, movilidad e información.


Haciendo una recomposición de todas las actuaciones, demos un paseo imaginario por el centro para comprobar qué escenario se tendría en la Semana Santa de 2015. Hemos llegado en metro hasta la parada denominada Guadalmedina, aunque realmente estamos junto a la plaza de Enrique Navarro, rodeados de grúas y en plena fase de obras en su camino a la Alameda Principal. El puente de Tetuán se está desmontando por su lado norte, adivinándose a lo lejos que el tramo de la calle Manuel José García Caparrós desde el puente de la Esperanza, está levantado para cambiar el colector, aunque el puente sigue abierto. Un gran cartel delante de La Mundial eterna, reproduce la reurbanización que tendrá una calle Prim más ancha, junto con un irreconocible Hoyo de Esparteros, además de las necesarias adecuaciones del tramo occidental de calle Atarazanas y Plaza Arriola, que ganarían sustancialmente como espacios urbanos con preferencia peatonal. Surgen ensoñaciones con procesiones de por medio. El lateral norte de la Alameda Principal aún tiene vida, pero ya se adivina en el ambiente que poco tiempo le queda. Se están retirando los puestos de flores, los semáforos son provisionales y ya solo circulan autobuses. Junto al edificio de la Delegación de la Junta de Andalucía un gran cartel muestra una vía totalmente peatonalizada desde el puente de Tetuán hasta la Acera de la Marina, integrando las calles Ordóñez, Torregorda y Puerta del Mar. Siguiendo esa senda que será visible dentro de tres años, cuando termine la obra del metro, tomanos dirección a la calle Molina Lario, que acaba de inaugurarse y luce espléndida, pues más que un tramo de calle se presenta como una plaza presidida por la torre que simboliza el triunfo de la Ilustración. Es un escenario magnífico para deleitarse con procesiones, con un tránsito quebrado desde la plaza del Obispo que ofrece una impresión barroca inigualable. Ahora es el momento de volver al tema del acceso a la Catedral por la calle Postigo de los Abades. Afortunadamente hubo consenso social, político y religioso, además del obligado convenio económico (¿milagro electoral?), para que la Junta de Andalucía junto con el Ayuntamiento, atendieran a la modificación del proyecto de peatonalización, conforme a la propuesta presentada por la Agrupación de Cofradías e integrado en el plan director de la Catedral con el apremio del Obispado. Será la primera Semana Santa moderna que tenga la posibilidad de usar dos puertas de la Catedral. El entorno en su conjunto con la calle Cañón y la conexión por la Cortina del Muelle desde la Aduana hasta la Acera de la Marina, dejan una revolucionaria visión de uno de los entornos más románticos de la ciudad. Dejemos este imaginario paseo aquí.

El Recorrido Oficial es un escenario caduco, pero en 2015 caducará sí o sí, ya sea después de Semana Santa o antes si atendemos a creer en los milagros. El nuevo esquema, proyecto y definición que genere un Recorrido Oficial de futuro, no debiera atender a la obligación que supone adaptarse a unas obras, sino a la concreción de unos objetivos claros. En ello estará centrado todo el ámbito cofrade, que buscará fórmulas de todo tipo y de toda clase para llegar a afirmar que las elecciones de 2015 serán trascendentales para el futuro de la Agrupación y por ende de la Semana Santa de Málaga. Toca cambio, evolución, futuro.


Las cofradías planean un revolucionario recorrido oficial que eludirá la Alameda

Todo será diferente a partir de 2016. El itinerario oficial por el que han pasado las procesiones malagueñas prácticamente desde la fundación de la Agrupación pasará a la historia. Las cofradías diseñan un nuevo recorrido que será revolucionario, que incluirá cambios drásticos y que evita la Alameda Principal, aprovechando las obras de construcción del metro. Según las palabras del presidente, Eduardo Pastor, configurará una Semana Santa distinta para los próximos 90 años, siendo decisivo además para solucionar los numerosos problemas de horarios planteados desde hace años por muchas corporaciones.

Pastor asegura que a partir de 2016 podrá cambiar el concepto actual de la Semana Santa de Málaga. "Estamos con papel y lápiz haciendo un estudio importante. No vamos a dejarlo para última hora", admite el presidente de la Agrupación, quien no sabe precisar todavía cuál será el recorrido oficial definitivo, que tendrá que ser aprobado por todas las cofradías. "Va a ser una decisión conflictiva de tomar, pero tenemos que tener esa capacidad de adaptarnos. No podemos hacer lo mismo durante toda la vida. Después hacemos salidas extraordinarias y todos buscamos nuevos rincones porque en realidad, al final, a todos nos gusta ir con nuestras procesiones por otros sitios", explica Pastor.

A falta de definir cómo será este nuevo itinerario oficial, el presidente de la Agrupación sí precisa que comenzará en la Tribuna. "Es lógico que la Tribuna sea el principio del recorrido oficial", sentencia. Es decir, que por fin las cofradías podrán pedir la venia para acceder a este recorrido común, y no como hasta ahora, que lo hacían al final. Esto quiere decir también que las cofradías invertirán el sentido de la marcha por la calle Larios, por donde bajarán en vez de subir.

"No lo tenemos estudiado al cien por cien, pero podemos ampliar por Cisneros, Especería, la plaza de la Marina o el entorno de la Catedral, que va a quedar muy bien con las obras de reurbanización y peatonalización", explica Eduardo Pastor. Así que para poder entrar por Especería, se hará imprescindible también, entre otras cosas, sustituir la actual Tribuna por otra más pequeña y reorientar su posición.

Este proyecto no descarta definitivamente la Alameda, solo la primera parte hasta Torregorda, donde está proyectada la estación del metro. Las obras del último tramo hasta la Alameda durarán 33 meses y podrían comenzar a principios del próximo año 2015, por lo que afectarán de lleno a la celebración de la Semana Santa del 2016 y 2017, como mínimo. "Pasar por la Alameda dependerá, en última instancia, del proyecto de peatonalización que se baraja", matiza Pastor. "Ahora mismo estamos trabajando con ideas, con las cosas que leemos y con rumores", añade.

En este sentido, Eduardo Pastor lamenta que hasta ahora nadie del Ayuntamiento ni de la Junta de Andalucía "haya tenido a bien llamarnos" para participar en el planteamiento de las obras del metro en la Alameda. "Aunque esté claro que los intereses de la ciudad están por encima de los intereses de los cofrades, nos hubiera gustado estar en esa mesa de trabajo, que para eso somos personas capacitadas, dialogantes y con experiencia", indica. "Pero no pasa nada, porque los cofrades somos capaces de reinventarnos y seremos capaces de buscarle soluciones al metro", insiste en una entrevista concedida a La Opinión de Málaga. Reconoce, no obstante, que este grave problema propiciará estos importantes cambios "que nos dejarán contentos, ya que muchos esperamos".

El nuevo recorrido que elabora la Agrupación permitirá la inclusión de todas y cada una de las sillas que integran en la actualidad el itinerario oficial, "sin perder un solo euro". Al contrario, es posible que quepan más, lo que redundará en un beneficio económico para las cofradías y para sus funciones de culto y caridad.

Pastor, no obstante, no descarta que la Agrupación tenga que encargar un estudio externo. "Creo que estamos hablando de un asunto en el que hay que invertir tiempo y si es necesario, dinero también, para tener una Semana Santa que pueda durarnos otros 90 años, ya que urbanísticamente Málaga no va a cambiar mucho más, insiste el presidente de la Agrupación, que está convencido de los beneficios de estos cambios, si bien reconoce la dificultad de convencer a todas las cofradías, "ya que ninguna puede verse perjudicada ni a la hora de llegar ni de salir del recorrido oficial".  








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